Además, lúcido, máximo dirigente obrero cohabitando con las elites polí­ticas del momento. Por lo general, siempre le tocaba "destapar" a los candidatos presidenciales de aquella dictadura priista.
Hay, por ejemplo, quienes se duelen de la edad cuando andan por los 60, los 70, los 80 años de edad, quejándose de los males de la vida.
Y en contraparte, hay ancianos prodigiosos, llenos de vida y energí­a, y con la emoción social y laboral en los más altos decibeles.

DOS. Cien años y con el machete al hombro

Por ejemplo, en una rancherí­a del municipio de La Antigua hay un par de ancianos. Uno de cien años. Se llama Mateo. Y sigue trabajando. Todos los dí­as, limpia y chapea y corta el monte con machete en mano en el patio de la casa.
Luego, caminando se va a la parcela y con la moruna la limpia de las malas hierbas para que la siembra de maicito y frijol germinen en tierra fértil.
Los fines de semana, se echa un par de alcoholitos y su carcajada suena y resuena en la aldea, a la luz de la luna, iluminada la casita con el fuego en el brasero.

TRES. Lee el periódico a los 102 años

Mateo tiene un hermano. Se llama Matí­as. Tiene 102 años. Y todos los dí­as lee el periódico que le lleva uno de sus hijos. Y los lee, vaya maravilla, sin lentes, y a la distancia normal y lógica de un lector.
A veces, suele leer las esquelas para ver si algún conocido se le adelantó en el camino al más allá.
Y cuando por ahí­ descubre una esquela de un conocido, se persigna, reza un padrenuestro por estar vivo y también, como su hermano, se echa un trago de aguardiente para el festí­n de la vida.

CUATRO. Y hasta pareja tienen

Ellos son modelo de vida. En ellos resulta natural vivir más de cien años. Sus padres murieron más o menos a la misma edad, tanto la madre como el padre.
Y como el médico dice que la longevidad es un factor genético, y como la herencia biológica incluye también "una salud a prueba de bomba", y lúcidos, y llenos de energí­a, caray, como en las tribus del relato bí­blico, hasta pareja joven tienen y dan el ancho.

CINCO. Paí­s de viejitos

La historia dice que Matusalem vivió, parece, 969 años, y con tanta vitalidad fí­sica que tuvo un hijo con su última compañera de treinta años de edad.
Según la leyenda, el pintor Pablo Picasso fue padre de un niño cuando tení­a 80 años procreado con una chica menor de treinta años, y aun cuando los amigos se pitorreaban, el pintor estaba convencido de que era el padre, y era suficiente.
Los geriatras aseguran que hacia el año 2030, en diez años, México será una nación de viejitos y bebés. La vida, en los dos extremos.
La vida prolongada desde que la ciencia médica empezó a descubrir antí­dotos contra las enfermedades.

SEIS. Fuertes y vigorosos

En el pueblo resulta asombrosa la vida de Mateo y Matí­as. Los dos, lúcidos. Los dos, llenos de vitalidad. Ellos se carcajearí­an de las personas de la sexta, séptima, octava década que andan por la vida quejándose de todo y de todos, cuando ellos, con machete en mano, podan el patio de la casa y la parcela.
Y "veinte y las malas" que hasta un hijo más procrearí­an. Y más, porque con todo y la edad, ninguno toma chochitos ni pastillitas para un achaque, digamos, la presión arterial, la próstata, el cáncer, los dolores musculares o la depresión, tan comunes en la vejez, entre otros males.