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Diario de un reportero
Sábado 16 mayo, 2020

Los fans del matrimonio

Pancho Villa casó 29 veces
•Mil mujeres en su vida


DOMINGO
Fans del matrimonio



Hay hombres a quienes encanta el matrimonio. Son, de hecho y derecho, unos devotos feligreses. Por ejemplo, Pancho Villa era uno de ellos. Casó veintinueve ocasiones, y todas con la bendición de un sacerdote.
Le gustaba casarse en la madrugada, después de una pelea en el campo de batalla, con la tropa de testigo.
Luego, y en vez de irse de luna de miel, empezaba el bailongo A media mañana organizaba un jaripeo donde él mismo comenzaba toreando a las vaquillas.
Antes del mediodía, y luego del jolgorio del alma y el espíritu, se encerraba con su nueva esposa hasta la tarde/noche para volver a pelear, pues le gustaba agarrarse a tiros en la noche.
A Ernest Hemingway, el escritor y reportero más famoso del siglo XX, también le encantaba el matrimonio.
que continuaba hasta las diez de la mañana, y sin probar alcohol, pues era abstemio.

Luis Velázquez

Se casó 4 veces, además, del número insólito de amadas amantes que tuvo, muchas de las cuales, entre ellas, artistas, viajaban a Cuba, donde viví­a, y mientras escribí­a las mil palabras diarias de cuota, ellas lo esperaban desnudas en la alberca con varias botellas de champagne enfriándose.

LUNES
Mil mujeres en su vida

Sant Laurel, el flaco de la famosa pareja de las pelí­culas de "El gordo y el flaco", también encantaba el matrimonio. Se casó ocho veces.
A Elizabeth Taylor, la actriz que estremeciera las entrañas de Richard Burton por sus ojos color violeta, también era una devota del matrimonio. Se casó ocho veces, la penúltima, con el jardinero de su casa, un chico que hací­a pesas.
Rafael Leónides Trujillo, el dictador de la República Dominicana durante treinta años, era un feligrés obsesionado del matrimonio. Se casó diez veces, pero tuvo relaciones sexuales con mil mujeres y que anotaba en su diario personal.
Francisco Ignacio Madero solo casó una vez y nunca se le conoció aventura amorosa sexual ni un rapidí­n. Pero en cambio, Porfirio Dí­az Mori casó dos veces, la última, con una chica a quien le llevaba 30 años.
El pintor Pablo Picasso casó ocho veces, la última con una chica de veinte años de edad y con quien a los 80 años procreara un hijo, y aun cuando algunos de sus amigos pintores evidenciaban la paternidad, Picasso estaba convencido. Y era suficiente.

MARTES
Se adueñó de un emperador

Cleopatra también estaba enamorada del matrimonio. Primero, casó con un hermano. Luego, con otro, a quien asesinó para quedarse con la corona familiar como reina de Egipto. Después, vivió con un César romano, y luego, con otro, Marco Antonio, y como ella tení­a carácter dominante y él carácter débil y frágil, terminó adueñándose de su sexo, su hí­gado, su corazón y sus neuronas.
José Vasconcelos, maestro de América, secretario de Instrucción Pública con ílvaro Obregón, rector de la UNAM, fallido candidato presidencial independiente ante el candidato de Plutarco Elí­as Calles, casó una sola vez, pero vivió frenéticos y huracanados romances con un par de mujeres. La primera, Elena Arizmendi, y la segunda, Antonieta Rivas Mercado, y quien de pleno, y dado los celos impetuosos de Vascon/celos, se quitó la vida en la iglesia de Notre Dame, en Parí­s.
El sacerdote Miguel Hidalgo nunca casó. Pero era muy faldero. En las noches de la guerra de Independencia, por ejemplo, caminaba alrededor del campamento buscando una mujer para dormir.
José Marí­a Morelos tampoco casó, pero igual, igualito, que su maestro y guí­a, Miguel Hidalgo, tuvo relaciones con su trabajadora doméstica, Brí­gida Belmonte, y con quien procreó un hijo, Juan Nepomuceno Belmonte, quien educado en Estados Unidos salió admirador de Maximiliano de Habsburgo y fue su promotor polí­tico en México para su llegada a Palacio Nacional.

