País de viejitas
El envejecimiento impacta más, mucho más, a las mujeres. De entrada, quizá, porque 6 de cada 10 habitantes son mujeres. Pero...al mismo tiempo, hay otros factores. Uno, el retiro del mercado laboral. Dos, la viudez. Y tres, la morbilidad.
Así lo registra el Instituto de Salud Pública de la Universidad Veracruzana. México, un país de viejitos que pronto más será, aun cuando la población femenina lo está resintiendo mucho más, caray, y ni modo, de acusar al dios mitológico y bíblico de la vejez de machista.
Luis Velázquez
Pero al mismo tiempo, la advertencia habría quizá, y con un milagro, de servir para reorientar las políticas públicas y proteger y blindar más a las mujeres... pues los hombres, como dijera Luiz Inácio Lula de Silva, solos se cuidan.
Ya de por sí, el objetivo oficial, tan cacareado, es "la igualdad entre los géneros y empoderar a las mujeres y niñas".
Pero, vaya paradoja, en el terreno de los hechos las cosas son diametralmente opuestas.
A, solo unas cuantas mujeres, 3, 4, secretarias del gabinete legal en el gobierno de Veracruz.
B, de 212 presidentes municipales, solo unas treinta y cinco son mujeres.
C, de unas 7 mil 500 mujeres, burócratas en el gobierno del estado, con maestrías y doctorados gran parte, pocas, poquísimas, excepcionales, en cargos públicos, pues cada tribu y casta política ascendiendo al poder traen a los suyos y, por lo general, hombres.
D, la igualdad salarial desempeñando la misma tarea.
E, la lucha mítica por despenalizar el aborto para que la mujer sea dueña de su cuerpo, corazón, sexo y decisiones.
F, el peor tiempo para las mujeres en Veracruz con el primer lugar nacional en feminicidios, y peor entre lo peor, feminicidios en la impunidad a pesar de que una mujer, la primera en la historia local, se desempeña como Fiscal General, vaya petulancia.
G, Veracruz, en el primer lugar nacional con adolescentes embarazadas y el primer lugar nacional en abortos clandestinos.
H, el machismo tan arraigado de norte a sur y de este a oeste de "la noche tibia y callada" de Agustín Lara.
I, la preferencia en la mayoría de los hogares por los hombres en desdoro de las mujeres en el ejercicio de la libertad y la dignidad humana.
J, el alto riesgo de salud a que las mujeres siguen expuestas.
Etcétera.
Una relación, pues, y de gran desventaja, desventaja insólita cuando, caray, cada elite gobernante se "desgarra las vestiduras" en el discurso político, demagógico, soez y brutal, por la población femenina.
El mundo "pacífico, próspero y sostenible" con la igualdad entre los géneros, una falacia. Un fuego pirotécnico. Las buenas conciencias refocilándose.
México, cierto, un país de viejitos que tiende a ser y ya es, pero..., quizá sería mejor escribir, un país de viejitas sometidas por el machismo legendario que data, y por citar una referencia histórica, cuando Moctezuma II envió un montón de burritos cargados con oro y veinte doncellas, todas jóvenes de veinte años de edad, todas vírgenes, a Hernán Cortés y sus generales y coroneles recién desembarcado en las playas de Chalchihuecan, y quienes ya traían veinte doncellas más, entre ellas, La Malinche, obsequiadas por el cacique de Tabasco.
VIDA DIGNA PARA LAS MUJERES
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población, CONAPO, estimaciones del año 2017, las mujeres vivirían 78 años, promedio, mientras los hombres 73 años, aprox.
Claro, hay muchas grandes excepciones, pues la semana anterior, una señora quien procreara trece hijos, murió, lúcida, consciente, clara, iluminada, de 102 años, en tanto su esposo falleció cuando tenía sesenta años.
Le sobrevivió, entonces más de cuarenta años, con los trece hijos llenos de cabal salud, y ella, todavía, ordenando y disponiendo en casa.
El Instituto de Salud Pública de la UV registra que la edad de las mujeres y los hombres depende mucho, entre otras cositas, del sexo, lugar de residencia, nivel educativo y de ingresos, pero también del entorno social y económico y de salud.
Por lo general, desfavorable para las mujeres.
Uno, el contexto social, económico, cultural y política en que se desenvuelven en la niñez y la vida productiva.
Dos, el envejecimiento fisiológico del organismo.
Tres, el índice de mortalidad y morbilidad.
Cuatro, la incidencia de enfermedades crónicas como de las vías respiratorias, hipertensivas, cerebrovasculares, isquémicas del corazón y la diabetes mellitus para las mujeres.
Cinco, la política de salud con género centrada en "la ausencia de programas preventivos, problemas de cobertura y de acciones afirmativas no claras en los programas de atención a la salud, así como poca visión a la problemática de género, y un gasto elevado por enfermedades no transmisibles".
Es decir, un montón de circunstancias que necesitan considerarse para que las mujeres tengan una calidad de vida digna desde su nacimiento, sobre todo, a partir de que viven más que los hombres.
Una lucha constante de las mujeres para dignificar sus días y sus años en todos sentidos.