Veracruz Es Una Fiesta
•Desesperación política
•Ediles desorbitados
•Por culpa del COVID
Luis Velázquez
La desesperación política, social y sanitaria empieza a ganar presidentes municipales. Por ejemplo, en Yanga, el alcalde estableció ante el crecimiento del coronavirus tres opciones. Una, multa de 2 mil pesos...
por incumplir medidas epidemiológicas como por ejemplo, el uso del tapabocas, caretas, gel y sana distancia.
Dos, arresto de 36 horas.
Y tres, labor social en las comunidades del municipio.
Y en Tamiahua, la alcaldesa bragada desde hace 5 meses cuando iniciara el desastre sanitario amagó con el Toque de Queda en el pueblo pues la población se ha sublevado luego de tantos meses de confinamiento casero, y a pesar de las guardias sanitarias en cada poblado y la vigilancia policiaca en la ciudad y en las playas prohibiendo la circulación.
Por fortuna, un sacerdote de la iglesia católica en Xalapa anunció a los feligreses que nadie se ocupe ni preocupe porque "Dios está de sus lados".
Se ignora la fecha, el día, la hora, en que Dios se comunicó con el curita, pero, bueno, lo está diciendo quizá ahora cuando el subsecretario de Salud federal, Hugo López, llegue a Veracruz en girita para supervisar la política sanitaria, pues el Estado fue declarado el tercer lugar nacional con personas contagiadas y con muertes por el COVID.
Claro, lo hace luego de que 9 gobernadores del país solicitaron su despido dada las erráticas medidas anunciadas y aplicadas.
Pero...
Pero, cuidado, ningún otro funcionario obradorista ocupa hoy los titulares y desde hace meses como Hugo López y en una de esas bien pudiera rebasar por la izquierda, la derecha y el centro al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, y a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, en la carrera presidencial.
Más porque los 9 gobernadores en su contra lo han elevado a la categoría de mártir ante los ojos de López Obrador, tan dado a la belicosidad histórica, legendaria y mítica.
Por lo pronto, el Ayuntamiento de Orizaba sopesa y deja en veremos si cancelarán la ceremonia del grito patriótico del 15 de septiembre en tanto, de plano, el desfile de los niños y adolescentes ya fue suspendido.
Y en la ciudad de Veracruz, la CANIRAC, Cámara Nacional de la Industria de Alimentos Condimentados, anunció el cierre definitivo de doscientos restaurantes y comida en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, y lo que significa, además del quiebre total y absoluto de los negocios turísticos, el despido inminente, inevitable, incuestionable de cientos de trabajadores, desde la cocina hasta los meseros pasando por los lecheros y/o aguadores.
Por fortuna, la reportera Danytza Flores publica en el Diario de Xalapa que las ardillas en el Zócalo de la ciudad, subiendo y bajando de los árboles, siguen como espectáculo fascinante paseando entre las jardineras y los árboles haciendo felices a los niños.
FARAMALLA DEL SECRETARIO DE SALUD
Por encima de las pasioncillas políticas y partidistas, resulta impresionante que con todo y que todos los días el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, aparece en TV Más en conferencia diaria hablando sobre el COVID, Veracruz está en el tercer lugar nacional con contagiados y muertos.
Y entonces, se preguntará el de junto, ¿para qué sirve tanta faramalla?
¿Para qué ponerse el disfraz nuclear y el nombre de Roberto Ramos Alor en cinta masking y esperar a los enfermos en el antiguo Velódromo duartista habilitado como hospital?
¿Para qué la faramalla del góber precioso, fifí, sabadaba y bendecido por López Obrador de andar en la calle en Xalapa en trámites oficiales en el SAT sin cubre-bocas, muy fregón, digamos, a tono con López Obrador que tampoco los usa y los usará cuando, caray, se acabe la corrupción, dijo…ajá.
¿Para qué la locura irracional como en Boca del Río de anunciar que las playas están abiertas y de pronto cerradas y luego otra vez cerradas?
¿Para qué el lloriqueo del alcalde de Mixtla de Altamirano gritoneando que nadie le hace caso y la población indígena que gobierna se pitorrea del COVID?
¿Para qué publicitar que una alcaldesa sureña de Morena cayó con la pandemia y hay una cadena de oración en Whatsapp rezando, ajá, pobrecita, por su salud y pronta recuperación y salve la vida porque el pueblo la necesita?
En un lado de la cancha, la desesperación política, social y sanitaria advirtiendo multas de dos mil pesos a quien circule en la calle sin tapabocas y hasta Toque de Queda.
Y por el otro, el festín.
Significa, pues, que cada quien tiene su COVID como su dios le da a entender...