en el rí­o Jamapa buscando a sus hijos, todos ahogados.
En otro tiempo, mucha fuerza tomó, al grado del miedo y "el miedo al miedo" la versión de un nahual, el monstruo que se aparecí­a, primero, tragándose a los animalitos del corral como pollitos, gallinitas y gallitos, y luego, destrozando las siembras de los productos agrí­colas, y después, asesinando personas, aun cuando, nunca fue presentado el cadáver de un paisano ejecutado por el animalito legendario, histórico y mí­tico.
Ahora, vaya paradoja, que esta semana apareció un nahual, y la población salió despavorida a las calles y hubo quienes hasta dispararon al aire para asustarlo y corretearlo.
Desde luego, son ficciones sórdidas y siniestras en los pueblos de provincia.
Casi casi, como el famoso "chupacabras" aparecido en el sexenio de Carlos Salinas y que incluso, sirviera para que el mismito presidente de la república fuera comparado.
Los nahuales y chupacabras tienen, sin embargo, un vaso comunicante.
Suelen aparecer en tiempo de crisis.
Crisis polí­tica.
Crisis económica.
Crisis social. Crisis, como está visto ahora, epidemiológica.
Crisis de inseguridad y de impunidad.
¡Puro cuento y chorizo!
Basta con soltar la versión por ahí­ para luego luego prospere en tierra fértil y al ratito, el pueblo completo hable del nahual.
Insólito: la población suele creer.
Los famosos duendes en los que cree la ex secretaria del Medio Ambiente de López Obrador.
Los extraterrestres visitando la tierra de Jaime Mausán.
Los rostros de las Ví­rgenes aparecidas sobre la corteza de los árboles y que, además, suelen llorar y las lágrimas escurren sobre el árbol.
La leyenda de La Llorona.
La Santa Muerte, Niña Bonita.
Incluso, la de Chucho el roto y que llegara, caray, a correr la versión de que escapara de las mazmorras del castillo de San Juan de Ulúa.
Ahora, en Soledad de Doblado, la versión de que el nahual se metió a una casa y golpeó a una persona para robarle.
Y la versión de que el nahual, simple y llanamente, es un vulgar ladronzuelo y que la policí­a municipal lo busca.
En fin, cada quien con su nahual.
Quizá, la versión sirve para, digamos, disminuir el aburrimiento, claro está tratándose de un elemento distractor para olvidar el coronavirus, los contagiados y los muertos, que van ya un montón en el pueblo y se ha llevado hasta ex presidentes municipales.