Lastre educativo
•Tiempo de memorizar
•La SEV, ni en cuenta
ESCALERAS: Hay en la secretaría de Educación de Veracruz, SEV, grave pendiente pedagógico. Viene del siglo pasado. Herencia fatídica y que diecinueve meses después, al titular le despreocupa. Ni en cuenta.
Es el anquilosado sistema educativo de que la mejor técnica de enseñanza es memorizar. El estudiante ha, entonces, de aprenderse de memoria todo.
Luis Velázquez
Nombres, apellidos, cargos, fechas, escenas, hechos.
La versión aquella, tan dominante en el siglo pasado y en el anterior, de que el alumno más brillante, el chico de dieces, era el poseedor de la memoria más electrizante y sorpresiva.
PASAMANOS: Tiempo hubo (se ignora si todavía) cuando en las escuelas primarias organizaban concursos sobre la memorización, casi casi como aquel programa desaparecido de la televisión de “la pregunta de los 64 mil pesos”.
Desde Veracruz, por ejemplo, aquel chico que concursando en Televisa sobre la vida de Beethoven, se ganó nuevo nombre. “El niño beethoviano” llamaban.
La memoria, sin embargo, rebasaba las facultades primordiales de las neuronas, la inteligencia y el talento, como es pensar, volver a pensar, dar vueltas a un asunto, vislumbrar escenarios, reflexionar, cotejar, y adquirir el conocimiento a partir de la interacción de los hechos y las circunstancias.
CORREDORES: Se trata de una de las pésimas fallas, inadmisibles, del sistema educativo, como aquella histórica de que “la letra con sangre entra” y que todavía en el siglo pasado (quizá todavía en regiones indígenas y rurales) se aplicaba con furor patrio con los maestros agarrando a reglazos a los alumnos y torciéndoles la oreja y restregándoles la patilla.
En el pueblo, Soledad de Doblado, había varios maestros, hombres, que ordenaban a un chico ponerse de pie, y entonces, con fuerza descomunal lo agarraban de los pies y ponían de cabeza y zarandeaban.
Así, el educando pronto, demasiado pronto, aprendía los más graves pendientes de matemáticas, gramática, historia y geografía, el coco de la educación nacional.
BALCONES: Por el contrario, una de las primeras acciones, quizá obsesiones, del profe Zen en la SEV fue crear su sindicato magisterial cuando ya existían unos diecinueve, quizá como grupo de choque.
La otra fue crear y recrear su orquesta sinfónica especializada en salsa, con puros maestros, quizá para congraciarse con el góber bendecido de López Obrador, de cara, digamos, hacia el año 2024 para quedarse con la candidatura de MORENA a gobernador, soñándose en la silla embrujada de la principal oficina del palacio de Xalapa.
PASILLOS: El caso es que diecinueve meses después, la calidad educativa está en el sótano del ranking nacional.
Además, de los 550 mil paisanos analfabetas, más el millón con la escuela primaria inconclusa, más el otro millón con la secundaria incompleta y los 600 mil con el bachillerato a medias.
De cada cien niños egresados de la primaria solo diez llegan a la universidad y solo uno, si bien va, se titula.
VENTANAS: Insólito: en el primer año, el profe Zenyazen interpuso decenas de denuncias penales en la Fiscalía General en contra de sus antecesores y ninguna ha procedido, si ignora si por una denuncia floja y frágil, o quizá, digamos, alguna componenda en lo oscurito.
Menos, mucho menos, la SEV estaría interesada en fincar las bases y amacizar en un sexenio nuevo sistema educativo apostando al ejercicio de la inteligencia, la reflexión, el análisis, lejos de la memorización.
Pero, bueno, ni modo de comparar a Zenyazen con Enrique Rébsamen, Enrique Laubscher, Carlos A. Carrillo y Rafael Delgado.
Es mucho pedir y esperar.
Nunca Rébsamen, Laubscher, Carrillo y Delgado fueron streap-teseros ni megalómanos…