Panistas se enamoran de Éric Cisneros
•Columna Contracrónica/Noé Zavaleta
En política, la moral es un árbol que da moras; lección constitucional del siglo pasado que el pasado miércoles aplicaron los panistas, Omar Miranda y María Josefina Gamboa, quienes de repente, por arte de magia, por convicción, cooptación o negociación,...
Tomado de Crónica de Xalapa
encontraron mil virtudes en el Secretario de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos durante su comparecencia legislativa con motivo del segundo informe de gobierno.
Los panistas, Sergio Hernández y Monserrat Ortega, prefirieron hacer mutis en la comparecencia, y ni se apuntaron en la insaculación de preguntas y respuestas; pero la transmisión en la sala de prensa del legislativo también los exhibió aplaudiendo a Cisneros como focas hambrientas de salmón en el Acuario de Veracruz.
La fauna panista, quien apenas un bimestre atrás hablaba del peor secretario de gobierno, de la peor administración estatal, de un gabinete incapaz, el miércoles pasado fue seducida por Cisneros Burgos. María Josefina dejó su aspecto belicoso e intolerante para otra ocasión, trató al dos del palacio con terciopelo y oropel. Autoelogios y voluntad al diálogo de Gamboa para Cisneros y viceversa.
Miranda -uno de los doce aspirantes a suceder a Hipólito Rodríguez- de plano vio en Eric Cisneros a un hombre de acero, que además de mantener la gobernabilidad en Veracruz, también es capaz -dixit el coordinador de la bancada legislativa del PAN- de hacer funciones de alcalde de Xalapa.
Si la política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos, se ignora por el momento qué negociaron o qué se comieron Gamboa y Miranda (pedir magistraturas, legitimar sus aspiraciones políticas edilicias, consolar y garantizar un escaño en San Lázaro o algún “cañonazo” de seis ceros). Y sí fue con permiso de su presidente el “Chapito” Guzmán y/o de su verdadero patrón, Miguel íngel Yunes. Lo cierto es que dejaron un precedente, de que al menos en el Congreso Local se acabó la oposición.
Sólo les faltó verse tan descarados, como la alcaldesa panista de Córdoba, Leticia López: “Yo meto las manos al fuego por él (Éric Cisneros). Hemos trabajado de la mano con el Secretario de Gobierno”.
Peor aún, encuevado en su pequeña oficina, el jefe de prensa de la bancada legislativa del PAN, Juan Luis Rojas, imaginó, soñó, se fumó -no sabemos- otra comparecencia en donde sus diputados peleaban entronizadamente y con el pecho erguido los ideales de Acción Nacional y las enseñanzas de Manuel Gómez Morín contra el atroz Secretario de Gobierno de la Cuarta Transformación, pues desde su oficina, Rojas mandó un comunicado con el siguiente titular: Ingobernabilidad, sello del gobierno de Veracruz: GLPAN
Perredistas en fuga…
Las alcaldesas del PRD, Mayra Janet Torres Domínguez de Chacaltianguis, Karina Lugo Barrón de Zacualpan e Isela Ramón Contreras de Villa Aldama ya escucharon el canto de las sirenas y se adhirieron -como pecado bíblico- de pensamiento, palabra y comisión ($) a la cuarta transformación. Escucharon el canto de las sirenas de Otatitlán y Hueyapan de Ocampo y tienen nuevos “santos patrones” en las figuras políticas del Secretario de Gobierno, Eric Cisneros y el presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Javier Gómez Cazarín.
Torres, Lugo y Contreras ya no quieren saber nada de las borracheras incólumes de Sergio Cadena, ni de los problemas de los narcogobiernos perredistas en Santiago Tuxtla, Acayucan y Sayula de Alemán; ni menos, menos del “perredista azul”, Rogelio Franco Castán. Ellas mismas, para pedir su membresía de “cuarta transformación” han ido a “cantar” a la oficina de Leandro Valle en Palacio de Gobierno, lo que hacen y deshacen sus compañeros del partido del Sol Azteca.
En esa misma tesitura, otra perredista está por fugarse del partido que fundó Cuauhtémoc Cárdenas. La diputada local, Brianda Kristel Hernández Topete ha confesado entre su círculo de amigos que solo le hace falta un “empujoncito” de motivación, para colgar las siglas del Sol Azteca y sumarse al gobierno de Cuarta Transformación. Si en su momento -ha dicho- ya lo hizo la perredista, Brenda Abigail Reyes, y le fue “a toda madre” al irse al duartismo, “por qué a mí no”, reflexiona Hernández Topete.
Mientras tanto, la legisladora -aún perredista- no tiene empacho en postear en sus redes sociales recorriendo comunidades con el presidente de la Junta de Coordinación Política, Gómez Cazarin y con el secretario de Gobierno, Éric Cisneros Burgos.
Hernández Topete pues, ha estado ajena al hacha de guerra que el PRD desenterró contra el actual Gobierno Estatal.
El tribunal de Isabel Romero…
Aplicando las mismas mañas de su amiga, la magistrada visitadora, Sofía Martínez, y hoy rival. La presidenta del Consejo de la Judicatura, Isabel Inés Romero Cruz, también ya se cree dueña del Edificio “C” del Tribunal Superior de Justicia. “Es mi tribunal”, sólo falta que repita, una y otra vez, como su antecesora. Y es que en su primer informe de labores -el cual solo tuvo dichos y no hechos, pues no tiene ni un mes en el cargo- prohibió el acceso a la prensa no al pleno, el cual sería entendible, derivado de la contingencia sanitaria y de su temor al espectro mediático; sino a la explanada de los edificios “B” y “C”, espacios públicos y que son propiedad de los veracruzanos y de los justiciables.
Romero Cruz y su Directora Jurídica, Gabriela Flores Espinosa, -el verdadero poder detrás del trono de la presidenta- tuvieron la flamante idea de no permitir el acceso a la prensa, para no incomodar ni al gobernador ni a sus secretarios de despacho ni a la Fiscal ni a los magistrados ni a los invitados especiales.
Mientras, justiciables, abogados litigantes, meritorios, las personas que depositan fianza, los que tramitan pensión alimenticia, y hasta la que cobra la tanda y el Avon, pudieron pasar ayer sin problemas al edificio de Juzgados y a las Salas Civiles y Penales del edificio “C”, representantes de medios de comunicación, por el simple hecho de ser “reporteros” se nos impidió el acceso.
La asesora del jefe de prensa sólo dijo: “No pasa nadie” y colgó. “Fue un acuerdo con los de seguridad”, excusó el coordinador de Comunicación Social, Sergio Naranjo. “Entiendo la privacidad del acto, pero el acceso a la explanada no se me puede negar. Es edificio público, de atención ciudadana” se le replicó vía telefónica con voz firme; mientras los dos policías y el encargado de seguridad asentía con la cabeza. “Solo por esta vez, échame la mano, es orden de la presidenta no dejarlos pasar”, volvió a justificar Naranjo.
Como decía, la hoy caída en desgracia, Sofía Martínez, tal parece que sí: sólo por los siguientes 25 meses, Inés Romero tendrá “su tribunal”.