Amor apache
La vida privada de un político y su ex pareja sigue ventilada en la cancha pública. De hecho, lo ha sido así quizá desde tiempo inmemorial, imborrable y citable. Pero ahora, el político ha trascendido así mismo y asegura que el góber jarocho de AMLO busca, ajá, desaparecer a la oposición en Veracruz y él, perredista al fin, una víctima.
Luis Velázquez
Desde hace ratito, Rogelio Franco Castán, y su ex pareja, Guillermina Alvarado, con liderazgo político y social, se afirma, en la región de Lerdo de Tejada, han trascendido su vida personal. Incluso, y en el tiempo de las redes sociales, el facebook y los tuiters, navegando con sus diferencias históricas.
Todavía peor: tanto en la cancha perredista como en la cibernética, la versión de que el ex diputado federal y ex líder estatal del PRD y ex secretario General de Gobierno en el bienio azul, la golpeaba.
Y la golpeaba tanto que ahora, la señora anuncia una vez más que interpondrá la denuncia penal por el maltrato, casi casi, violencia intrafamiliar, y que los teóricos y prácticos de la política aseguran, tratándose de feminicidios, constituye un factor incidente y reincidente en el 70 por ciento de los casos, Veracruz, campeón nacional en el asesinato de mujeres.
De ser así, se trataría, quizá, y como afirmaban en el siglo pasado, “de un amor apapache”. Y un amor apache, porque desde hace mucho tiempo el trascendido es la historia de un matrimonio difícil donde él la zarandeaba.
Y, bueno, si tantos años la versión ha permanecido, caray, resulta insólito que todavía, ya ex parejas, sigan causándose daño, y lo peor, ventilando las cosas personales en la plaza pública… y que ahora, dicen, por cuestiones políticas, ¡vaya pasiones descarriladas!
Con todo, Franco Castán dice en las redes sociales que su ex pareja está manipulada por “los actores políticos” de MORENA. Y que “buscan la ocasión para desprestigiarme, convirtiendo un asunto sentimental en un tema de tipo penal, y que por cierto, quedó aclarado por ella misma hace más de tres años”.
De ser así, aquella versión popular de que “no hay enfermedad que dure cien años ni enfermo que la aguante” bien podría cumplirse en el caso pues, todo indica, la ex pareja vive un infierno atroz.
¡VAYA VODEVIL!
El secretario General de Gobierno de la yunicidad inculpa al vicegobernador Éric Patrocinio Cisneros Burgos y a la Fiscal Verónica Hernández “de lo que pueda pasar a mis hijas y a mí así como a las personas de mi entorno inmediato”, en tanto Guillermina Alvarado inculpa a Franco Castán “y a los activos del PRD” de todo lo que le pase a ella y a su familia.
Todo un reality-show. Un vodevil. Un circo y que incluso, forma parte de la leyenda y la historia.
Nadie creería, por ejemplo, que “El dos del palacio” y la Fiscal sean capaces, digamos, de un atentado en contra del ex presidente del CDE del PRD, pues, y de entrada, hay demasiados pendientes sociales en Veracruz.
Y segundo, decir que ellos pretenden desaparecer a la oposición, nadie hoy, cuerdo, sereno, prudente y mesurado, apostaría a que el PRD pudiera, ni siquiera, vaya, con un milagro, resucitar, pues está noqueado en el ring político, casi casi invalidado.
Y tercero, ta´canijo que Rogelio Franco se confunda con el PRD mismo y confunda sus problemas (ex) conyugales con la existencia del partido político.
Y más, cuando en el tiempo del duartazgo, incluso, del fidelismo, el PRD con Franco Castán al frente, se volvió de color rojo, al grado que cuando se lo dijeron a Cuauhtémoc Cárdenas creyó que rojo porque se aplicaba en las causas de la izquierda.
Y tiempo, cuando Rogelio Franco se prestó a la perversidad de Duarte para descarrilar al incómodo y contestatario Juan Vergel como presidente del CDE.
Y en el tiempo de la yunicidad azul se desempeñó como secretario General de Gobierno y en donde muy bien le pudo ir porque durante veinticuatro meses fue simbólico, simple cortador de listones, sin ningún trascendido político ni social para la vida pública.
Ahora, caray, se dice víctima del góber jarocho de AMLO y pareciera que está mirando “moros con tranchete”.
Habrá quienes, claro, aseguren que está delirando.
DE LA VIOLENCIA VERBAL A LA FíSICA
Todos saben que la vida privada… privada es. Y/o como dice el adagio popular, “la ropa sucia se lava en casa”.
Pero la ex pareja Franco-Alvarado ha querido desde tiempo inmemorial traslucir sus relaciones intensas y frenéticas, como si fueran, digamos, vida de artistas polémicos y controvertidos y quienes suelen ser famosos por tanto escándalo. Y entre más escándalo, mejor.
Hay vidas y pasiones así. Necesitan del show para ser felices. Solo apareciendo en las redes sociales “como la comidilla del día” alcanzan la felicidad plena. La mitad del mundo y la otra mitad deben hablar de ellos para sentirse en el paraíso.
Ni hablar. Pero, cuidado, el terapeuta familiar dice que por lo general de la violencia verbal (en que ya están ellos y desde hace rato) y que ha caminado a la violencia cibernética suele pasar a la violencia física, y entonces, la muerte inevitable.