Se expresan en el zócalo como la última alternativa luego de que en sus entidades federativas tocaron puertas, organizaron marchas, plantaron frente a los palacios de gobierno, hicieron declaraciones mediáticas y nunca obtuvieron respuesta.

PASAMANOS: Desaparecidos y feminicidios integran cóctel explosivo. En ambos casos, largas de las autoridades.
Jamás la señora Rosario Ibarra de Piedra encontró a su hijo Jesús, desaparecido en la guerra sucia del presidente Luis Echeverrí­a ílvarez.
Nunca los padres de Ayotzinapa han encontrado a sus hijos como tampoco los padres de los chicos desaparecidos en la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968 hallaron a los suyos.
Jamás en Veracruz fueron encontrados los 5 chicos de Playa Vicente secuestrados y desaparecidos por la policí­a estatal en Tierra Blanca ni tampoco sus restos.

CORREDORES: De tantos desaparecidos en Veracruz los padres formaron unos veinte Colectivos. El primero, parece, el Solecito. Diez años después los continúan buscando. Vivos o muertos, de plano.
El sexenio de MORENA, la izquierda que abandera como causa universal la defensa de los derechos humanos, Veracruz, en el ranking nacional de los feminicidios. Primer lugar durante muchos meses. Segundo lugar, ahora, dicen desde el lado oficial.
El penúltimo feminicidio en Agua Dulce el lunes 6 de julio. A las 6 de la mañana, un comando llegó a su vivienda y le disparó en varias ocasiones. Se llamaba Flora, tení­a 22 años, era divorciada y dejó un niño en la orfandad.

BALCONES: Los familiares de desaparecidos en plantón en el zócalo de la Ciudad de México ningún resultado concreto y macizo tuvieron como respuesta luego de varios dí­as de protesta.
El 15 de junio cuando López Obrador efectuó su última girita en Veracruz desdeñó a los parientes de desaparecidos frente al cuartel militar de Emiliano Zapata argumentando la sana distancia del COVID.
Los familiares de las mujeres asesinadas en plantón. El presidente de la república prefirió viajar a Estados Unidos para tomar cafecito con Donald Trump.

PASILLOS: La primera instancia para atender y resolver los pendientes sociales es el gobernador de cada Estado... por más y más que, por ejemplo, el asunto de los desaparecidos fuera de incumbencia federal.
Pero si se revisa la historia local, por ejemplo, ningún mandatario ha apechugado el desafí­o. Por el contrario, se la llevan en venta de esperanzas y apapachos, sin concretar nada.
Por eso, los plantones en la Ciudad de México, piedrota en el zapato obradorista.
Tanto dolor y sufrimiento hay que López Obrador mejor delega. Su góber jarocho también difiere. Allá que se encarguen otros organismos.

VENTANAS: Desde Gustavo Dí­az Ordaz, número incalculable de familias buscan a los hijos desaparecidos. Una pesadilla inacabable, sin fin, sin tregua, sin esperanzas y con mucha tristeza.
Antes, mucho antes, la guerra sucia para desaparecer y asesinar a los disidentes, los inconformes sociales, los contestatarios, los crí­ticos, los rebeldes, los insumisos.
Después, se empalmaron los carteles y cartelitos, primero, en ajustes de cuentas entre ellos, y después, contra la población civil como recurso para intimidar, azuzar y multiplicar el horror y el terror en la población.
Incluso, y como en el caso de la chica de 12 años desaparecida y asesinada en Naolinco que un chico de 15 años involucrado, presunto homicida, ya detenido, y en contraparte, malandros y sicarios impunes.