y polí­ticos se manifestaban… Todos, tomando partido a favor o en contra y que Porfirio Dí­az redujera a su frase emblemática… Para la prensa, decí­a, “Pan o palo”… También, claro, para los disidentes… Entre el periodismo y la polí­tica existí­a una raya invisible, pues muchos alternaban… Por ejemplo, y entre otros, Ignacio Ramí­rez, Ignacio Manuel Altamirano, Guillermo Prieto, Riva Palacio y Francisco Zarco, eran unas veces articulistas, y otros, polí­ticos… Todos fueron Ministros de Estado con Juárez… El periodismo ideológico y militante en su decibel más alto… Nunca, Ricardo Flores Magón y Filomeno Mata transgredieron los lí­mites… Siempre fueron, inalterables, firmes trabajadores de la información…

ASTILLEROS: Algunos de ellos, diputados federales (Francisco Zarco el más conocido, el más encendido, el más fogoso) y al mismo tiempo que legislaban publicaban análisis… En ambos casos, la pasión patriótica por delante… Con tanto fervor religioso, Juárez estuvo cubierto durante unos años hasta que de pronto, cayó en la tentación reelectora y uno a uno de aquellos columnistas y polí­ticos le renunciaron… Todos siguieron como polí­ticos, pero a partir de la fecha, disidentes y crí­ticos… El periodismo continuó profesando con la ideologí­a y la doctrina polí­tica por delante, pero todos ellos desde la otra orilla…

ESCOLLERAS: Desde Porfirio Dí­az, los periodistas crí­ticos padecieron el peor de los mundos, “una realidad francamente aterradora” (Francisco Ortiz Pinchetti)… En 41 ocasiones, encarceló a Flores Magón y 36 veces a Filomeno Mata, el director general del “Diario del Hogar” donde publicaba, y en abonos, “Regeneración”, el otro periódico opositor… Muchos años después, el embute fue institucionalizado y como en el tiempo, digamos, de Miguel de la Madrid, los reporteros eran obligados a firmar un recibo, y como en el caso de Miguel Alemán Velasco cuando gobernó Veracruz, hasta los filmaban en una cámara oculta y les pedí­an la copia de la credencial de elector y de lo que se encargó Flavino Rí­os Alvarado como secretario General de Gobierno…

PLAZOLETA: Ahora, con López Obrador en la presidencia de la república y desde la mañanera de todos los dí­as, la prensa, digamos, crí­tica, “a tiro por viaje” se le estigmatiza y descalifica desde el poder…
Pareciera que el tabasqueño también desea un periodismo ideológico y militante, pero siempre de su lado, casi casi como si fueran soldados de su patria, siervos de la nación obradorista…

PALMERAS: De ñapa, los famosos chairos se encargan de tundir a los reporteros, columnistas y articulistas que cuestionan y analizan el dí­a con dí­a de López Obrador… Ninguna duda hay de que el periodismo ha tomado partido ideológico y militante… Unos, con López Obrador y otros en contra, de igual manera como en el pasado inmediato eran priistas o antipriistas y panistas y antipanistas… Hoy, sin embargo, alentado desde las entrañas del poder y expuesto en la mañanera… Lo peor, una lucha sórdida por concentrar el poder, en ningún momento por enaltecer la vida de los 6 de cada diez habitantes del paí­s en la miseria, la pobreza y la jodidez…