El tendajón
•Justicia por mano propia
•Batazos a ladrón
•Entregado a policías
Jorge Arias
Los habitantes del municipio de Veracruz siguen dando la muestra, quizá el ejemplo, para defenderse de los malandros. Una vez más, un ciudadano se hizo "justicia por mano propia". En la colonia La Pochota, un hombre detuvo...
a un ladrón a punta de batazos que se metió a su casa a robar.
Eduardo P., de 24 años de edad, halló fácil meterse a una casa ubicada en la calle írbol de la Cruces, entre Expropiación Petrolera y De Los Piñones..
Y el agraviado, de 45 años, lo enfrentó con un bate de béisbol, jugador de beis que es, a tono con el deporte preferido por los políticos de la 4T.
Luego de tundirlo a batazos, habló a la policía y llegaron los policías navales y municipales.
Y lo entregó.
Después, interpuso la denuncia penal en la Fiscalía General.
El ladrón es conocido en la colonia.
Tiene fama pública de asaltar casas, comercios y changarros.
Es su oficio.
Ya se verá si dada la denuncia interpuesta, la autoridad procede y lo embodega en la cárcel.
El hecho, la circunstancia, sin embargo, manifiesta de nuevo el hartazgo a que se ha llegado la población con el oleaje, mejor dicho, tsunami de inseguridad y de impunidad.
La gente apuesta a hacerse justicia por mano propia.
Por lo pronto, frustró el robo a su casa.
QUEMAR VIVOS A PILLOS
En otros pueblos de Veracruz, la justicia por mano propia es peor.
Dura.
Recrudecida.
Por ejemplo, imborrable, memorable y citable el caso de Soledad Atzompa, donde los vecinos en bolita detuvieron a seis malandros acusados de secuestrar profesores, y los lincharon y prendieron fuego.
En el Valle de Uxpanapa, los vecinos detuvieron a un hombre que asesinara a su esposa por la espalda y lincharon y prendieron fuego.
En Jáltipan, un ganadero se encerró en su casa en el rancho con la familia y esperó a los malandros y los rafagueó y mató a tres.
En Maltrata, los vecinos pusieron un aviso en la calle, diciendo que malandro que detuvieran... sería linchado.
En repetidas ocasiones, en la ciudad de Veracruz, los vecinos han detenido a los asaltantes y rateros, golpeados, incluso, desnudados y exhibidos en la vía pública amarrados a un poste, y luego, muy decentes, digamos, respetuosos de la ley, avisado a la policía para entregarlo y dejar que la autoridad siguiera el proceso penal.
Ahora, un vecino de La Pochota, a base de batazos confrontó a un raterillo.
Sólo así la vida puede volverse respirable, aun cuando significa vivir siempre a la defensiva y a la contraofensiva.