Estragos de la migración
•Desintegración familiar
•Niños abandonados
ESCALERAS: Muchas cornadas sociales deja la migración de Veracruz en Estados Unidos, quizá como en otras latitudes geográficas.
Por ejemplo, entre otros de los males, los siguientes:
Uno. La desintegración familiar. El padre parte como migrantes sin papeles. Se va “a la buena de Dios”. La familia queda aquí, esperando las remesas.
Luis Velázquez
Pero conforme pasan los meses y los años, el padre nunca vuelve al pueblo, temeroso de que sea difícil volver a entrar.
Entonces, echa raíces allá. Con nueva pareja. Digamos, una compañera migrante de algún país de América Central. Y la familia se derrumba.
PASAMANOS: Dos. Los niños viajando solitarios en “La bestia” soñando con entrar a EU para buscar a la madre o al padre a quienes tienen años sin ver. El riesgo de ser cooptados por los polleros y los malandros.
Tres. El S.I.D.A. Durante muchos meses, años, el padre en EU, solo, fines de semana puede terminar en un prostíbulo de mala muerte. Incluso, con mujeres de habla hispana.
Y le pegan el S.I.D.A. Luego, cuando regresa al pueblo el riesgo de transmitirlo a la esposa y/o a la pareja en turno.
CORREDORES: Cuatro. El alcoholismo. Muchas cornadas deja también la soledad. Entre ellas, el alcohol. La vida condenada al fracaso, tarde o temprano.
Cinco. La cárcel. Sin papeles, la vida está expuesta. La policía migratoria, orden implacable de irse con todo y contra todos con los ilegales. Incluso, hasta se meten en las iglesias donde suelen refugiarse. La cárcel.
Seis. La deportación, el fantasma de todos los días y noches. Las razias implacables. Detenido por la migra, en el puente internacional de Estados Unidos y México, “El Mil Usos”, Héctor Suárez, voltea al país vecino y grita soberana mentada de madre con el ademaneo correspondiente.
BALCONES: Siete. La vida, expuesta a ser asesinado por los rangers. Los cazadores de migrantes. La película “El desierto” con Gael García es impresionante. Un francotirador los va matando uno por uno en el desierto. Y sin que nadie lo moleste ni detenga. Incluso, hasta condecorado saldría por la Casa Blanca.
Ocho. Desintegrada la familia, los hijos dispersos. Cada uno por su rumbo. “A la buena de Dios”. En casa de los parientes, “a los tres días apestan” reza el dicho popular.
PASILLOS: Nueve. Migrantes asesinados en el cruce de México a EU, caminando por el desierto, cruzando el río Bravo, ejecutados por la policía migratoria, la utopía se desmorona.
Además, hijos huérfanos, esposas viudas, padres ancianos a la deriva económica y social.
Diez. Los migrantes parten a EU como la última salida desesperada de la terrible adversidad económica en que andan.
Desempleo, subempleo y salarios insultantes como eje vertiente.
En el fondo, la errática política económica.
Veracruz, pródigo en recursos naturales, habitado por gente jodida. Ultra contra súper jodida.
VENTANAS: De acuerdo con académicos de la Universidad Veracruzana hay en EU un millón de paisanos jarochos.
Según la oficina de Migración de la secretaría General de Gobierno son apenas cuatrocientos mil.
Sea la cantidad que sea, ta´canijo andar de migrante en la nación vecina. Ta´canijo dejar el pueblo y a la familia a la deriva para lanzarse (ni modo, es la única salida) al otro lado soñando con el itacate familiar.
Mientras, cada gobernador ofreciendo el paraíso socialista como Fidel Herrera Beltrán, por ejemplo, con su programa de “Los juarochos”, los paisanos en Ciudad Juárez, a quienes trajo de regreso con el cuento de empleo seguro.