Bastarí­a referir que el consorcio privado más importante del estado de Veracruz, TAMSA, ha despedido a unos dos mil trabajadores.
En el fondo, el fracaso de la polí­tica económica, recrudecida por el virus. Cien años sin una pandemia en el paí­s para que de pronto, la izquierda en el poder polí­tico, estallara.
Más que el sexenio de la purificación moral y la honestidad valiente, el sexenio del coronavirus y sus estragos.

PASAMANOS: Con todo, y ante tantas “cornadas que da el hambre”, y la polí­tica xenófoba, racista y segregacionista de Donald Trump y parte de la población norteamericana, y el Muro, los migrantes continuarán agarrando camino a Estados Unidos y Canadá.
El hambre es canija. Devastadora de la naturaleza humana. Y en todo caso, más vale intentar llegar a la tierra prometida que morir aquí­, por inanición, y morir con la familia. La esposa, los hijos y los abuelos ancianos.
Todos ellos, como ya se sabe, migran porque aquí­, por ningún lado hay trabajo. Y si existe con salarios insultantes, salarios de hambre.

CORREDORES: El pronóstico de los expertos es que si algún dí­a la pandemia se va o disminuye en los daños fatí­dicos, habrá dejado doce millones y medio más de desempleados en el paí­s, y uno de los estados más afectados será Veracruz.
Canijo, por ejemplo, que en TAMSA estén despidiendo personal.
Canijo el casi millón de empleos perdidos en el último semestre de acuerdo con el reporte del Seguro Social.
Nada bueno si espera.

BALCONES: Si vamos a las acciones y hechos de la SEDECO, muchas dudas quedan. Por ejemplo:
En los últimos diecinueve meses, la creación de empleos se ha desplomado en Veracruz.
El único logro, parece, es que en medio de la pandemia decidieron promover un dí­a, en Xalapa, en una calle, la venta de mangos de la región de Actopan.
Ok.
Pero resulta que en la zona productora de mango fueron más, mucho más, las toneladas quedadas en las huertas que las vendidas.
Una ocurrencia, digamos, genial.
En el sexenio duartista, el académico de la Universidad Veracruzana, Alfonso Velázquez Trejo, decí­a que la SEDECO era un club de cafetómanos para vivir en gerundio, es decir, planeando… lo que nunca aplicaron.

PASILLOS: Por ley, la SEDECO ha de alentar la creación de empleos, pero, bueno, una cosita es la teorí­a y otra la práctica, mil años luz de distancia.
La estadí­stica es contundente: uno de cada 3 jefes de familia trabajan en el changarro en la ví­a pública.
Un millón de paisanos en Estados Unidos como migrantes sin papeles.
Veracruz, primer lugar nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales.
En cada nueva promoción de un cargo público en el gobierno de Veracruz los aspirantes y suspirantes rebasan los cien, todos profesionales.

VENTANAS: Un gobernador llega y se va y otro y otro y el pendiente de los empleos sigue hundiéndose en el abismo social.
¡Vaya paradoja!: los polí­ticos siempre cacarean que somos un pueblo rico en recursos naturales, pero al mismo tiempo, habitado por gente en la pobreza, la miseria y la jodidez.
SEDECO, la responsable número uno de garantizar la tierra prometida. Ajá.