Veracruz truculento
•Extorsión a tianguistas
•Y de ñapa, asesinados
ESCALERAS: Los malandros están más endurecidos que nunca. Veracruz, en el peor rincón del infierno, allí donde de plano nunca, jamás, se pasará al purgatorio. El sábado 13, en Paso del Macho, mataron a dos personas. Todo, porque se negaron a pagar la extorsión.
Luis Velázquez
Pero el par de muertos tenía, además, otra característica indicativa de la crueldad de los carteles y cartelitos, se ignora si más cartelitos que carteles.
Bernardo, de 36 años, originario de Ixhuatlancillo, changarrero en Paso del Macho, vendía chacharas y bisutería.
La otra persona asesinada era Felipe, de 45 años. Era cliente. Compraba un cargador para el teléfono celular. Y también lo asesinaron.
PASAMANOS: Significativo el crimen del changarrero. Vendía bisutería y se negó a pagar el llamado “derecho de piso”.
Antes, mucho antes, hará unos veintisiete años luego de iniciar la delincuencia organizada en Veracruz, la extorsión era en las grandes ligas.
Comercios grandes. Empresarios fuertes. Dueños de restaurantes y antros, por ejemplo. Presidentes municipales, incluso.
Y cuando, caray, extorsionan a unos simples, sencillos, modestos y pobres changarreros, está canijo.
CORREDORES: En medio de la impunidad, carteles y cartelitos han derivado a otros giros comerciales y llegado a los sectores sociales más frágiles y débiles.
Caray, extorsionar a un vendedor de bisutería es tanto como tenerlo de empleado, pues las ganancias son mínimas, apenititas para vivir, mejor dicho, para sobrevivir, si se considera una familia con 3, 4 hijos, más los padres ancianos necesitados del apoyo solidario.
Y si los malosos han llegado a los changarreros indica que están “crecidos al castigo”.
Y lo peor, que desde el poder gubernamental aplican el famoso principio francés de “dejar hacer y dejar pasar”…, por más y más halagos del presidente de la república de que en Veracruz “me siento muy seguro”.
BALCONES: Primera viñeta: Bernardo, el changarrero asesinado, estaba en su negocio y en donde vendía hasta imágenes de Jesucristo.
Segunda viñeta: El malandro llegó en motocicleta color ojo y exigió la mochada.
Tercera viñeta: Bernardo se resistió.
Cuarta viñeta: El maloso introdujo la mano entre sus ropas y sacó una pistola y disparó con alevosía, ventaja y premeditación.
Quinta viñeta: Y cuando Felipe, el comprador, intentó huir, también fue acribillado.
Sexta viñeta: Luego, huyó, tan campante, dueño del día y de la noche y de las vidas ajenas con pistola en la mano.
La vida es así, truculenta. Los hermanos Almada, en sus películas del siglo pasado, se quedan cortos, combatiendo el mal.
PASILLOS: Bernardo, el changarrero, vendía estatuillas baratas de Jesucristo, la Virgencita de Guadalupe y santitos. También figuritas de ositos para los niños. Bolsitas de mujer baratitas. Lapiceros. Cargadores para celulares. Etcétera.
Y los malandros se fueron encima con la extorsión.
VENTANAS: En muchos pueblos rurales de Veracruz, los malosos andan en motocicletas. En grupo. Desde allí, siembran y multiplican el terror y el horror.
Y en cada pueblo hay agentes de Tránsito y policías. Y nadie toca a los malosos. Es el Veracruz de la secretaría de Seguridad Pública, a cuyo cargo está la dirección de Tránsito. Nunca una dependencia tan poderosa. A, maneja la policía. Dos, maneja el tránsito y la vialidad. Tres, maneja los penales. Cuatro, enfrenta, ajá, a los carteles y cartelitos.
Mucho, demasiado, excesivo poder para un solo hombre. La seguridad en la vida y en los bienes en manos del policía que llegó del norte del país, Nuevo León, donde fue titular de la SSP y Fiscal General según la biografía cacareada desde el principio sexenal.