Prófugos de la justicia
•11 meses a salto de mata
•Volaron al cielo...
ESCALERAS: Muchas cositas han ocurrido en Veracruz desde el mes de septiembre del año 2019 cuando el exfiscal general de la yunicidad cayó.
Por ejemplo, desde entonces, Jorge Wínckler Ortiz y Marcos Even Torres Zamudio, Fiscal Anticorrupción, prófugos de la justicia.
Luis Velázquez
Y en contraparte, la manifiesta incapacidad, incompetencia, ineficacia e ineficiencia de la sucesora, Verónica Hernández, para con su búnker de inteligencia y la experiencia de la Policía Ministerial los tuviera identificados, detenidos y sometidos a proceso penal.
PASAMANOS: Quizá la premisa universal es la siguiente:
Entre Wínckler y Hernández, Wínckler tiene mayor experiencia, por ejemplo, para seguir huyendo, sin dejar pistas ni rastros.
Y si en verdad la Fiscalía General con la primera mujer al frente los sigue buscando, entonces, simple y llanamente, el fracaso total.
Más por lo siguiente:
Durante nueve meses, el secretario General de Gobierno, acatando órdenes del góber bendecido de López Obrador, con la bancada legislativa de MORENA, la pasaron torpedeando a Wínckler para su descarrilamiento.
Y nunca pudieron, hasta que, se afirma en el trascendido, el presidente de la república asestó manotazo, designó personal para el objetivo, y fue destituido.
CORREDORES: Y si 9 meses estuvieron bombardeando a Wínckler para su decapitación, de septiembre 2019 a la fecha, casi once meses transcurridos y ninguna pista del par de ex Fiscales que llevaran a su captura.
Más, cuando la Fiscalía General boletinó el caso al resto de Fiscales Generales del país.
Quizá, incluso, solicitando el apoyo de la Fiscalía General de la República.
Wínckler ha salido más vivo que el aparato de justicia de Veracruz en el sexenio de MORENA.
BALCONES: Y así como van las cosas, menos posibilidades, pues la tierra jarocha está convertida en el primer lugar nacional en feminicidios, secuestros y extorsiones.
Por un lado, tiradero de cadáveres, y por el otro, tiradero de impunidad.
Demasiada chamba y pendientes sociales para una mujer en la Fiscalía General.
Pero, bueno, estando bien con el Sumo Pontífice (el góber), vale Dios (la población).
PASILLOS: Atrás de Wínckler hay muchos francotiradores.
Uno, el góber. Dos, el secretario General de Gobierno, con sus memorables, imborrables y citables declaraciones en su contra.
Tres, la Fiscal General. Cuatro, la Policía Ministerial. Cinco, la bancada de MORENA en la LXV Legislatura.
El exfiscal ha de estar, por ejemplo, en las Islas Fidji, disfrutando la vida, quizá en Canadá como jornalero agrícola, acaso en algún rincón del país… con tanta habilidad que por ningún lado ha dejado pistas.
Casi casi, un experto en fuga. Papillón quedaría corto a su lado. Joaquín Guzmán Loera, El chapo, es, sería, un aprendiz, una caricatura, un parvulito.
Se ignora si Wínckler y Marcos Even Torres andan juntos. Acaso, digamos, para retroalimentarse en materia penal y ver salidas. Incluso, quizá, negociaciones.
O en todo caso, cada quien por su lado rifándose el lomo en la fuga.
VENTANAS: Nada, entonces, evidencia más a la Fiscal General que la impotencia para detener al par de Fiscales que la antecedieron.
Peor tantito si se considera el cementerio femenino más grande del país con tantos feminicidios, todos en la impunidad.
Y ni se diga la impunidad con los asesinatos de niños, jóvenes, ancianos, políticos, líderes partidistas y obreros, activistas sociales, miembros de la comunidad sexual, profesores, taxistas y reporteros, entre otros, de los sectores más flagelados por la violencia incesante.
Al paso que van, Wínckler y Torres Zamudio se volverán los Prófugos Record Guinness, una estrella menos para la Fiscalía General.