Asalto del poder
Los días caminan y del martes 26 al jueves 28 de mayo, en cualquier día, a cualquiera hora, el humo blanco emanará del sínodo de la LXV Legislatura para confirmar el par de Fiscalías, millón de veces anunciadas para Verónica Hernández y Ailett García Cayetano.
Se habrá consumado el dedazo supremo del góber jarocho de Amlove y del secretario General de Gobierno por sus favoritas.
El dedazo, en el tiempo de la purificación moral. La 4T, en su más alto decibel. La honestidad valiente.
Luis Velázquez
Las tribus de la izquierda, santas, inmaculadas, en el poder sexenal.
Igual, igualito que en el capítulo priista, panista y perredista, las dinastías políticas tomando por asalto el poder.
Tiempo del amiguismo y el cuatismo. Tiempo del conflicto de intereses y el tráfico de influencias. El nepotismo, incluso.
Así es la izquierda. Así fue la derecha. Y el centro. Y anexos y conexos.
Siempre, de espaldas a la población.
Basta y sobra que el pariente, el amigo, el cuate, el socio, el aliado, el compinche, se encumbren en el poder, para que en automático, y sin jugar a la Lotería, los demás obtengan el premio mayor.
Nada, entonces, indica que la 4T sea diferente a los antecesores y/o esté marcando la pauta para un nuevo México.
El hecho de ungir héroes patrios a Miguel Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero y Cárdenas, es puro rollo y chorizo.
Burda y rapaz venta de esperanzas. Utopías sociales descarriladas.
Treinta y un abogados de Veracruz, mujeres y hombres, soñando con una posibilidad para el par de Fiscalías en disputa, creyendo en sus méritos académicos, experiencias y vivencias, fogueos en el campo de batalla, resultados en el surco social, batallas ganadas en la lid, descarrilados por el dedazo del uno y el dos del palacio.
Es su tiempo. Y el tiempo de su par de barbies. Y el tiempo en cada elite política impone sus reglas, “pese a quien le pese”.
En todo caso, les vale. Ellos están en el poder sexenal. Y aun cuando es efímero y tiene tiempo de permanencia, hacen y deshacen.
Veracruz, su gran parcela de poder. Dueños del día y de la noche. Los capataces de la gran hacienda porfirista llamado Veracruz. Los tiranos en el poder. Los Porfirios Díaz Mori de un sexenio.
Lo dijo Verónica Hernández. “Aquí mando yo.
Lo dijo Ailett García: “Nada me impide ser Fiscal Anticorrupción. Me siento firme y convencida”.
Claro, basta la amistad, el cariño, el afecto, la confianza, del góber y el secretario de Gobierno para mandar allí y sentirse “firme y convencida”.
La vida es así, y ni hablar. 78 gobernadores han ocupado la silla embrujada del palacio y cada uno ha impuesto su voluntad, caprichos, berrinches, filias y fobias.
Luego del dedazo, orden superior, el presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXV Legislatura, Juan Javier Gómez Cazarín, abrirá la cloaca para el humo blanco.
Fiscales, habemus.
Con todo y que, claro, lógico, obvio, habrán “untado las manos” a varios diputados locales para tener la mayoría absoluta y necesaria para la purificación moral de Amlove en el estado de Veracruz.
“El Estado soy yo” exclamó Luis XIV a los diecinueve años de edad cuando fue ungido rey.
Su Alteza Serenísima se hacían llamar Antonio López de Santa Anna, Agustín de Iturbide y Maximiliano de Habsburgo.
“Llámenme Mamá Carlota” decía la pareja de Maximiliano.
“Y sigo siendo el rey” cantaría Vicente Fernández en la película “El arracada”.
EL PODER… COMO HACIENDA PORFIRISTA
Nada de raro y extraño. Más de lo mismo.
Así fue Javier Duarte. Anilú Ingram, directora de Radio, diputada local, presidenta de la Mesa Directiva de aquel Congreso, y diputada federal.
Así fue con Fidel Herrera Beltrán. Carolina Gudiño, directora del Instituto de la Mujer, diputada local y federal, presidenta municipal de Veracruz y fallida candidata al Congreso de la Unión.
Marco Antonio puso a Roma a los pies de Cleopatra y el emperador Adriano, a Roma a los pies de Antínoo, su joven efebo de 17 años de edad y quien lo enloqueciera.
Herodes entregó la cabeza decapitada de Juan Bautista a Salomé a cambio de una noche de deseo y lujuria.
Nada, entonces, de extraño y raro. Lo inverosímil (¡Ay de todos los idiotas que creímos!) es que MORENA levantara tantas expectativas sociales a mediados del año 2018… para resbalar con las mismas pasioncillas de los priistas, los panistas y los perredistas.
El poder, como una hacienda porfirista. El derecho de pernada en la hacienda, retratado en la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo.
Aquí, en el estado de Veracruz, y por encima de los 8 millones de habitantes de Veracruz, mando yo, han exclamado cada uno de los gobernadores en turno.
Los jefes tribales del relato bíblico heredaban el poder a los hijos de hasta 9 y 10 años de edad, y para el resto de sus vidas.
Las miles de doncellas, todas vírgenes, sacrificadas y desnudas a Huichilobos, disponiendo los jefes aztecas de la vida de las mujeres, nomás porque eran los emperadores.
Y apenas va un año y medio. 4 años y medio por delante para seguir haciendo y deshaciendo, sin rendir cuentas a nadie, absolutamente a nadie.
El trono imperial y faraónico de un hombre. El jefe máximo. El tlatoani. El gurú. El patrón. El omnipotente. El enviado de Dios. El iluminado.
¡Salve, oh Cuitláhuac, salve oh Éric Cisneros!
¡Larga vida y mucha salud por delante!
El reino, para felicidad de las barbies.