Iglesias cerradas
•Activismo eclesiástico
•Desdén oficial
ESCALERAS: Las iglesias en Veracruz siguen cerradas. Los feligreses, a seguir escuchando misa dominical en casa y ante la televisión. El semáforo epidemiológico continúa en alerta roja. Y aun cuando en algunos municipios (los llamaban los Municipios de la Esperanza, ajá) algunos templos católicos fueron abiertos, la advertencia de la secretaría de Salud es el rebrote. Marcha atrás.
Luis Velázquez
Y “si Dios está en todo lugar”, entonces, así el creyente esté encuevado en alguna montaña, aislado en una isla milenaria, hospedado en algún hotel en el otro extremo del mundo, desde allí puede profesar su fe.
PASAMANOS: Es el tiempo del COVID. Los contagios, a la alza. Los muertos, también. El semáforo naranja solo es una medida política electorera.
Y si parte de la población ha salido a la calle significa una decisión por cuenta y riesgo.
En el siglo pasado, hubo cierre espantoso de templos e iglesias, por ejemplo, en el centro de la república, Guanajuato y alrededores, por el movimiento cristero.
En Tabasco, el gobernador rijoso y belicoso, Tomás Garrido Canabal, cerró templos, persiguió a los curas, bautizó a sus vacas, toros y perros con el nombre de santos y Sumos Pontífices y expidió un decreto advirtiendo a los ministros de Dios que solo podían permanecer en el pueblo… si se casaban.
CORREDORES: En sus tarjetas de presentación y de los miembros del gabinete legal y ampliado añadían la siguiente leyenda luego del nombre y el cargo público de cada uno:
“Enemigo personal de Dios”.
Varios años después, al puerto de Veracruz llegó como administrador de la Aduana don Arnulfo Pérez H., y quien había sido secretario particular de Garrido Canabal. Y en sus tarjetitas alardeaba de la misma leyenda.
BALCONES: Tanto fue el odio de los políticos del siglo pasado (ílvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, anexos y conexos) que la madre Conchita y el caricaturista José de León Toral planearon el asesinato de Obregón.
En el restaurante “La bombilla”, reelecto presidente, Toral se acercó para pedirle le permitiera hacerle una caricatura, y de pronto, sacó la pistola y lo mató y su cabeza cayó encima de un plato de mole.
Aquel tiempo ya fue superado, por fortuna. Y, bueno, hasta el presidente municipal de Soconusco levantó una estatua de Cristo Redentor de 9 toneladas de peso y más de 8 metros de altura en el pueblo.
PASILLOS: Pero sin pasioncillas ideológicas, el coronavirus obligó a cerrar los templos católicos y evangélicos y Atalayas, etcétera.
Por fortuna, muchas señoras aceptaron la realidad y además de escuchar misa en la tele, y hasta con un rosario en la mano, a través del whatsapp todos los días rezan el rosario en un cadena de oración pidiendo a su Dios el fin del COVID.
VENTANAS: Hay en Veracruz siete obispos y un arzobispo. Y el Cardenal Emérito, Sergio Obeso Rivera. Y de todos, el único activista es Hipólito Reyes Larios, y su vocero, José Manuel Suazo.
Ellos son los únicos, a veces el obispo de Orizaba, ocupados de los graves pendientes sociales, entre ellos, la violencia y el desempleo cada vez crecientes.
El resto, parece, ocupados, digamos, de las tareas del espíritu y del alma, con todo y que como dijeran Reyes Larios y Suazo, los asuntos de la vida civil también son incumbencia de la iglesia.
Ellos mantienen la guardia en el frente del campo de batalla. Pero por más y más críticas evidenciando al gobierno de Veracruz, a nadie escuchan. Dan la espalda a los ministros de Dios. También, a la población.