Incluso, "El rey Gau" (así­ le llama el académico Armando Adriano Fabre) dejó a un lado a la secretaria de Energí­a, Rocí­o Nahle, y al senador de la república, Ricardo Ahued Bardahuil, y recopiló la lista en la cancha pública.
Uno. El delegado federal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara.
Dos. La senadora Gloria Sánchez.
Y tres. El diputado federal, Ricardo Exsome Zapata.
Con todo y el acelere, y si es cierto, como se afirma, que la polí­tica es de circunstancias, muchas cositas se atraviesan.
Por ejemplo, el politólogo Ramón Bení­tez considera las siguientes:
Una: Al interior de MORENA, la dirección estatal se encuentra en calidad de provisional y ningún grupo o liderazgo nacional o local puede presumir que tiene el control del partido y menos, mucho menos, las decisiones de las futuras candidaturas, incluidas las candidaturas más próximas como son para presidentes municipales, sí­ndicos y regidores y diputados locales y federales y que contendrán en las urnas hacia mediados del año 2021.
Dos: La conformación de la próxima legislatura (federal y local) y desde luego el mapa de los gobiernos municipales que resulte en 2021, estará en la posibilidad real de influir en el relevo estatal.
Las tribus que ganen las alcaldí­as, y las alcaldí­as con peso y con presupuesto, y las curules serán decisivas para perfilar al candidato a gobernador.
Más en un partido donde el debate, las pasiones y las pasioncillas, y los pleitos rijosos se desbordan.
Y tres: La elección federal (presidente de la República, senadores y diputados federales) significa una elección concurrente con la de gobernador del estado, por lo que apunta a ser una elección intervenida desde el centro.
Tal cual, se repite el sistema polí­tico, donde el candidato a gobernador es palomeado desde el altiplano, es decir, desde la presidencia de la república, tanto del jefe del Poder Ejecutivo que se va como del candidato en el juego sucesorio.
Por eso mismo, más difí­cil y complejo y enredado el proceso partidista para elegir al candidato a gobernador de Veracruz.
A, porque Amlove todaví­a será el presidente de la república en el año 2024 y con tanto poder que acumula y concentra será factor clave para nominar al candidato de MORENA a la gubernatura de Veracruz.
Y B, porque el candidato presidencial que Amlove elija será otro factor determinante.
Es decir, el candidato de MORENA a tlatoani de Veracruz habrá de concitar el visto bueno tanto de Amlove como de su candidato presidencial, y que por ahora, tendrí­a un trí­o de favoritos, a saber, los siguientes:
Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores, llamado el vicepresidente... por tanta fuerza polí­tica concentrada.
Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, de quien afirman en la cancha pública es su favorita.
Y el senador Ricardo Monreal, antiguo priista.
Con todo, y como una candidatura se prepara con tiempo suficiente, las tribus guindas y marrón de Veracruz están jugando, pues ni modo de cruzarse de brazos y esperar que desde el cielo caiga la bendición.
La plaza ha de trabajarse, empujar el surco y abonar la posibilidad.

ASTROS SE REACOMODARíN EN EL AÑO 2021
Por ahora, MORENA tiene diecisiete alcaldes en Veracruz, una cantidad mí­nima pero indicativa, pues, entre otros Ayuntamientos, gobierna en Coatzacoalcos, Minatitlán, Xalapa y Poza Rica, cuatro de los más fuertes y poderosos dado los recursos oficiales.
Mayorí­a tiene en la LXV Legislatura, la suficiente para ganar las iniciativas de ley, entre ellas, las reformas electorales, pues han encontrado en uno que otro de los diputados locales de oposición tierra fértil para sembrar en el surco la simpatí­a necesaria para imponerse, con todo y las versiones truculentas del reguero de los 5 millones de pesos por cada voto opositor.
A mediados del año 2021, el gobierno de Veracruz y la chamba del comité directivo estatal de MORENA y los programas sociales de Amlove tendrán su plebiscito para ver si la población electoral empuja a las tribus guindas hacia la parte más alta de la cresta polí­tica.
La oposición (PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano) tendrá oportunidad de resarcirse a sí­ misma para ver si puede levantar expectativas con más alcaldí­as, sindicaturas y regidurí­as y curules locales y federales.
Y a partir de ahí­, el acomodo y reacomodo de las fuerzas locales de MORENA.
Por ejemplo, si Marcelo Ebrard Casaubón ganara el mayor número de posiciones edilicias en Veracruz con sus operadores polí­ticos, Elí­as Miguel Moreno Brizuela y Enrique Romero Aquino, entonces, la suerte de los cinco aspirantes y suspirantes (Nahle, Bardahuil, Huerta, Gloria Sánchez y Exsome) cambiarí­a de forma radical, corriendo el riesgo de quedar fuera, hasta donde se sabe si bien se sabe.
Y es que el quinteto de militantes de MORENA, todo indica, andan en otros palenques.
Y como Brizuela y Romero han sido excluidos del gobierno de Veracruz, con las puertas cerradas, entonces, los vientos se volverí­an huracanados y en el reacomodo muchas sorpresas concurrirí­an.
La clave, entonces, estará en la elección de mediados del año 2021.
A partir de ahí­, los astros volverán a reacomodarse y los nombre de los favoritos podrí­an amacizarse o descarrilar en la ruleta polí­tica.