El profeta de la economía familiar
•Guillermo Fernández, secretario de Desarrollo Social (SEDESOL): con mil pesitos a la quincena, una familia come a toda eme
•La peor humillación de un político de la 4T a la población menesterosa y jodida
•Comiditas de 6 mil pesos en el Tribunal Superior de Justicia
•Un gabinete frívolo, fifí, insulso, insustancial, predicando nuevo evangelio social
Luis Velázquez/Foto de Yerania Rolón
Un profeta económico de la 4T predica el nuevo evangelio económico. Incluso, como el Mesías, por decreto ha multiplicado los peces y los panes.
Es un seguidor de Vicente Fox Quesada cuando decía que los pobres "y los pobres entre los pobres", ajá, tendrían un volcho en la puerta de su casa al final del sexenio panista.
Es un fans de Ernesto Cordero, el secretario de Hacienda y Crédito Público de Felipe Calderón, aquel para quien con 6 mil pesos mensuales se vive a todo dar, incluso, hasta para vacacionar en el extranjero.
Es el nuevo Pedro Aspe Armella, ex secretario de Hacienda, asegurando, incluso, que el desempleo es una ocurrencia genial.
Se llama Guillermo Fernández Sánchez y trabaja en la 4T de Veracruz como secretario de Desarrollo Social y quien ha dado nuevo sentido a la economía familiar asegurando, quizá porque lo ha comprobado "en carne propia" que con mil pesos una familia de 3, 4, 5 hijos puede comprar la despensa quincenal.
Mil pesitos para vivir como príncipes, contentos, dichosos y felices.
Incluso, como Guadalupe Victoria, el primer gobernador de Veracruz, "tiró su espada en prenda" y festinó y alardeó que ellos, desde la SEDESOL, entregan mil pesitos quincenales a los más desprotegidos, a los jodidos, los "olvidados de Dios" les llamaba Luis Buñuel, "los condenados de la tierra" según Franz Fanon, "los excluidos" según el antropólogo Oscar Lewis.
"Es un apoyo, dijo, que con mucho gusto dimos"... con el presupuesto oficial, claro, pues ni modo de su bolsillo.
Es decir, dieron y ya suspendieron.
Una frasecita más (con mil pesos alcanza para una quincena) en el anecdotario de la picaresca.
¡Oh Vicente Fox! ¡Oh Pedro Aspe! ¡Oh Ernesto Cordero!
Los grandes entre los grandes.
El desdén, sin embargo, en su más alto decibel.
Los profetas, predicando la buena nueva desde las alturas del poder, allí donde, y por ejemplo, suelen comprar camionetas de súper lujo para visitar a los pobres en las regiones indígenas.
Pero, bueno, quizá el titular de la SEDESOL jarocha tenga razón de sobra.
Por ejemplo, en la montaña negra de Zongolica, el jornal a un indígena es de 70 pesos diarios, iniciando en el surco desde antes de que el sol sale hasta que la luna alumbra la noche para seguir en la pepena.
Y si un indígena gana 70 pesos de jornal, a la semana son 420 pesos y a la quincena 840.
Es decir, 160 pesos menos que los mil pesos que la SEDESOL entregó, entrega, ajá, a los jodidos.
Salarios de hambre, insultantes, les llamaba Ricardo Flores Magón, en 1910, uno de los héroes de López Obrador, con su periódico "Regeneración".
Simple y llanamente, la peor humillación de un político hacia la población menesterosa que también es población electoral que sufraga en las urnas.
La madurez política y social del funcionario... que ni idea tiene de "las cornadas del hambre".
Más, en un Veracruz con 6 de los 8 millones de habitantes en la miseria y la pobreza según el INEGI.
Y en la miseria que significa la peor condición humana y en donde a cambio de un mendrugo suele perderse la dignidad.
LA SEDESOL EN 5 TIEMPOS
Nada, sin embargo, de esperarse de Guillermo Fernández.
Más con el legado histórico de algunos de sus antecesores, la vida de la SEDESOL en cinco tiempos:
Indira Rosales San Román, yendo a la sierra de Zongolica, vestida como una Pocahontas elegante, VIP, a regalar estufas eléctricas a las mujeres, y de pronto, y ante camarógrafos y fotógrafos, con todo y trencitas, ponerse a echar tortillas para cocinarse en un comal.
Alberto Silva, como titular de la SEDESOL, el más frívolo. El día cuando tomara posesión acuñó frase memorable:
"¡Ya no me digan cisne! ¡Ahora soy pavorreal!".
Jorge Carvallo Delfín, viajando a Zongolica con un ejército de reporteros y fotógrafos y camarógrafos para abrazar a una anciana indígena y darle un besito en el cachete y mirar victorioso, los ojos refulgentes, la sonrisa de sandía, ya con su liposucción, a las cámaras.
Ranulfo Márquez, con un bajo, bajísimo perfil en su paso por la SEDESOL, porque era más un operador político.
Guillermo Fernández Sánchez: con mil pesos se vive a toda eme en Veracruz durante una quincena.
López Obrador, el presidente de la república, todos los días "se rasga las vestiduras" por los pobres.
Y en su estilo y edad mental, también el jefe máximo de la SEDESOL jarocha.
LA SEÑORA R. DEVOLVIÓ DINERITO A SU PAREJA
La señora R., de 35 años, madre de 3 hijos, recibe 4 mil pesos quincenales de su pareja para la comida. Aparte, claro, para la ropa y la colegiatura.
Pero desde cuando a principio de semana leyera en las redes sociales la filosofía económica y social del secretario de Desarrollo Social se llenó de remordimientos y exclamó: "¡Pobre de mi marido!".
Luego luego tomó sabia decisión: habló con él y le dijo que a partir de la fecha únicamente le entregue mil pesos a la quince para el gasto familiar, suficiente para comer las 5 personas que viven en casa.
Se trata, claro, de una transformación celestial y esotérica de la señora R., inspirada en la fraseología de Fernández Sánchez, a Dios gracias, exclamó el esposo.
Nada que ver, entonces, con los 6 mil pesos que la ex magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Sofía Martínez, solía autorizar a los funcionarios para gastarse en una sola comidita pues trabajaban, mucho, duro, tupido, productivo y macizo por la 4T y la purificación moral.
Incluso, la mística religiosa y apostólica de la SEDESOL de la 4T bien serviría para reducir al máximo los viáticos a los funcionarios en misiones especiales y en tránsito.
Claro, digamos, y como decía el viejito del pueblo en el siglo pasado, "para predicar con el ejemplo".
GABINETE VIVIENDO EN EL LIMBO
Durante 24 meses, la mitad del gabinete estatal de Veracruz y casi casi la otra mitad ha estado zambullido en el limbo.
Es más, ni un boletín han inspirado al riguroso director de Comunicación Social para expedirlo a los medios y cacarear logros en beneficio de la población en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Se ignoran las razones de fondo, con peso y de peso, pero los boletines se han reducido al góber y los secretarios de Gobierno y Educación.
Pocos, excepcionales, para otros.
De pronto, caray, salir con la barrabasada de que con mil pesos se vive a toda madre en Veracruz a la quincena, poderoso padrino o madrino tendrá el titular de la SEDESOL para haber entrado al gabinete de la izquierda.
Y, bueno, si así piensa el funcionario, habría de preguntarse la filosofía pública del resto.
¡No me defiendas, compadre!