Personas degolladas y luego arrojadas a un rí­o.
Mujeres secuestradas, desaparecidas, ultrajadas, asesinadas y decapitadas y tirado el cuerpo en la ví­a pública, a orilla de la carretera o de un camino vecinal.
Y de ñapa, hasta una narco/cartulina.

DOS. “Miedo al miedo”

Personas asesinadas y colgado el cadáver de un puente o un árbol.
Mujeres asesinadas y tirado el cadáver en la brecha de un camino y el presunto homicida todaví­a avisar a uno de sus hijos.
Hombres ejecutados y arrojados los cadáveres a un rí­o para que floten aguas abajo y multipliquen el terror y el miedo.
Feligreses asaltados en una iglesia una tarde cuando rezaban el rosario del dí­a.
Ancianas, de más de noventa años de edad, asesinadas que únicamente para robarles.
Niñas secuestradas y desaparecidas y ultrajadas por elementos policiacos tanto de la secretarí­a de Seguridad Pública como municipales.

TRES. Activistas ejecutados

Mujeres asesinadas una mañana cuando iban al monte para cuidar los borregos.
Chicas asesinadas y arrojados los cadáveres sobre la ladera.
Mujeres y hombres asesinados en el motel y a quienes de seguro estaban cazando.
Personas emboscadas y asesinadas como fueran los casos, por ejemplo, del par de activistas, uno en Xalapa, por los derechos humanos, y otro, en Actopan, por el medio ambiente.

CUATRO. De todo hay en la Viña del Señor

Se dirá que “¡ni modo, la vida es así­, y qué le vamos a hacer!” con la naturaleza humana.
Se dirá que “en la viña del Señor” hay de todo.
Y más, en una entidad geográfica como Veracruz habitada por ocho millones de personas y en donde la complejidad humana alcanza dimensión estelar.
También se dirá que en la vida hay buenos y malos.
Pero al mismo tiempo está el llamado Estado de Derecho, cuya esencia superior consiste en garantizar la seguridad en la vida.

CINCO. ¿Cuándo Veracruz se jodió?

Entonces, “y mientras son peras o manzanas”, resulta paradójica tanta saña y barbarie a la que ha llegado la condición humana.
Valdrí­a preguntarse, por ejemplo, como Zavalita en la novela “Conversación en la catedral”, del peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, ¿en qué momento se jodió Veracruz?... para estar “atrapados y sin salida” en este oleaje de inseguridad, zozobra e incertidumbre.
Más, porque de pronto pareciera que nunca, jamás, la tranquilidad en la vida será restablecida y que el sexenio guinda y marrón seguirá caminando (ya van 19 meses) y terminará y llegará un nuevo gobierno y todo seguirá peor.

SEIS. Coctel explosivo

La calidad de vida está demasiado deteriorada en Veracruz.
A, la pandemia, igual que en el resto del paí­s. B, la recesión. C, comercios y empresas quebradas. D, el desempleo creciente.
E, la peor calidad educativa. F, la peor calidad de salud. G, la inseguridad. H, la impunidad.
Todo junto en un vaso jaibolero significa un coctel explosivo, primero, en materia social, inmediatez del mundo vivido, y segundo, de cara a la elección de presidentes municipales y diputados locales y federales a mediados del año entrante.
Y es que la población es la ví­ctima. Y, por añadidura, la dinastí­a polí­tica en el poder sexenal la responsable del estado de cosas que se padece cada nuevo dí­a.