MORENA a gobernador en el año 2024.
Amlove es el presidente de la república. En la cultura polí­tica y social del paí­s es el tlatoani. El gurú. El chamán. El mero mero. El Odorico Cienfuegos. El mandamás. El dios terrenal.
El cura José Alejandro Solalinde Guerra descubrió que "tiene mucho parecido con Dios".
Incluso, en la navidad del año 2018 se presentó en la Ciudad de México a una posada, acompañado del senador Martí­ Batres, cargando un Niño Dios con la cara de Amlove.
Y, sin embargo, usted, "soldado de la patria" como se proclama su coordinadora de programas sociales, Rosa Ma. Hernández, lleno de ternura infinita, dice a la población sureña que Amlove "los ama a distancia".
Y como estamos en el tiempo del coronavirus (mil 92 muertos en el paí­s solo el dí­a martes 2 de junio, más de 600 muertos en Veracruz) les pide usted que por ningún motivo arriesguen sus vidas asistiendo a los eventos de Amlove, pues, además, les recuerda, serán en locales cerrados y solo admitirán a cincuenta personas, sabrá el chamán la forma en que fueron elegidos.
Caray, sociólogo egresado de la Universidad Veracruz que es usted...
Ex diputado federal...
Ex titular del programa viviendí­stico de Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno en la Ciudad de México...
Militante de izquierda...
Conocedor de la naturaleza humana... sale con la ocurrencia de pedir a la gente se abstenga de acercarse al gurú, el tlatoani, el chamán, el mero mero.
Es tanto, digamos, como pedir a los feligreses se abstengan de amontonarse en las calles y avenidas para ver pasar al Sumo Pontí­fice.
O como pedir a la población que deje de entrar de rodillas a la Basí­lica con las manos extendidas y los ojos en blanco pidiendo un milagro.

CORRER ATRíS DEL PRESIDENTE...
La población, 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz en la pobreza y la miseria, siempre tiene necesidad emocional, espiritual y laboral, de salir corriendo atrás del presidente de la república, sea quien sea, del partido polí­tico que sea, soñando con la esperanza de un milagro personal y familiar.
Y usted, de tajo, corta las alas a la gente.
Caray, demasiada crudeza.
Más, con la frasecita ocurrente que se le salió diciendo que Amlove "los ama... a distancia".
¿A distancia?
¿A cuántos metros de distancia, digamos, considerando "la sana distancia"?
¿Años luz de distancia?
¿La distancia de promesas incumplidas?
¿La distancia... de sueños frustrados?
¿La distancia... de 95 dí­as confinados, encerrados en casa, sin salir a la calle, que ya llevamos?
¿La distancia... entre la vida y la muerte en el tiempo del coronavirus?
¿"Amor de lejos... amor de pendejos, que reza el adagio popular?
¿Será que usted sustentó su frasecita célebre, memorable, imborrable y citable considerando, como dice el sicólogo, que entre más lejos... más cerca?
Simple y llanamente ta´canijo prohibir a la población se acerque al presidente de la república.
Para los pobres y la gente que vive en la miseria ("Pobres entre los pobres" les llaman los sociólogos del poder) mirar, sentir que los mira, tocar, oler, al presidente de la república significa rozar el cielo con la yema de los dedos.
Delegado, no lo tome a mal, pero Lo quiero a distancia, y como decí­a Suetonio, el autor de "Los doce Césares", entre más lejos del Prí­ncipe, mucho mejor.
Nadezdha Vergel.