De Dehesa a Ricardo Ahued
Si el senador Ricardo Ahued Bardahuil cree en el karma, la buena vibra, los médiums, la química extraterrestre y que la historia siempre se repite, entonces, ninguna duda hay de que será el candidato de MORENA a la gubernatura en el año 2024.
Luis Velázquez
Y si en una sesión espiritista, Benito Juárez convenció a Francisco Ignacio Madero de lanzarse como candidato presidencial porque derrotaría en las urnas a Porfirio Díaz Mori, y hasta se ofreció de coordinador de su campaña electoral desde el más allá, entonces, hay un vaso comunicante entre Ahued y Teodoro A. Dehesa, gobernador de Veracruz de 1892 a 1911.
Por la siguiente razón todopoderosa:
Antes de ser candidato de Porfirio Díaz a la gubernatura, el dictador lo nombró, en reconocimiento a la amistad que tenían y porque fue su promotor político en Veracruz, director general de Aduanas, y desde donde combatió la terrible y espantosa corrupción.
Fue, digamos, y además, un pago político de Díaz Mori a Dehesa, porque cuando Dehesa fue diputado federal, junto con Luis Mier y Terán, el góber de entonces, le ofrecieron, primero, la gubernatura por el estado de Veracruz, y luego, una curul federal, para así “medir el agua a los camotes” y ver si la población nacional lo aceptaba como candidato presidencial para enfrentar a Sebastián Lerdo de Tejada, el xalapeño heredero de Benito Juárez a su muerte.
Y Díaz Mori, amigo de sus amigos y compadres, fue recíproco con Dehesa.
Incluso, en un momento estelar cuando Juan de la Luz Enríquez, el góber en funciones, amigo del dictador, soñaba con reelegirse y Díaz Mori fue puesto, digamos, “entre la espada y la espada” para ver si decidía entre Enríquez y Dehesa.
Con todo y que Enríquez quería reelegirse para un tercer período, siguiendo el modelo porfiriano que también soñaba con una reelección más.
ASTROS ACOMODADOS A SU FAVOR
Entonces, Dehesa se movió. En el mes de febrero de 1891, escribe el historiador Karl B. Kott, de la Universidad de Columbia, en el libro “La revolución mexicana en Veracruz”, los amigos de Dehesa trabajaron en varias partes del estado de Veracruz preparando clubes políticos.
Es más, Dehesa integró copias de los artículos publicados en el puerto de Veracruz en apoyo a su candidatura, uno de ellos, firmado por Salvador Díaz Mirón, el poeta admirado por Goethe, y se los llevó a Porfirio Díaz, “recordándole su sólida lealtad y amistad”.
Todavía más. Las críticas en la prensa arreciaron contra Juan de la Luz Enríquez porque soñaba con reelegirse por tercera ocasión.
Pedro Castillo, por ejemplo, era editor del periódico “El ciudadano libre” y de “El Imparcial”, en el puerto jarocho, y como lo cuestionara, Enríquez lo acusó de difamación y lo encarceló durante dos meses.
Pero…cuando los astros se acomodaron y/o como dice el chamán “cuando te toca… te toca”, un hecho inesperado, insólito, desde el más allá, se atravesó a favor de Teodoro A. Dehesa.
Juan de la Luz Enríquez murió de un ataque al corazón.
Y el camino quedó libre. Porfirio Díaz respiró tranquiló pues estaba en medio de la amistad con ambos.
Y de director general de Aduanas, Dehesa se convirtió en candidato porfirista a la gubernatura de Veracruz.
El karma. La buena vibra. La química extraterrestre.
Y como la historia suele repetirse, cierto, unas veces “como comedia y otras como tragedia”, pero también con un buen fario, los astros, por ahorita, transmiten su vibra a Ricardo Ahued.
Y más, porque de igual manera que Porfirio Díaz entre Dehesa y Enríquez, Amlove eligió, por ahora, al grupo contrario y opositor a Ahued para retirarlo de la dirección General de Aduanas.
Y si es cierto, como dijo Amlove, que Ahued es un hombre honesto, nada más efectivo en la purificación moral y la honestidad valiente y la Cartilla Moral como la honradez en la vida pública.
LA GALLERA ESTí ALBOROTADA
Falta, claro, mucho tiempo. 4 años, mínimo. Pero como dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, nunca una candidatura a gobernador se construye de la noche a la mañana, pues mucho, demasiado camino ha de recorrerse.
Incluso, caminos con espinas y abrojos.
Y como también refiere el priista Jorge Uscanga Escobar, ex de todo menos de gobernador. “En política te acuestas candidato y amaneces en el piso”.
Memorable, imborrable y citable la experiencia de Juan Maldonado Pereda:
“La política es un tragadero de hombres”. Y “en política nunca llega el más capaz, sino el que más conviene”.
Entonces, ha de mirarse hacia el futuro y quizá pensar y volver a pensar y plantear la realidad en perspectiva para vislumbrar quién, por ahora, del cuarteto de aspirantes a la candidatura de
MORENA (Ricardo Ahued, Rocío Nahle, Éric Cisneros Burgos y Zenyazen Escobar) convendría más, y por qué, al tlatoani mayor, Amlove, primero, y segundo, al candidato (a) presidencial en el año 2024, sean, digamos, Marcelo Ebrard Casaubon (Relaciones Exteriores), Claudia Sheiunbam (jefa de Gobierno en la Ciudad de México) y el senador Ricardo Monreal.
El eje Teodoro A. Dehesa y Porfirio Díaz Mori documenta, digamos, el misterio electoral de una candidatura.
Rigoberto Zamora H. 26 May, 2020 - 17:00
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