Vana resistencia pacífica
El gobierno de Veracruz tiene una colección de resistencia pacífica en su haber. En veintitrés meses, marchas por todos lados. Insurgencia plena. Sublevación popular. Irascibilidad social. Más porque la respuesta oficial es el silencio. El desdén. El menosprecio. En nombre de la 4T, les vale.
Por ejemplo: Las guardias comunitarias de Las Choapas, cumbres de Acultzingo, Zongolica y Cacahualco.
Luis Velázquez
Las protestas incendiarias de las mujeres en contra de los feminicidios y del aborto, clamando su despenalización equivalente a la libertad y el derecho de decidir sobre sus cuerpos y destino.
Las trabajadoras domésticas y sexuales y meseros y taiboleras en protesta callejera por el desempleo galopante, incluso, hasta en unos casos extendiendo la mano en la calle pidiendo limosna.
Los indígenas de Zongolica marchando a Xalapa por servicios básicos ofrecidos e incumplidos.
La resistencia pacífica en Coatzacoalcos por la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra tanto en la vida diaria como en sus bienes.
La inconformidad por el tiradero de cadáveres, y su hermana gemela, siniestra y sórdida, como es la impunidad.
La iracundia social de los familiares de los desaparecidos en plantones, incluso, ante el presidente de la república en girita en Xalapa y el zócalo de la Ciudad de México.
Las enfermeras y los médicos del sector Salud pidiendo por favorcito y en nombre de Dios material de trabajo para enfrentar el coronavirus en los contagiados.
La resistencia pacífica, cien por ciento pacífica, de las cúpulas empresariales para buscar estrategia digna camino a la reactivación económica, cuando, caray, insólito, pero la recesión en Estados Unidos duró diez años hacia 1930.
Los productores de higos y mangos y pambazos soñando con un nuevo tianguis en Xalapa para vender en un día pues los cultivos están cayendo en el surco en tanto la economía familiar de varias regiones de Veracruz se hunde en el fondo del abismo económico y social.
A pesar de tanta irascibilidad social, lo importante es que el gobierno de Veracruz ya desarrolló una concha “a prueba de bomba” y el clamor popular, como dijera Carlos Salinas, “ni lo oye ni escucha”.
Y entonces, allá ellos que sigan pataleando.
“La lealtad a ciegas” del góber jarocho está comprobada en el Palacio Nacional, y en tanto esté bien con el tlatoani, el gurú, el tótem, allá que los ángeles y querubines se irriten.
ESTADO RICO HABITADO POR JODIDOS
78 gobernadores han ocupado la silla embrujada del palacio… y que así estaba, hechizada según el hermano menor de Emiliano Zapata, Eufemio, pues, aseguraba, a todos marea y saca de quicio y vuelve soberbios y arrogantes.
Y el resultado social y económico es el siguiente: 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz están en la miseria y la pobreza.
Y la miseria, decía León Tolstoi, significa la degradación total de la naturaleza humana para llevar el itacate y la torta a casa.
Estado rico, pródigo en recursos naturales, habitado por gente jodida.
Aquí, sin embargo, decía Rafael Hernández Ochoa, nadie muere de hambre.
En la mañana, sales al patio y levantas una dotación de legumbres y vas al corral de las gallinas y tomas unos huevitos y desayunas.
Al mediodía, vas al río y/o al Golfo de México y pescas y sabroso banquetazo familiar.
Y en la noche, otra vez al patio de la casa para sacudir las plantitas de papaya y cenar papayita bañada con miel.
Por eso, quizá, el góber machetero agarra la moruna, tan quitado de la pena, para cortar el monte en lotes baldíos como un boy scout y dejar que la población jodida viva y se apegue a la filosofía social de Hernández Ochoa.
Y si hay protestas, entonces, y como decían las tribus priistas del siglo pasado, la sublevación popular es la música de la democracia.
Podrá, entonces, la población electoral seguir irritada con el estilo personal de ejercer el poder y gobernar de la 4T… que nadie los escuchará, a ver quiénes, en todo caso, se desgasta y agota primero.
DEJAR HACER, DEJAR PASAR
Don Adolfo Ruiz Cortines tuvo la estrategia política efectiva. Los problemas, decía, se resuelven solos.
Famosa aquella leyenda de que tanto en la gubernatura como en la presidencia de la república tenía 2, 3, folders con la lista de protestas.
En uno, los pendientes sociales que tenían solución y debían atenderse.
En otro, los pendientes creados por intereses políticos.
Y en el otro, los pendientes que solitos se resolverían.
En las juntas kilométricas sobre inconformidades sociales, don Rafael Murillo Vidal solía designar un secretario del gabinete legal para sentarse con las partes a intercambiar barajitas, dialogar, negociar y pactar.
Entonces, hacia medianoche, la una o dos de la mañana, fresquecito, don Rafael llegaba a la sala de juntas y agarraba por cansancio a todos y hasta dormidos y así votaban, ansiosos mucho de volver a casa para acostarse a dormir en paz.
De algún modo, las tribus de MORENA en el palacio de Xalapa están aplicando tales sabias enseñanzas.
Lo dice el principio francés. Nada “como dejar hacer y dejar pasar”.
Una canción del siglo pasado, muy famosa, decía, más o menos, en un estribillo:
“Total… para qué/ te vas a preocupar/ las cosas como vienen/ se deben de tomar”.
Mientras, el palacio de la salsa espera a parte del gabinete. Y ojalá cada quien deje energía para que el domingo, en cruzada cívica, agarre la moruna y corte el monte… “con lealtad ciega”, claro, el machetito bien afiladito rogando a la Morenita del Tepeyac que por ahí se amarre una candidatura a presidente municipal.
¡Dios es muy grande!, acuérdense todos.