Un gatito era consentido y en las comidas lo trepaba a la mesa y le serví­a un platito de leche bañada con unas gotitas de whisky.

PASAMANOS: En el siglo pasado, la escritora Nahui Ollí­n, la primera mujer que posó desnuda en México, solí­a caminar solitaria hacia el final de sus dí­as en la Alameda, siempre acompañada de gatitos, a los que daba de comer.
Le llamaban “La señora de los gatos” según precisa un lector generoso.

CORREDORES: En su casa, el escritor y cronista, Carlos Monsiváis, tení­a unos doce gatitos. La mayorí­a, con nombres de polí­ticos, de quienes se pitorreaba.
Un dí­a invitó al magnate Carlos Slim a comer con unos amigos escritores y luego se encerraron en su sala de cine a mirar una pelí­cula.
Un amigo salió al baño en el momento preciso cuando un gatito se orinaba sobre el saco de Slim que habí­a dejado en el sofá.
Luego, contó la epopeya histórica a los demás y concluyeron que era la venganza social de los trabajadores en contra del magnate.

BALCONES: En todas las casas del mundo hay mascotas. Unas veces, gatitos. Otras, perritos.
También hay ONG en defensa de los derechos de los animales y ay de quienes se metan con los animalitos porque quedan despedazados en las redes sociales.
Por eso, el presidente municipal de Alvarado tiene, digamos, oportunidad histórica para enaltecer la vida en “La Isla de los Perros”, pues luego de ser abandonados por sus dueños viven a la intemperie.

PASILLOS: En el tiempo del coronavirus algunas cositas han despertado la más profunda ternura.
Por ejemplo, los robots que en Japón sirven de meseros y hacen mandados en los hospitales públicos.
El llamado “Avispón asesino” creado en el Estados Unidos de Donald Trump en contraparte al bichito chino que, asegura, fue inventado por sus enemigos orientales.
El Muro de los Abrazos en Xalapa para que sin riesgo alguno las personas se den abracitos y besitos.
El Cristo Redentor de más de 8 metros de altura y nueve toneladas de peso en Soconusco.
Las ratas caní­bales en Estados Unidos que ante la falta de alimentos chatarra y desechos alimenticios tirados en los restaurantes, todos cerrados, se han vuelto agresivas buscando comida, casi casi como la peste de las ratas descrita por Albert Camus en su novela “La peste”.
La advertencia de médicos chinos de que por ahí­ vienen una docena de nuevos virus tanto o más mortales que el COVID 19.

VENTANAS: Si el alcalde de Soconusco puso a su pueblo en la cancha continental, primero, con su anuncito de “Prohibido morir de coronavirus” y luego con su Cristo Redentor, el presidente municipal de Alvarado ya está en los 15 minutos de fama de Wharol con su “Isla de los Perros”.
En el siglo pasado existió “La isla de los hombres solos”. Ahora, el edil bien podrí­a tener “la genial ocurrencia” de llenar con más perros y gatos su Isla para un nuevo atractivo turí­stico con un buen karma y mejor bilirrubina.