Destapes anunciados
Unos diputados locales empujan una reforma constitucional para abrir la puerta a Rocío Nahle, secretaria de Energía, y Ricardo Ahued, senador de la república, a la candidatura de MORENA a la gubernatura en el año 2024. Olvidan, sin embargo, que una reforma en el año 2014 de Javier Duarte les abre el camino. Pero, bueno, los diputados locales lo traen en la agenda legislativa.
Luis Velázquez
El asunto es viejo. Tan viejo, dice el clásico, “como la historia de la humanidad”. Nahle y Ahued, originarios de Zacatecas e Hidalgo. Pero arraigados años ha en Veracruz. La primera, en Coatzacoalcos. Y el segundo, en Xalapa.
Igual, igualito, pasó en el año 1872 en Veracruz con Porfirio Díaz Mori, originario de Oaxaca.
Para entonces, Benito Juárez había muerto de un ataque al corazón en Palacio Nacional donde vivía como presidente. Sebastián Lerdo de Tejada, originario de Xalapa, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la nación, entró de relevo como entonces lo establecía la Constitución Política.
Porfirio Díaz se había rebelado a Juárez y regresado a un rancho azucarero que tenía en Tlacotalpan. En Veracruz, tenía par de amigos. Uno, Teodoro A. Dehesa, y el otro, Luis Mier y Terán, gobernador en turno.
Diputado a los 24 años de edad, Dehesa, y Mier y Terán alentaron a Porfirio Díaz para regresar a la política. Y regresar en grande… desde Veracruz. Por ejemplo, Mier y Terán, aquel de “¡Mátalos en caliente!”, propuso a Porfirio Díaz que se lanzara como candidato a gobernador y que ellos le abonarían en el surco como operadores políticos.
El par insistió. Pero Díaz Mori fue, digamos, prudente. Y se negó. Pero…, en cambio, aceptó lanzar su candidatura por una curul al Congreso de la Nación y por algún distrito de Veracruz, por ejemplo, desde la Cuenca del Papaloapan, según escribe el historiador Karl B. Koth, de la Universidad de Columbia, en el libro “La revolución mexicana en Veracruz”.
PAR DE JAROCHOS, OPERADORES DE PORFIRIO DíAZ
Porfirio Díaz fue candidato y ganó la curul federal por Veracruz.
Y sus operadores políticos fueron Mier y Terán, gobernador entonces, y Dehesa, encargado, por ejemplo, de integrar la lista de los candidatos a modo de Porfirio Díaz para que lo arroparan y ganara.
Así, el futuro dictador sintió que “probaría el agua a los tamales” para ver, primero, si en Veracruz la población electoral lo aceptaba, y segundo, y de ser así, pensar en grande con la presidencia de la república, pues el país se estaba desencantado con el estilo personal de ejercer el poder de Lerdo de Tejada.
Incluso, y luego de ganar en las urnas, Mier y Teherán y Dehesa fundaron clubes políticos en todo Veracruz para promover a Díaz como presidente de la república.
Aquella operación política fue conocida como “El movimiento Pro-Díaz”, y luego enseguida, se fue extendiendo en el resto de la nación.
Más todavía: el par de veracruzanos pactaron con algunos de los periodistas más importantes, primero, para empujar a Díaz, y segundo, cuestionar a Lerdo de Tejada.
Entre ellos, Vicente Riva Palacio, en el periódico El Ahuizote, e Ireneo Paz, el abuelo de Octavio Paz, en el periódico “El Padre Cobos”.
Más todavía, Ignacio Ramírez, El Nigromante, aquel que fue ministro de Instrucción Religiosa con Benito Juárez y le correspondiera llevar la separación del Estado y la iglesia, y Riva Palacio publicaron que Porfirio Díaz “era la personificación de la democracia mexicana”.
El resto de la historia es conocido. Porfirio Díaz fue presidente de la república durante treinta y tres años. Mier y Terán siguió de gobernador y aplicó la orden de “¡Matar en caliente!” a nueve jarochos rebelados a la reelección de Díaz Mori. Y Teodoro Dehesa, de Inspector de Aduanas Marítimas que “descubriera la corrupción y el contrabando” desde las aduanas “que constituían un constante sangrado en los ingresos del gobierno” también ocupó la silla embrujada del palacio de Xalapa.
GALLERA POLíTICA EN EL PALENQUE
Para acabar pronto, el primer gobernador de Veracruz fue Guadalupe Victoria. En 1824. Y en ese mismo año, fue diputado federal, senador de la república y el primer jefe del Poder Ejecutivo Estatal. Luego, presidente de la república, también el primero.
Y Guadalupe Victoria había nacido en 1786 en Tamazula, Nueva Vizcaya, ahora estado de Durango.
Tal cual, entonces, y más, con la reforma constitucional de Javier Duarte, preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, condenado a 9 años, tanto Rocío Nahle como Ricardo Ahued pueden continuar soñando con la candidatura de MORENA a gobernador en el año 2024.
Y aun cuando faltan 4 años para la elección, la gallera política anda y está demasiado alborotada y trabajando la plaza.
Incluso, y de acuerdo con los días y los meses, hasta el secretario General de Gobierno, el escritor político, Éric Cisneros Burgos, y el titular de Educación, el profe Zenyazen Escobar, han levantado la mano.
En política, se recuerda, como dice el clásico erudito, “nada está escrito”. Solo se sabe que “en el país de un solo hombre”, al presidente de la república en turno corresponde palomear a los candidatos a gobernadores (Amlove lanzó en par de ocasiones a Cuitláhuac García), en tanto los mandatarios de cada entidad tienen el derecho celestial de nominar, y por lo general, a los candidatos a presidentes municipales y diputados locales.
Por eso, y de cara al año 2024, igual que Porfirio Díaz, el cuarteto de tiradores a la luna (Nahle, Ahued, Cisneros y Zenyazen) necesitarán sus operadores políticos tipo Luis Mier y Terán y Teodoro A. Dehesa, y sus periodistas tipo Ignacio Ramírez, Ireneo Paz y Vicente Riva Palacio, para allanar el camino.
Gracias, claro, a la ley Javier Duarte.