El escritor acosado
•Marcó la raya
•Tolstói, su hija y Chéjov
EMBARCADERO: El gran escritor ruso, León Tolstói, quería a Antón Chéjov como si fuera su hijo... Tolstói le dolía que Chéjov era un escritor falto de fe, y por tanto, ateo, pero al mismo tiempo, era tolerante... Y así lo aceptaba, porque, decía el autor de “Ana Karenina”, los amigos han de aceptarse como son... Tolstói decía que Chéjov era un pintor de la vida que lo superaba en la técnica literaria
Luis Velázquez
“Y era un hombre encantador, sincero, honrado, fascinante, modesto y gentil”… Además, un hombre muy decente que siempre le pedía permiso para todo buscando su anuencia…
ROMPEOLAS: Chéjov se volvió un amigo de los hijos de Tolstói y quienes siempre lo buscaban y trataban como un hermano mayor… Pero una hija de Tolstói enamoró de Chéjov… Y se le insinuaba… Y lo acosaba… Y siempre buscaba pretextos para estar a su lado… Y así estuviera en algún otro extremo de Rusia iba a su encuentro… Pero nunca Chéjov le hizo fuerte y con toda la delicadez del mundo como escritor sensible le dijo que era imposible una relación amorosa entre los dos porque traicionaría la confianza de su mentor…
ASTILLEROS: Y es que Chéjov era un profundo conocedor del alma femenina y solía tener una extraordinaria química con todas las mujeres, solteras, casadas, divorciadas y viudas… Incluso, hasta con las niñas tenía mejor karma… Y más codiciado se volvió para las mujeres cuando se volvió exitoso… Pero con la hija de Tolstói puso un alto… Y ella, desencantada, terminó casándose con un hombre viudo quien tenía 6 hijos…Además, unos cuarenta años mayor que ella…
ESCOLLERAS: Chéjov casó en un par de ocasiones… De la primera mujer se divorció, y de la segunda, una artista teatral, fue su compañera hasta su muerte… Y entre ambos dominaban valores entendidos… Por ejemplo, tenía casa en Moscú, pero también en Petersburgo, donde solía refugiarse a escribir… Y su pareja necesitaba vivir en Moscú por la intensa vida artística y cultural… Y así, pasaban largas temporadas sin verse, solo escribiéndose… Y el amor renació a una nueva vida… Nunca tuvieron hijos… Pero Chéjov financió la fundación de varias escuelas para niños pobres, digamos, a tono con León Tolostói…
PLAZOLETA: Francis Scott Fiztgerald, el escritor norteamericano miembro de la llamada “Generación perdida” (Ernest Hemingway, John Dos Pasos y William Faulkner, entre otros) decía que Tolstói era el más grande escritor en cientos de años, en tanto Hemingway tuvo como eje rector de su estructura narrativa a Chéjov… Chéjov siempre vivió con premuras económicas y solo hacia el final de los años (vida tan corta y tan productiva, 44 años) compró algunos bienes materiales y que, además, tampoco eran la obsesiva obsesión de sus días y noches… Pero al mismo tiempo, le permitió dar tranquilidad a sus padres y a su hermana, la soltera, quien de hecho y derecho le consagró su vida para cuidarlo, enfermizo ciento por ciento que era…
PALMERAS: A su hermana, Chéjov heredó la mayor parte de las regalías de su obra literaria para darle holgura económica… La única casa que tenía se la dejó a su segunda esposa y un dinerito que por ahí tenía ahorrado, pues ella misma tenía vida económica autónoma e independiente… La otra parte de sus regalías las donó a las escuelas de niños que sostenía para garantizar su tranquilidad financiera… Un escritor y reportero que nunca alardeó de su calidad humanitaria ni de su activismo… Y por el contrario, fue discreto y con bajo, bajísimo perfil…