Desavenencia azul
•Históricas rencillas
•Yunes y El chapito
ESCALERAS: La historia de las desavenencias entre Joaquín Guzmán Avilés, presidente del CDE del PAN, y Miguel íngel Yunes Linares, es vieja, antigua, milenaria, histórica y legendaria.
Mínimo, data desde la campaña de Yunes por la gubernatura, tiempo cuando el cacique de Tantoyucan le puso “hacha, calabaza y miel” a sus órdenes.
Luis Velázquez
Quizá, desde antes, cuando “El Chapito” cabildeó en el norte de Veracruz a favor de Felipe Calderón Hinojosa para presidente de la república, pues Yunes era uno de sus alfiles.
PASAMANOS: En todo caso, recrudeció a partir de la gubernatura azul. Algunas razones, las siguientes:
Una. Guzmán Avilés puso todo en el norte de Veracruz para ganar en las urnas la silla embrujada del palacio.
Dos. También metió dinerito a la campaña estatal.
Tres. Guzmán Avilés soñaba con la secretaría General de Gobierno, pero Yunes se la otorgó al ex presidente del CDE del PRD, Rogelio Franco Castán como opción salomónica para tener amarrado al partido del sol azteca.
Cuatro. Entonces, lo designó secretario de Desarrollo Agropecuario y El chapito aguantó vara.
Cinco. También aguantó vara cuando Yunes redujo el presupuesto anual de la SEDARPA de 5 mil millones de pesos a 500 millones de pesos y con lo que El chapito quedaba atado para operar beneficios sociales al campo.
CORREDORES: Seis. El Chapito buscó salida filosófica, prudente y mesurada, soñando con la presidencia del CDE del PAN.
Pero Yunes le impuso a José de Jesús Mancha y Guzmán Avilés otra vez se calló.
Siete. Luego, de nuevo se presentó la posibilidad y otra vez Yunes impuso a Pepe Mancha. Y El Chapito se fue a la inconformidad electoral partidista que lo ratificó.
Así, se adueñó de la pelota estatal del partido azul y las diferencias se recrudecieron.
BALCONES: Ocho. Más se agudizaron cuando Julen Rementería se distanció de Yunes, con todo y que antes le otorgara la secretaría de Infraestructura y Obra Pública, primero, y luego, la senaduría, para hacerse a un lado y lanzar al primogénito como candidato a gobernador en el año 2018.
Nueve. Testarudos y tercos, Yunes Linares, Julen y Guzmán Avilés, el choque de trenes ha sido descomunal ahora de cara a la elección de los candidatos a presidentes municipales y diputados locales y federales.
Pero más aún, en la rebatinga por las alcaldías de Veracruz y Boca del Río.
PASILLOS: Candidatos de El chapito a las alcaldías: Bingen Rementería para el puerto jarocho y Francisco Gutiérrez, para Boca del Río.
Candidatos de Yunes para el puerto: su hijo, Miguel íngel junior, la senadora Indira Rosales San Román y la diputada local, María Josefina Gamboa Torales, y para Boca, Juan Manuel Unanue.
Con todo, la pelea estelar se centra en un solo eje: los viejos agravios, rencores y hasta odios entre Yunes Linares y Guzmán Avilés.
Nadie sabe, por lo pronto, el desenlace. Las desavenencias continúan y aun cuando faltan unos 5 meses para el destape, los vientos huracanados anuncian un tsunami político.
VENTANAS: El hígado, el rencor, el odio y la venganza están ganando a las neuronas y la cordura y la mesura y la negociación en el PAN.
Y de seguir inflexibles, tercos y tozudos los tres (Guzmán, Rementería y Yunes), la historia de “El arlequín”, la novela de Morris West se reproducirá “al pie de la letra”. Los grandes imperios y emporios son destruidos desde adentro.
Felices, las tribus de MORENA que por ahora solo tienen 17 presidentes municipales y apuestan la vida para ganar más de cien.