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Lunes 16 noviembre, 2020

De Tlalixcoyan pa´el mundo

Muchos años después, otra vez, Tlalixcoyan, Veracruz, en las grandes ligas.
No ha sido, digamos, por el conejo en acuyo, la iguana en chilindrí­n, la tortuga en estofado, los dulces elaborados en cazuelas de barro, delicia gastronómica sin igual.
Tampoco por la lista de los héroes agrarios masacrados el 6 de diciembre de 1922 en las haciendas Cuyucuenda y El cocuite.

Luis Velázquez

Ni tampoco porque uno de sus hijos, como Lorenzo Barcelata, escribió el Himno agrarista y la exitosa canción de las serenatas, “Por ti aprendí­ a querer”… y que luego Óscar Chávez, el caifán mayor, redujo a “Por ti”.
Ni porque el municipio hubiera sido de nuevo fragmentado para crear, como en el siglo pasado, Ignacio de la Llave y Tierra Blanca.
Ni porque, vaya, se repitiera la hazaña de los totonacas, los fundadores primigenios, y los olmecas, mezclados y entremezclados.
Ha sido, porque una chica de veinte años de edad, de nombre Jessamy Triana Uscanga, ganó, primero, el concurso estatal de Señorita Veracruz, y el sábado 31 de octubre, se quedó con la corona de Señorita México.
De Tlalixcoyan a las grandes ligas del paí­s. Y del paí­s, lista para contender en Londres, la sede mundial de Miss Trismo, y luego enseguida, a Beirut, Lí­bano, para el certamen de Miss Universo, y de allí­ pa”™lante, lo que los totonacas y olmecas tengan predestinado para demostrar que hay vida luego de las caritas sonrientes, inmortalizadas por Octavio Paz.
Ella estudia el quinto semestre de Ingenierí­a de Gestión Empresarial en el ITBOCA y quizá, acaso, y en efecto, por comer conejo en acuyo, iguana en chilindrí­n, tortuga en estofado o los exquisitos tamales de masa, se impuso en el certamen nacional.
Belleza fí­sica, y como dicen los cronistas de sociales, con talle juncal.
Ni siquiera, vaya, en el siglo pasado, el ingeniero César Uscanga, el gurú educativo de la secretarí­a de Educación Pública con Luis Echeverrí­a ílvarez, pudo entronizar tanto a Tlalixcoyan. La mitad de Veracruz y la otra mitad quedaron alborotados cuando se lanzó como aspirante y suspirante a la gubernatura y que Echeverrí­a decidiera por Rafael Hernández Ochoa, después del Carbonelazo.
Jessamy se llama y solo con su cuerpo, inteligencia y sensibilidad, ha encumbrado a Veracruz.

UNA CHICA SOÑADORA…

La Señorita Veracruz, Señorita México, tiene un sueño. No es polí­tica ni tampoco busca, como algunas reinas del carnaval jarocho que fueran, un cargo público. Una curul, de entrada. Pero…
Pero sueña, claro, mujer al fin, mirando hacia el futuro, con su propia marca de maquillaje y que, bien podrí­a, digamos, elaborar con acuyo, chilindrí­n y tortuga, revolcados con la masa para hacer tamalitos.
Pero tiene otro sueño superior. Es, dice, ayudar a los productores agrí­colas del municipio, los Llanos de Sotavento, un pueblo, dice el priista Mario Tejeda Tejeda, donde muchos caen en la tentación de robar vacas.
Y es que desde, mí­nimo, el gobernador Agustí­n Acosta Lagunes, en el pueblo sembraron la esperanza de convertirse en “yunque y granero de la nación” con la siembra de hortalizas, incluso, para exportar a Estados Unidos como primer paso.
Y es que en aquel sexenio, la cantaleta era sembrar hortalizas en el patio de la casa de cada familia y en vez de flores colgando de las ventanas verduras en cazuelas y cubetas, y hasta de adorno, vaya.
La utopí­a agrí­cola duró apenas, apenitas, un sexenio. Y hubo pocos, excepcionales exportadores, uno de ellos, Rafael Lira, director de Agricultura.
Y el sueño se derrumbó. Hasta el dí­a de hoy, en que la vida económica está desvalijada y cada vez la gente se instala a orilla de carretera para vender quesos, tamales y mangos en tiempo de cosecha y criar becerros y vaquitas para venderse en tiempo de vientos huracanados, vacas flacas.
Jessamy acariciando la posibilidad de la liberación económica y social de su pueblo y que, bueno, se aplaude la ilusión, la quimera, la utopí­a, pero otra, mil años luz de distancia, es la realidad y la realidad adversa.
Bastarí­a referir que en el tiempo del COVID, el secretario de Desarrollo Económico solo ha tenido como alcance poner tianguis de higos y mangos, y hasta pambazos desde el Ayuntamiento, para hacer flotar la economí­a local.

PLANEAR LA VIDA

Otras miss se han ido por sueños personales. Algunas, pocas, metidas de artistas de cine. Otras, los negocitos. Otras, casarse y tener hijos. Otras, en el limbo.
La nueva Señorita México tiene veinte años de edad, una vida por delante. Y estudia carrera universitaria.
La primera Miss México, originaria de Veracruz, fue en el año 1988. Adriana Abascal. La segunda, diez años después como lo establece el zodiaco. 1998, con Adriana Loya Páez. Y la tercera, veintidós años después, Jessamy.
Se ignora (y una disculpa) el destino de Adriana Loya. Su tocaya, migró a Europa, donde reside, y en las grandes ligas de la vida social.
Tiempo, entonces, de sobra, para planear su destino. Y por lo pronto, enalteciendo a Veracruz en las horas oscuras que se viven y padecen cuando ocupamos el primero y el segundo lugar nacional en feminicidios, asesinato de mujeres le llama la gente VIP, la gente bonita, ajá.


1 comentario(s)

Nieves Sánchez Gomez 16 Nov, 2020 - 13:56
Cómo Siempre...Excelente

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