Por fortuna, ninguna mujer encapuchada se filtró en la tierra jarocha con las marchas del Dí­a Internacional de la Mujer y Un dí­a sin mujeres…

ROMPEOLAS: Por lo regular, los encapuchados se concentran en la Ciudad de México, porque es el altiplano, el centro de los poderes federales… Y aun cuando con Luis Echeverrí­a hubo encapuchados el diez de julio de 1971, y encapuchados también en la llamada Guerra Sucia, y encapuchados y enguantados el dos de octubre en la Plaza de Tlatelolco con la masacre estudiantil, sus orí­genes están en los carteles con sus pistoleros y sicarios…

ASTILLEROS: En la cultura prehispánica, la azteca la más prominente, centrada en los estados de Veracruz y Tabasco, los dueños del poder, los jefes tribales, encapuchaban a sus huestes para lanzarse contra otros pueblos… Incluso, el historiador Carlos Pereyra dice en sus libros intitulados “México falsificado” que Hernán Cortés logró la conquista española porque los lí­deres de los pueblos indí­genas estaban divididos en contra del emperador Moctezuma II, quien ascendió al trono a principios del siglo XVI, y su habilidad consistió en unir a los crí­ticos, inconformes y disidentes en contra del tlatoani mayor… Los soldados de Cortés nunca se encapucharon… Daban la cara…

ESCOLLERAS: En el último informe del siempre digno rector de la Universidad Veracruzana, doctor en Economí­a, Raúl Arias Lovillo, unos jóvenes encapuchados tomaron por asalto las instalaciones de la USBI, donde serí­a el acto oficial, y se apostaron… Descarrilaron el informe… Entonces, en el trascendido quedó que los enmascarados fueron enviados por el secretario General de Gobierno, Érick Alejandro Lagos Hernández, nunca se conoció si por iniciativa propia y/o cumpliendo órdenes del gobernador Javier Duarte… Los encapuchados se pusieron máscaras con las caras de Raúl Arias y del doctor José Sarukhan, exrector de la UNAM, y miembro de la Junta Académica de la UV… Sarukhan advirtió que significaba el regreso de los porros a la máxima casa de estudios y la historia académica cambió…

PLAZOLETA: En el siglo pasado cuando se daban cruentas pugnas en los sindicatos de Veracruz por el liderazgo en las empresas más fuerte y sólidas, de la nada solí­an aparecer encapuchados para reventar movimientos opositores… Nunca su identidad fue precisada ni tampoco hubo detenidos…
Por fortuna, hacia finales del siglo, “los emisarios del pasado” habí­an cambiado tales prácticas, digamos, quizá, porque la fuerza de las urnas era manifiesta… Pero, vaya paradoja, en el siglo anterior también solí­an aparecer encapuchados en las elecciones municipales y quienes se robaban las urnas…

PALMERAS: En el sexenio de Agustí­n Acosta Lagunes, unos encapuchados se llevaron las urnas en Chicontepec… Incluso, el góber estaba en el pueblo, y cuando la fechorí­a electoral sucedí­a, las elites priistas corrieron en estampida… Uno de ellos, el tuxpeño Crisóforo Hernández se detuvo en seco cuando escuchara la plegaria de don Agustí­n diciendo: “¡Muchachos, muchachos, se roban las urnas!”… Sin necesidad de una bolita de cristal, nadie dudarí­a de que el tiempo de los encapuchados está resucitando en el Veracruz donde los carteles y cartelitos establecen la agenda setting todos los dí­as como estrategia para, digamos, recrudecer el miedo, el pánico y el terror…