La política del halago
Hay un eje rector en algunos diputados locales de MORENA. Tres, por ejemplo, tirando incienso al gobernador y hasta el presidente de la república para ganar el siguiente cargo público. El terceto, sin pudor alguno, arrojando loas y halagos. La frivolidad y la vanidad por delante. La misma estrategia del priismo, el panismo y el perredismo de todos los tiempos.
Luis Velázquez
José Manuel Pozos Castro en su tiempo de presidente de la Mesa Directiva de la LXV Legislatura, y Rubén Ríos, el sucesor de Pozos Castro, y Juan Javier Gómez Cazarín, titular de la JUCOPO, en el tendedero político y mediático, jugando carreras en el palenque para quedar bien con el patrón y congraciarse su voluntad, soñando, digamos, con la presidencia municipal de sus pueblos, o la curul federal por dedazo, acaso un cargo en el gabinete legal y ampliado.
El más aplicado, por ahora, parece Rubén Ríos. A cada rato, en el boletín pagado, se ignora si con cargo a su bolsillo de diputado, o con cargo a la LXV Legislatura, se desborda en alabanzas a Cuitláhuac García, AMLO y hasta la 4T.
El mismo activismo mediático que antes tenía Pozos Castro como presidente de la Mesa Directiva.
Sólo falta que Rubén Ríos también se promueva con las fotos posando al lado del góber de AMLO en los eventos públicos, igual, igualito que antes Pozos Castro.
Carlos Monsiváis lo escribió así en “Días de guardar”, uno de sus tantos libros de crónicas:
“La corrupción siempre se perdona en nombre del progreso”.
Corrupción política en el tiempo de la purificación moral y la honestidad valiente, el gasto mediático, pues ni modo que el trío de legisladores pague de su salario fabuloso el costo de la publicidad en los medios.
Son los iluminados del sexenio guinda y marrón. Los soldados de la patria. Los siervos de la nación.
En pocas palabras, la política del halago, considerando que pocos, excepcionales seres humanos resisten el chocholeo.
“va mi espada en prenda” diría el trío de señores legisladores.
Luego, replicarían copiando a David Alfaro Siqueiros:
“No hay más ruta que la nuestra”.
¡Hosanna, hosanna, los 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz en la miseria, la pobreza y la jodidez, se han salvado!
CLUB DE ADULADORES Y ZALAMEROS
El diputado Rubén Ríos parece tener mucha prisa. Cada semana, 2, 3 veces, en los medios, halagando sin cesar, incluso, hasta al secretario General de Gobierno.
La industria de la sumisión y el vasallaje en su más alto decibel.
Los Morenos, como sus antecesores en el poder, creyendo que explorar la vanidad humana es el camino seguro para escalar al cielo.
Hay días cuando la frivolidad es tanta que “da pena de la pena ajena”.
Por ejemplo, cuando loaron a AMLO por su viaje a Estados Unidos como si AMLO leyera el periódico digital donde aparecen, quizá, acaso, para mejor quedar bien con “El uno” o “El dos del palacio”.
La apoteosis verbal del trío legislativo “atrapada y sin salida” en la demagogia preñada de complacencias.
Desde luego, ningún indígena de Veracruz (un millón), ni campesino (dos millones) ni obrero (tres millones) reciben un beneficio social con la racha de halagos, pero, bueno, los pobres nunca han importado a los políticos más que para hacer bulto en los eventos públicos y “cortarse las venas” en nombre de ellos.
Hay otros diputados de MORENA, mujeres y hombres, que también disputan los encomios al góber más, mucho más que al presidente de la república, pues se trata del jefe máximo, el tlatoani, el chamán, el mero mero jarocho, dueño del día y de la noche.
Quizá convendría, entonces, que entre todos formaran el Club de aduladores y zalameros de Cuitláhuac García.
Y dadas las circunstancias, el dipu Rubén Ríos bien pudiera ser el presidente fundador del club con Gómez Cazarín, el dueño de los centavos públicos, como secretario general, incluso, ad perpetuam, mientras, digamos, dura la LXV Legislatura.
Es más, y toda vez que los diputados locales del PAN tienen ya el Club de Francotiradores al góber, entonces, el Club de Panegíricos de Cuitláhuac “caería como anillo al dedo” para ser y estar y soñar de cara al futuro inmediato, el año entrante, con la elección de los candidatos a presidentes municipales y diputados federales.
INTRIGA EN PALACIO
Suetonio, el autor del libro “Los Doce Césares” fue invitado por su amigo Plotino a participar como consejero con la emperatriz.
Entonces, del otro lado del reino los asesores que ya estaban levantaron la mano y comenzaron a intrigarlo.
Entre todos le echaron montón y hablaban al oído de la emperatriz en su contra.
La reina fue convencida y le pidió la renuncia.
Y se fue jurando y perjurando que nunca, jamás, aceptaría un cargo público, y por el contrario, siguió impartiendo clases para vivir y encerrado en su casa escribiendo la historia de la docena de Césares.
Nadie dudaría de que Gómez Cazarín, Rubén Ríos y Pozos Castro, además de ejercer a plenitud la jugosa industria de las alabanzas y los elogios a los jefes máximos, también intriguen y conspiren contra los adversarios y enemigos camino, digamos, al cargo público siguiente.
Por ejemplo, Gómez Cazarín, soñando con la candidatura de MORENA a la alcaldía de Coatzacoalcos, donde su homóloga, Mónica Robles Barajas, ha levantado la mano.
Pozos Castro, soñando con la nominación edilicia en Tuxpan, para él o su hijo, el subsecretario de Finanzas y Planeación elegido por dedazo y denominado “el orgullo de mi nepotismo”.