El tendajón
•Nadie está seguro
•Cuitláhuac daña a AMLO
•Crimen en Xalapa
Jorge Arias
El 29 de junio, el oleaje de violencia, mejor dicho, tsunami, alcanzó el peor nivel social en Veracruz. La Rectora de la Universidad Valladolid, ubicada en el municipio de Emiliano Zapata, maestra Guadalupe Martínez Aguilar, fue asesinada.
Desde luego, toda vida humana es invaluable. Pero en el caso, se trata de una académica, una profesora.
Y lo peor, asesinada en la propia casa de estudios.
El desencanto social en su más alto decibel.
Una vez más quedó expuesto en el tendedero público.
El gobierno de Veracruz no puede. Está rebasado. La vida, prendida con alfileres. Nadie está seguro. Nadie puede festinar que ya la libró.
Los carteles y cartelitos, malandros y sicarios, delincuentes organizados y comunes, dueños de Veracruz.
El crimen de la Rectora plantea una realidad insoslayable:
El gobernador Cuitláhuac García hace daño a Andrés Manuel López Obrador como presidente de la república.
Su ineficacia arrastra el crédito de AMLO.
Morena va camino al desplome electoral a mediados del año entrante.
Podrán, claro, la secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General detener a los asesinos..., pero al mismo tiempo, el daño ya está hecho.
En el tiradero de cadáveres en los últimos diecinueve meses hay mujeres, niños, jóvenes, ancianos, políticos, líderes partidistas y sindicales, taxistas, miembros de la comunidad sexual, activistas, taxistas, profesores, reporteros, y ahora la primera Rectora de Universidad privada.
LAMBISCONES Y CORRUPTOS EN MORENA
El diputado federal, Porfirio Muñoz Ledo, ex de todo menos de presidente de la república, fue categórico una vez más.
Dijo, por ejemplo, que en Morena hay lambiscones, corruptos y oportunistas.
Los llamados soldados de la patria, siervos de la nación, redefenidos por el ex líder nacional del PRD y PRI y ex secretario de Educación y Trabajo y Previsión Social y exembajador.
Le faltó, claro, y por lo pronto, adjudicar el título de lambiscones, corruptos y oportunistas a los funcionarios públicos, pero, bueno, su referencia ya está en la cancha.