Fue diputada local por el partido de Dante. Habrí­a soñado con la candidatura panista a la alcaldí­a de Xalapa, la capital. Desertó del PAN cuando los vientos huracanados soplaban en contra. Ahora, jefa máximo de un partido polí­tico.
A mediados del año entrante, 2021, tendrá prueba de fuego. De acuerdo con la ley electoral deberán lanzar, sin alianzas, a sus candidatos. Y habrá de empeñarse para lograr el registro en la batalla por las urnas, vaya a ocurrir el mismo fenómeno del PT, MC y Pez, que para los comicios en puerta solo recibirán un millón de pesos dada la baja, bají­sima votación.
Bien pudiera ahora Lobato Calderón lanzarse como candidata a la presidencia municipal de Xalapa, consciente, segura y firme de presunto arraigo electoral y ascendencia y liderazgo ciudadano.
Ya se verá.
De algún modo reproduce la historia de su padre. Ex priista, falleció militando en el partido de Dante. Cinthya, diputada local por Convergencia de Dante, pasó al PAN y ahora independiente, autónoma, soberana y libre.
En facebook, tiempo del COVID, ni modo, se ha promovido. Todo indica, en efecto, que las campañas electorales serán en lí­nea, a través de las redes sociales, tuiters, facebook, anexos y conexos. La pandemia está canija. Tan solo en Veracruz hemos rebasado los 4 mil muertos, con todo y que las elites eclesiásticas están abriendo los templos, en tanto los moteles siguen llenos, pues, dice el vecino, por encima de los contagios y la muerte por el COVID, está la calentura de los cuerpos desaforados.

TODOS POR VERACRUZ, AJí

El otro partido, con una mujer dirigente, es Todos por Veracruz. Nombre sugestivo, indicativo y significativo, cuando su hacedor, Héctor Yunes, ha proclamado en el tendedero público que su destino en la vida, destino superior, destino celestial, es gobernar Veracruz.
Yolanda Gutiérrez Carlí­n, priista toda su vida igual que su padre, íngel Leodegario Gutiérrez Castellanos, ex diputado local, ex presidente del CDE del PRI y vocero de Agustí­n Acosta Lagunes, en cuyo sexenio floreciera a plenitud la llamada “Sonora Matancera”, los carteles de hoy, integrada por caciques regionales con sicarios y pistoleros.
Ex titular de la Comisión del Agua en Xalapa y Veracruz (SAS), salió mal librada.
Según el trascendido, un tiempo acarició la posibilidad de integrarse a MORENA, pero nunca pudo, como tampoco pudo el ex panista, ex diputado local, constructor, ex socio de Julen Rementerí­a del Puerto, Rafael Acosta Croda.
Ahora, con una raya marcada con el PRI, al frente de un nuevo partido, y en donde de seguro afiliará a la comunidad gay de Veracruz y a la que antes diera juego en SAS, Sistema de Agua y Saneamiento, en manos de Odebrecht por obra y gracia de Javier Duarte.
Otro de los nuevos partidos es Podemos, del experimentado polí­tico, y ex priista, Gonzalo Morgado Huesca, ex diputado local y federal, ex presidente municipal, ex presidente del CDE del PRI, ex director del Instituto de Pensiones, y quizá el más profundo conocedor de la realidad estatal.
Y Francisco Garrido, expriista y expanista, ex diputado local, un experto en formar partidos polí­ticos, el caso más notorio, Convergencia por la Democracia, del que saliera cuando los vientos eran en contra, diferencias sustanciales con el biólogo Alfredo Tress, también distanciado del senador Dante Delgado.

RAYITO DE ESPERANZA…

Lobato y Gutiérrez son las primeras mujeres en dirigir un partido polí­tico en Veracruz en el tiempo de la 4T.
Ahora mismo, son las únicas en el mando partidista.
Y como en Veracruz 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz están entre la espada y la espada de la miseria y la pobreza, y un creciente, imparable, desempleo, agravado con el COVID, entonces, cada ciudadano interesado en la vida polí­tica mirarí­a “un rayito de esperanza” para que la calidad de vida cobrara vigencia en una entidad federativa rica y pródiga en recursos naturales, pero habitada, y por desventura, por gente en la jodidez.
Podrán ellas, como tantos lí­deres partidistas y sociales, predicar el paraí­so terrenal con sus partidos y candidatos.
Pero si una vez conquistado el poder edilicio, las semanas y los meses transcurren sin una huella social digna, entonces, el desencanto.
Y es que una cosita es ganar alcaldí­as, sindicaturas y regidurí­as, y otra, mil años luz de distancia, trabajar cada dí­a con hechos y resultados para lograr un pueblo feliz a partir de un empleo estable y con salarios decentes y garantizar la seguridad social a los menesterosos.
Esperemos el tiempo, entonces.
La premisa universal dice que las mujeres son por naturaleza más, mucho más honestas que los hombres polí­ticos, además de que en ellas late con intensidad el bienestar social.
Quizá. Quizá. Quizá.