con su iniciativa de ley para crear la llamada Ley Bozal en la LXV Legislatura y que simple y llanamente, pretendí­a cortar la lengua a los diputados locales para evidenciar y cuestionar, primero, digamos, a sus compañeros legisladores ante sus homólogos, y segundo, nulificar la crí­tica de los "conscriptos de la patria" al gobierno de Veracruz.
Ninguna duda hay, doña Cristina cristiana, de que usted recibió órdenes superiores, aceptó inmolarse en nombre de la patria guinda y marrón y fue exhibida.
Ojalá que pronto sea usted premiada por sacrificarse en nombre de los intereses polí­ticos de las elites guinda y marrón superiores.
El politólogo Carlos Ronzón Verónica dice que en la polí­tica "si se piensa mal... se acierta".
Por ejemplo:
Cabrí­a la posibilidad de que luego de la planchada a los diputados locales para votar por la señora Verónica Hernández para Fiscal General por 9 años...
Después de la planchada a 5 diputados opositores a la bancada de MORENA para avalar las dichosas reformas electorales...
Y luego de la planchada a 129 presidentes municipales para aprobar las reformas electorales...alguna mano siniestra y perversa "que mueve la cuna" la utilizó a usted para lanzar la iniciativa de la Ley Bozal, ley mordaza, ley pan o palo, como elemento distractor.
Y usted, claro, se prestó, pues nadie pensarí­a que la usaran como a niña de kí­nder con toda la inocencia del mundo.
A todas luces la iniciativa significaba el peor autoritarismo del mundo y aun cuando usted "se cura en salud" diciendo que "nunca fue mi intención callar las voces de mis compañeros, sino propiciar que en el Congreso se tengan debates serios", nadie le cree ni creyó, más que sus argumentos, sus pretextos y motivos.
Usted quedó exhibida en el palenque legislativo.
Se prestó, se habrí­a prestado, a la jugada perversa del poder.
Menos de una semana tardó su iniciativa cocinándose en el Poder Legislativo.
Presentada el lunes 22, cuatro dí­as después, el viernes 26, para atrás.
Lo anterior significa que usted acató órdenes sin darse tiempo para la mesura, la prudencia y la cordura polí­tica, y como el viejo topo de Carlos Marx, olfatear el medio ambiente polí­tica, calibrar los vientos favorables y adversos, cabildear, incluso, entre los colegas, primero, de MORENA, y luego enseguida, con uno que otro de la oposición, y dar el paso decisivo de presentar la iniciativa.
Simple y llanamente, se fue usted como "El Borras".
Por eso, los mejores deseos de que su patriotismo obradorista sea premiado con la candidatura, digamos, a diputada federal y/o a presidenta municipal de su pueblo, pues desde aquí­ se ignora si con la reelección de diputados locales el beneficio electoral recién aprobado le alcanzarí­a para repetir en la curul local.
Doña Cristina es usted una cristiana ejemplar, mártir del siglo XXI que de vivir a principios del siglo XX serí­a usted gran cristera.
Nadezdha Vergel.