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Sábado 16 mayo, 2020

Premio Nobel a Veracruz

El municipio de Veracruz merece el Premio Nobel de Justicia por Mano Propia. Un asaltante más de celulares fue perseguido y amarrado con una reata a un poste, en la colonia 21 de Abril. La foto publicada impresiona, avasalla, impacta. El pueblo, defendiendo su patrimonio, a puño limpio y madrazo fuerte.
El hombre, que se mira fuerte y musculoso, está tirado boca/abajo en una calle. Amarrado. A unos metros, unos vecinos lo vigilan y custodian.

Luis Velázquez

Más lejitos, par de policí­as, parece, de la Fuerza civil. Quizá, soldados, vestidos como militares. Más lejos, dos motocicletas de la policí­a. Un policí­a, tomando nota.
Ellas, las corporaciones armadas, llegaron después, avisados por unos vecinos decentes, antes, mucho antes de reproducir la historia de Soledad Atzompa donde la gente ardida detuvo, linchó y prendió fuego a un sexteto de secuestradores de profesores.
Antes, mucho antes del ganadero de Jáltipan que en defensa de su familia en el rancho agarró la escopeta y mató a tres malandros.
Y antes, mucho antes de copiar a los vecinos del Valle de Uxpanapa que lincharon a un hombre que matara por la espalda a su esposa.
En el municipio de Veracruz, la población todaví­a creyendo en la buena fe y el apego al derecho y a la justicia oficial.
Madriza, claro, al ladrón de celulares. Miembro, incluso, de una bandita que en la colonia 21 de Abril y alrededores se meten a las casas, amagan a los moradores con pistola en mano y saquean.
Luis Gabriel B. T., de 45 años, se llama. El par de cómplices tuvieron tiempo de huir y se pelaron.
Fue el miércoles 6 de mayo. Los vecinos lo entregaron a la policí­a. Se ignora si habrí­a quedado detenido. Y/o como si los vecinos confí­an en la autoridad, ninguno presentó denuncia concreta y especí­fica y lo dejaron en libertad. Y más, cuando nunca, jamás, la dependencia policiaca boletina si fue consignado al Ministerio Público y sometido a proceso y el desenlace, claro.
Pero por lo pronto, y como ninguna otra ciudad de los 212 municipios de Veracruz ha alcanzado tanta madurez cí­vica, los jarochos bien merecen el Premio Nobel de Justicia por Mano Propia.

PUEBLO BRAGADO
Páginas de gloria ha escrito la población jarocha.
Por ejemplo: en la invasión norteamericana de 1914, los vecinos se enfrentaron a los soldados de Estados Unidos con palos y piedras, y aun cuando las tropas de Estados Unidos permanecieron aquí­ 7 meses, dueños de la vida, aquella defensa resultó y es memorable.
Los 9 jarochos asesinados por la espalda y con tiro de gracia por órdenes del dictador Porfirio Dí­az Mori a su compadre, gobernador en funciones, Luis Mier y Terán, cuando se opusieran a su nueva reelección.
La madre aquella que en una calle céntrica detuvo a Mier y Terán y dijo a su hijo de 8 años de edad, delante de los escoltas del góber porfiriano:
“¡Mira, hijo, conoce al asesino de tu padre!”.
La lucha inquilinaria de Herón Proal con las trabajadoras sexuales en contra del abusivo incremento en las rentas en los patios de vecindad, a tal grado que cuando Proal fue detenido en el penal Allende, las cortesanas organizaron marcha en la ciudad hasta pararse frente al reclusorio y lograr la libertad del dirigente, socialista a morir.
El refugio en la ciudad jarocha de Benito Juárez y Venustiano Carranza como ciudades seguras en el tiempo de la persecución polí­tica.
El fervor patrio y social y literario con que fue recibido en la zona portuaria el poeta nicaragí¼ense, Rubén Darí­o, en su desembarco en la ciudad, sorprendido porque todo mundo declamaba sus poemas de memoria.
Gente brava y firme, solidaria en las mejores causas sociales, como ahora, cuando a cada rato han detenido a ladrones y maloras y los han, cierto, golpeado y desnudado, y amarrados con cuerdas y reatas a los postes de energí­a eléctrica, y avisado a la autoridad policiaca para que vayan por ellos.
Y más, porque es el único camino que la autoridad ha dejado a la población para garantizar sus vidas y bienes materiales, como en el caso, los celulares que la bandita de la colonia 21 de Abril suele robar.

RESISTENCIA PACíFICA
Nunca como hoy, la población jarocha ha sido tan solidaria entre sí­ para defender su patrimonio.
El tiradero de cadáveres por todos lados resulta impresionante, y al lado de la inseguridad, su hermanita gemela, la impunidad, y que los malosos “crecen al castigo”, pues saben, están conscientes, seguros de que delinquen y nada pasa.
Por eso, en algunos pueblos de Veracruz los guardias comunitarias, las autodefensas, los vecinos organizados en sus barrios, la contratación de policí­as privados para vigilar la calle, el barrio, la colonia.
De hecho y derecho existe una resistencia cí­vica y pací­fica, prudente y mesurada, frí­a y cerebral, para restablecer desde el lado ciudadano el Estado de Derecho.
Ningún vecino compite con la autoridad. Por el contrario, han de ser vistos como coadyuvantes, pues en todo caso, tarea colectiva.
Y como en la viña del Señor hay de todo, más vale, porque está comprobado que la secretarí­a de Seguridad Pública, con la Fuerza Civil y la Guardia Nacional, están rebasados.
Y más porque la Guardia Nacional y la Fuerza Civil fueron creadas para combatir a los carteles y cartelitos, y en ningún momento para combatir a los ladrones de celulares, y en lo que parecen refocilarse.


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