Veracruz fatídico
•ADO tiroteado
•Borracho feminicida
ESCALERAS: Los malandros se han recrudecido. Primero, por la errática política de la secretaría de Seguridad Pública. Y segundo, por la errática política de la Fiscalía para procurar justicia.
Y “crecidos al castito”, “hacen y deshacen” y siguen marcando la agenda setting, y el Estado, con una política reactiva.
Inverosímil, por ejemplo, que primero secuestren a una mujer, y luego, desaparezcan, y después, torturen, y de inmediato, ultrajen, y enseguida, la maten, y luego decapiten y después tiren su cuerpo en un lado y la cabeza en otro.
Luis Velázquez
PASAMANOS: El domingo 8 de marzo, en Boca del Río, mataron a una chica de 16 años, María Fernanda, y quien estaba embarazada. Ese mismo día, en Rodríguez Clara, en el poblado Nopalapan, de Rodríguez Clara, llegaron a una fiesta infantil y mataron a dos hermanos. Una mujer y un hombre.
Y cuando uno de los invitados, un joven, corrió, lo rociaron de balazos.
Léase: fiesta infantil. Delante de un montón de niños. La peor crudeza y brutalidad del mundo.
CORREDORES: El viernes 6 de marzo, atacaron a balazos un autobús del ADO.
Había salido de la terminal de Tierra Blanca hacia las 19:45 horas con destino a Ciudad del Carmen. Y pasando la caseta de Cosamaloapan se le fueron encima como en el viejo oeste, a balazos a diestra y siniestra, tirando a matar.
Los pasajeros se arrojaron al piso. Y los balazos seguían para obligar al chofer a detenerse. Y el conductor siguió manejando.
Y por fortuna, logró llegar a un retén de la Policía Federal y los malhechores desaparecieron.
Pero el susto cardiaco, la vida prendida con alfileres, una bala perdida por ahí, vivida en el peor momento.
BALCONES: El viernes 6 de marzo, en el rancho La gloria, municipio de Acayucan, otra mujer más fue asesinada.
Su esposo llegó borracho a casa. Y discutió con ella. Y en el intercambio violento de palabras, dice el informe oficial, el hombre agarró una escopeta.
Y de pronto, en la casa se escuchó una detonación. Y la señora cayó fulminada. Y que el marido le había disparado.
Fue en la madrugada. Treinta minutos antes de la una de la mañana. Se llamaba Rosa Martínez Ramírez, de treinta años de edad.
PASILLOS: Mucha, demasiada, excesiva crueldad de los malandros.
En la historia fatídica de Veracruz, la violencia cada vez más recrudecida.
Por ejemplo, los feligreses asaltados una tarde cuando rezaban el rosario en la iglesia. El hombre asesinado un domingo al mediodía en un balneario popular. Los comensales asaltados en un restaurante de Coatzacoalcos.
La esposa de un empresario de Coatzacoalcos, secuestrada, desaparecida, asesinada y decapitada y tirado su cadáver en la vía pública.
Los cuerpos de hombres y mujeres flotando en los ríos de Veracruz. Los cadáveres colgados de puentes y árboles. Las cabezas decapitadas y acomodadas en las mesas de antros en el norte de Veracruz.
VENTANAS: Cada vez más crueldad. Casi casi como en 1810 cuando el cura Miguel Hidalgo fue asesinado y decapitado y su cabeza expuesta durante tres meses en la Alhóndiga de Granaditas como estrategia de los realistas para sembrar el pánico y el terror en la población simpatizante de su causa.
Y/o como los cadáveres colgando de árboles a orilla de los caminos de terracería por los realistas para intimidar a los campesinos e indígenas seguidores de Hidalgo y José María Morelos.
La vida en Veracruz, en el peor capítulo de su historia luego de 27 años de reinado de los carteles y cartelitos, malandros y malosos, sicarios y pistoleros.