Tiradero de impunidad
El reporte oficial es que el 68.3 por ciento de los feminicidios en Veracruz se concentran en las ciudades de Xalapa, Coatzacoalcos y Córdoba.
Y si es así, y con todo y que incluyen el asesinato de mujeres desde la yunicidad, de cualquier forma, se trata de un delito que nunca proscribe y que la Fiscalía General está obligada a seguir por oficio.
Luis Velázquez
Pero al lado del tirado de cadáveres de mujeres está el tiradero de impunidad como una hermanita gemela siniestra, sórdida y sombría.
Uno. Si en las tres ciudades ha ocurrido el mayor número de mujeres ejecutadas resulta indicativo y significativo que la secretaría de Seguridad Pública haya dejado de blindarlas con la presencia multiplicada de la Fuerza Civil y la Guardia Nacional.
Dos. Si en el trío de ciudades (dos gobernadas por MORENA y una por el PAN) el tiradero de cadáveres es tanta…, también llama la atención que la Fiscalía General tolere la incapacidad, ineficacia e ineficiencia de las Fiscalías Regionales, sin detener a los homicidas físicos e intelectuales.
Tres. Si desde la yunicidad la tendencia es el homicidio de mujeres en Xalapa, la capital, la ciudad más vigilada del estado de Veracruz, Coatzacoalcos, la región clave sureña, y Córdoba, el epicentro de la zona centro, se antoja inverosímil que el gabinete de seguridad y justicia del gobierno del estado siga aplicando el principio francés de “dejar hacer y dejar pasar”.
Cuatro. Cierto, y como dice el secretario de Seguridad Pública, imposible asignar un policía a cada mujer y que, claro, cuando expresado fue pareció una burla.
Pero, bueno, “a ojo de buen cubero” basta y sobra con que la Fuerza Civil y la Guardia Nacional tuvieran destacamento permanente en el trío de demarcaciones para dejar constancia a los malandros de que “un mundo los vigila”.
El gabinete de seguridad del Estado anda, parece andar, en otras tareas, otras jerarquías, otras prioridades, y ni modo, los feminicidios siguen.
Las únicas víctimas son las mujeres en un Veracruz donde 6 de cada 10 habitantes es población femenina.
Y en un Veracruz con mujeres aguerridas y combativas y bragadas luchando por elementales derechos humanos.
Y en un Veracruz con más de veinte Colectivos, integrados en su mayor parte por mujeres, madres de familia buscando a los hijos desaparecidos.
Y en un Veracruz donde están “Las Brujas del Mar” aquellas chicas que estremecieran al país con “Una (mujer) menos (asesinada).
VARIAS HIPÓTESIS NOS CONTEMPLAN
Hipótesis una: el gabinete de seguridad y justicia del gobierno de Veracruz… no puede con el oleaje de violencia.
Hipótesis dos: las circunstancias y los hechos rebasaron al gabinete de seguridad y justicia y están horrorizados, incapaces de asestar un manotazo certero y eficiente, determinante.
Hipótesis tres: los zapatos al secretario de Seguridad Pública y las zapatillas a la Fiscal General les quedaron demasiados largos. Zapatos de payasitos haciendo clop, clop, clop, como si estuvieran rotos.
Hipótesis cuatro: el tiradero de cadáveres y el tiradero de impunidad los tienen atónitos y “ya no saben dónde se alza el porvenir”.
Hipótesis cinco: las presiones de los ciudadanos libres y organizados (ONG, Colectivos, familiares, diputados opositores, elites eclesiásticas) “los han sacado de sus casillas” y perdieron la brújula.
Hipótesis seis: incapaces de hechos concretos, específicos y macizos, el gabinete de seguridad y justicia del góber bendecido de López Obrador solo espera el momento cuando sean despedidos.
Hipótesis siete: si sus antecesores convirtieron a Veracruz “en el infierno tan temido”, ellos se volvieron indolentes. Total para qué, dirían, “te vas a preocupar/ las cosas como vienen/ se deben de tomar”.
Hipótesis ocho: quisieran, soñarían con tener las agallas de Fernando Gutiérrez Barrios, quien en cuarenta días pacificó Veracruz y acabó con “La Sonora Matancera”, pero, bueno, nunca, jamás, ni volviendo a nacer, serían como “El hombre-leyenda”.
Mientras, los feminicidas (malandros, sicarios y machos), dueños de la agenda pública perturbando los días y noches de la población femenina.
A mediados del año 2021, en las urnas, las mujeres se expresarán sobre los candidatos a presidentes municipales y diputados locales y federales de MORENA.
Quizá los programas sociales de López Obrador pudieran salvarlos del abismo social.
IMPUNIDAD, “LA FLOR MíS BELLA DEL EJIDO”
Con todo y que en la yunicidad refieren el mayor concentrado de feminicidios, la realidad es que la numeralia de la muerte ha llevado a Veracruz en el sexenio del góber bendecido de López Obrador al primer lugar nacional.
Unos meses, varios, primer lugar, y después, como por arte de magia, al segundo lugar, camino al tercero, según decreto de la secretaría de Seguridad Pública federal.
La realidad, sin embargo, es indicativa y significativa.
Si Veracruz fue con Javier Duarte “el rincón más peligroso del mundo para el gremio reporteril”, ahora, es para la población femenina.
Y si algunos medios impresos y digitales quisieran dar la vuelta a la página e inculpar al bienio azul, cada quien su “verdad histórica”, los hechos son el único aval de un político, como también de cualquier humano, sea mujer, hombre o fantasma.
Diecinueve meses después, la peor mancha del sexenio de la izquierda en Veracruz, aquella que ondea en el mundo la defensa de los derechos humanos como razón superior, son los feminicidios.
El asesinato de mujeres, pero antes, el secuestro, la desaparición, el ultraje, la decapitación y los cadáveres tirados en los ríos para flotar aguas abajo, en medio de los cañaverales y a orillas de los caminos de terracería y carreteras.
Por supuesto, impunes todos.