MIÉRCOLES
Escritores prolí­ficos

Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura, era, más o menos, un devoto del matrimonio. Casó dos veces. La primera, con la escritora Elena Garro, con quien terminara odiándose, y procrearan una hija, Helena Paz Garro. Y la segunda, Marié Joseph. Nunca tuvieron hijos.
A Carlos Fuentes también encantaba el matrimonio, pero era muy faldero. Casó con la actriz Rita Macedo y tuvieron una hija. Luego, casó con la periodista Silvia Lemus, y con quien tuvo dos hijos.
El pintor José Luis Cuevas, el otro miembro de la llamada "Mafia" literaria de la Zona Rosa de aquellos tiempos en la Ciudad de México, también casó par de veces.
En cambio, el escritor José Emilio Pacheco solo casó una vez y fue con la escritora y reportera, Cristina Pacheco.
Carlos Monsiváis y Juan Vicente Melo nunca se casaron, mientras que el escritor Oscar Wilde casó una vez y aun cuando en el principio su esposa le toleraba sus relaciones lésbicas, después, se separaron.

JUEVES
Los artistas y sus matrimonios

Entre los artistas más famosos por el número de veces que se casaron figuran los siguientes:
Karry King, 8. Zsa Zsa Gabor, 9. Billy Bog Thornton, 6, una de ellas, con Angeline Jolie.
Gary Oldman, 5, una, con Uma Thurman. James Cameron, 5. Martin Scorsese, el famoso director de cine, 5. Pamela Anderson, 5. Brigitte Bardot, 4, una, con el cineasta Roger Vadim.
Frank Sinatra, el famoso amigo de los Kennedy, 4 veces, en un matrimonio, con Ava Gardner, quien fue amante de Ernest Hemingway, y en otro, con Mia Farrow, quien también fue esposa de Woody Allen, y salieran peleados porque le bajó a una de sus hijas adoptivas.
Liza Minelli, 4. Jennifer López, 3. Drewbarrymore, 3. Kim Kardahian, 3.
Tom Cruise, 3. Mar Anthony, 3.
El campeón de todos ellos, Sza Zsa Gabor, nueve veces, pocas, si se compara con Pacho Villa, el campeón de campeones, con veintinueve bodas y que bien pudiera declararse el Santo de los Matrimonios en la iglesia católica.

VIERNES
Excesos sexuales

En el relato bí­blico, el matrimonio es tratado así­:
En las bodas de Canaán, Jesucristo convierte el agua en vino... cuando ya se habí­a agotado la existencia.
Matusalem vivió, parece, más de seiscientos años y tuvo multitud de mujeres aun cuando ningún historiador especificó el número.
Un dí­a, José, el carpintero, detectó que Marí­a estaba embarazada y le echó bronca sobre el papá del niño en su vientre. Entonces, un ángel se le apareció y le pidió que le bajara unas rayitas a su coraje porque el niño que tendrí­a Marí­a era hijo de Dios, y lo convenció, y todos en paz.
Los jefes tribales tení­an el número de mujeres que podí­an mantener y nadie la hací­a de tos, todos felices y dichosos.
Las mujeres infieles eran lapidadas por todo el pueblo.
Herodes, el mata-niños de la biblia, era el más infiel de todos los infieles.
Marí­a Magdalena es la primera mujer de la biblia en confrontar el machismo y aun cuando logra huir, una conspiración la lleva a un prostí­bulo donde durante varios meses, años quizá, trabaja como cortesana y luego es purificada y llamada la apóstol número trece de Jesús.
En el relato bí­blico, Ruth es una cortesana que hace felices a los hombres infieles, pero también es purificada cuando salva de morir asesinados a unos enviados de Jesús perseguidos por el cacique del pueblo.
Por tantos excesos sexuales de los hombres y mujeres, Sodoma y Gomorra perecen bajo las llamas y solo Lot se salva, el único hombre puro y fiel, absolutamente fiel, al matrimonio.


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