El gobierno de Veracruz confirmó la muerte de la nutrióloga Samara Aurora Arroyo Lemarroy, cuyo cadáver fue localizado en una fosa clandestina en Actopan. El gobierno resaltó que por este crimen ya tienen detenida a una persona, identificada como Willian N, quien resultó ser su instructor de gimnasio, se desconocen de manera oficial por qué motivos la privó de la libertad, la incomunicó, la asesinó y lanzó en una fosa clandestina. Sus restos aparecieron en un predio que es propiedad de la familia de Willian N, es el mismo lugar en donde la SSP localizó a Willian cuando intentaba darse a la fuga, abordo de una camioneta propiedad de la víctima. El cadáver de la joven fue encontrado tras una diligencia de búsqueda en la que participaron diversas instancias, como Fiscalía, Comisión Estatal de Búsqueda de Personas y la SSP.

SAMARA, UNA VIDA QUE SE APAGA

Samara Aurora Arroyo Leomarroy contaba con 28 años al momento de ser privada de la libertad el pasado 23 de diciembre, cuando se trasladaba desde Xalapa al puerto de Veracruz, para su trabajo, en una clínica del IMSS. Era nutrióloga por la Universidad Iberoamericana de Puebla, de donde egresó con honores. Al momento de su desaparición, la IBERO mandó un mensaje a redes sociales pidiendo al gobierno de Veracruz que la buscaran y la encontraran con vida, ya que se trataba de una persona destacada que hacía mucho bien a la sociedad. En Xalapa ella contaba con una clínica especializada en nutrición para pacientes con diabetes, desde donde ayudaba a muchas personas con esa enfermedad a llevar una mejor calidad de vida. Además, formaba parte de un club Rotario, donde era ampliamente conocida por las obras de caridad que constantemente realizaba para personas de escasos recursos. Compañeros de rotaris han expresado en sus redes sociales el coraje y enojo que prevalece por la tragedia de su vida, ya que tenía muchos proyectos para crecer profesionalmente y seguir apoyando a los más desvalidos. Ella era nativa de Jáltipan, en el sur de Veracruz, hija de una destacada familia que siempre han sido reconocidos porque apoyan a las personas de escasos recursos.

NUNCA PERDIERON LA ESPERANZA

Al menos en tres ocasiones, familiares de Samara Arroyo salieron a caminar por las calles de Jáltipan, para pedir que regresara con bien. En las tres caminatas que hubo para pedir que Samara regresara, se hicieron oraciones y se pidió a las autoridades que realizaran bien su trabajo para localizarla con vida. En la segunda caminata le cantaron las mañanitas, lanzaron globos blancos al cielo, y realizaron oraciones para que estuviera bien, pues ella desapareció durante la víspera de su cumpleaños, el pasado 25 de diciembre. Igualmente realizaron páginas de redes sociales y diversos videos desde donde alentaban mensajes positivos para pedir el buen regreso de Sam Arroyo, como le conocían en su pueblo.