Vivir con miedo
Se vive con miedo. Con mucho miedo. Con terror. La angustia de vivir cada día y noche. "El difícil arte de vivir" le llamaba Albert Camus.
El martes 16 de junio, dos mujeres fueron asesinadas. En sus casas. Una, Porfiria, de 92 años de edad. La otra, su hermana, Ernestina, de 69 años.
Vivían solas en la colonia Ricardo Flores Magón, en la ciudad de Veracruz.
Luis Velázquez
El o los malandros entraron a la casa. Y las mataron. Y huyeron. Y nadie supo.
Mucha, demasiada, excesiva saña.
El mismo martes en la mañana, en el fraccionamiento Costa de Oro, un hombre fue asaltado cuando salía de un banco. Lo madrearon. Y robaron treinta mil pesos que había retirado.
Son razones de peso y con peso para vivir cada día en la más canija de las angustias.
Miedo de vivir en casa. Peor, cuando se vive solo.
Pánico de salir a la calle. Por ejemplo, a una operación bancaria, como en el caso.
En Xalapa, la autoridad municipal acepta que los malosos están utilizando drones... para atracar.
También que algunos taxistas están al servicio de los motociclistas empleados de los narcos para robar.
Los motociclistas que desde hace mucho tiempo operan en los pueblos de Veracruz para robar, asaltar, secuestrar, desaparecer y matar.
Con todo, ta´canijo el asesinato de las dos hermanas en la ciudad de Veracruz.
Martes 16, más fatídico aún:
En Acayucan, apareció sin vida el niño de diez años de edad, José N., secuestrado y desaparecido.
Luego de frenética búsqueda su señora madre lo encontró.
En el cuerpo, señales de violencia sexual. Y golpeado.
MUCHA TRUCULENCIA Y PERVERSIDAD HUMANA Y SOCIAL
Desde el lado del poder dirán, por ejemplo, quizá, que ni modo, "¡aquí nos tocó vivir y qué le vamos a hacer!".
Dirán que somos 8 millones de habitantes en Veracruz, y ni hablar, los riesgos son grandes.
Hay malos y buenos.
Mendigos y desgraciados y buenas gentes.
Corazones duros y corazones generosos y solidarios.
Ladrones y asaltantes y santos y ángeles de la pureza.
Pero al mismo tiempo hay un Estado de Derecho cuya esencia máxima, superior, es garantizar la seguridad en la vida y en los bienes.
Y el Estado de Derecho, todo indica, está rebasado por lo que sería un Estado Delincuencial, un Estado Narco, un Estado Fallido.
Más, cuando la saña y la barbarie se atraviesan.
Caray, si los rateros solo buscaban robar al par de hermanas, ancianas, bastaba y sobraba con el robo y punto.
Y si, digamos, mera hipótesis, Ernestina, de 69 años, sacó fuerza de su pasado para rebelarse, entonces, con una cachetada era suficiente.
Pero de ahí, a matarlas, expresa y reitera la descomposición social y el grado de truculencia y perversidad en la que hemos incidido, entre otras cositas, porque en el ejercicio del poder estatal falta mano firme, dureza, seguridad eficaz y eficiente, ágil y expedita procuración de la justicia.
DESPIADADA CACERíA
Saña y barbarie.
Uno. Las dos hermanas, mayores de edad.
Dos. Los malandros, vigilando la casa para saber de sus habitantes.
Tres. Confirmando que no había hombres en su casa. Ellas vivían solas, pues.
Cuatro. Tampoco perros.
Cinco. Durante días los malosos habrían, digamos, checando movimientos, visitas, entradas y salidas, etcétera.
Cazado también el hombre asaltado al salir del banco en el Frac. Costa de Oro, de Boca del Río.
AMLO, "MUY SEGURO EN VERACRUZ" DIJO
Si Veracruz está habitado por 8 millones de habitantes, la secretaría de Seguridad Pública diría como lo ha expresado en otras ocasiones, ¡vaya argumento!, que imposible, inverosímil, inconcebible, asignar un policía a cada habitante, cuando solo hay unos veinte mil policías en la nómina estatal, más los policías municipales, más los policías de elite, la llamada Fuerza Civil.
Pero...de ser así, si la estrategia policiaca fuera eficiente y eficaz, y más eficaz y eficiente la Fiscalía General procurando justicia, entonces, "otro gallo cantaría" a la población cada día y noche.
Con Fernando Gutiérrez Barrios, quien en cuarenta días con sus elementos policiacos de confianza pacificara Veracruz, la población se sentía, y estaba segura.
Claro, ahora cuando AMLO visitó Xalapa el 15 de junio, declaró que en Veracruz "me siento muy seguro".
¡Ah!
¡Bendito Dios!
¡Hosanna, hosanna!
UN HOMBRE CAMINO AL GÓLGOTA
La chamba de secretario de Seguridad Pública solo podría, quizá, concebirse, como para un hombre habituado a la muerte, la violencia, el desenfreno, la desintegración familiar, la sangre.
Está canijo, estará por ejemplo, que cada día sea iniciado con el reporte de la muerte teniendo permiso en Veracruz, de norte a sur y de este a oeste.
Quizá alguna madrugada será despertado con un telefonema sórdido y siniestro, por ejemplo, la noche de "El caballo blanco", en Coatzacoalcos, con más de treinta muertos en el centro nocturno aquel.
O la noche de Minatitlán cuando el asesinato de catorce personas, entre ellas, un bebé en los brazos de su señora madre.
Pero, bueno, cada quien pa´lo que sirve...la cruz más pesada camino al Gólgota, camino de espinas y nardos.