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Expediente 2024
Jueves 21 noviembre, 2019

“Yo, Indira”

Desde la senadurí­a, la panista Indira Rosales ya demostró su identidad. Luego de su meteórica carrera polí­tica, pronto llegó tan alto, que por ejemplo, la curul le queda demasiada pequeña. Indira “ya representan mucho más”. De secretaria en el Ayuntamiento de Boca del Rí­o que fuera a secretaria de Desarrollo Social a Senadora, ahora sueña con la candidatura azul a gobernadora en el año 2024.

Luis Velázquez

Igual, igualito, como en la primavera del año 2018 se creí­an un par de priistas. Una, Carolina Gudiño Corro, y dos, Elizabeth Morales. Ambas, hoy, en la Renata, la Reserva del Talento Nacional, como le llaman.
Por eso, Indira lanzó feroz y sistemática campaña propagandí­stica por su informe senatorial en Boca del Rí­o proclamándose como la enviada de Dios en la tierra. “Yo, Indira”. Casi como Luis XIV cuando dijera “Yo soy el Estado”. O como León Tolstói cuando advirtiera al mundo: “Si Dios no existe, entonces, yo soy Dios”.
Además, en la foto de “Yo, Indira”, posó con una enorme y gigantesca sonrisa, más grande que la sandí­a de Diego Rivera. Y su sonrisa dio la vuelta al mundo jarocho y mostró, claro, “el tamaño de su ambición”.
Algunos polí­ticos dirí­an que ya es la polí­tica automática, por aquello de que apenas ocupó la curul sueña con el puesto siguiente. Y arriba de la curul, la gubernatura, aun cuando, claro, pudiera entretenerse un ratito como presidenta municipal de Veracruz (que así­ la miran los Migueles Yunes) o de perdis, alcaldesa boqueña, mientras, claro, sigue creciendo para quedarse con la candidatura panista…, siempre y cuando Joaquí­n Guzmán Avilés, el presidente del CDE del PAN, lo permitiera.

EN SU SONRISA, EL TAMAÑO DE SU AMBICIÓN
Nadie sabe si “Yo, Indira” será o serí­a capaz de levantar a una parte de la población con un llamado cí­vico para, digamos, luchar contra la inseguridad o el desempleo en Veracruz.
Nadie sabe el bienestar social creado bajo su impulso, aun cuando enfrenta una denuncia penal de la secretarí­a de Desarrollo Social interpuesta en la Fiscalí­a.
Se sabe, por ejemplo, que en la tribuna parlamentaria la ha pasado despotricando en contra del góber de AMLO en Veracruz, de igual modo como su homóloga Morenista, “Yo, Gloria Sánchez” acusa a los medios de una conspiración en contra de Cuitláhuac para derrocarlo con un golpe de estado periodí­stico.
Se sabe que desde la tribuna ha defendido con todo y por todo a la yunicidad ante el tsunami de denuncias penales en la Fiscalí­a.
Pero de ahí­ a que con su trabajo legislativo habrí­a generado la construcción de un servicio público (una escuela, un salón de clases, un camino pavimentado, un sistema de agua potable, etcétera), nada de nada, quizá porque rechazarí­a que un legislador sea gestor de bienes sociales.
Y lo que está claro es que igual que el senador Julen Rementerí­a del Puerto, desde la curul mira la gubernatura como el siguiente paso, igual, igualito como fueran los casos de Fidel Herrera Beltrán, Rafael Hernández Ochoa, Rafael Murillo Vidal y Fernando López Arias quienes del Congreso de la Unión pasaron a la jefatura del Poder Ejecutivo Estatal.
Por eso, entronizada en lo más alto del poder parlamentario lanzó su proclama de “Yo, Indira”, como si fuera una nueva iluminada, la mujer enviada por Dios para enaltecer a Veracruz.
Nunca, y por desgracia, se le ocurrió a Carolina Gudiño, Elizabeth Morales, Anilú Ingram, Mariana Dunyaska y Gloria Sánchez intitular su informe “Yo Carolina, Yo Elizabeth, Yo Anilú, Yo Mariana, Yo Gloria”.

PREFERIDA DE LOS YUNES
En uno de sus cuentos en el libro “Cantar de ciegos” de Carlos Fuentes, un personaje literario dice al otro:
“Somos jóvenes y tenemos derecho a vivir sin responsabilidades”.
“Yo, Indira” están en la juventud plena. Y aun cuando la juventud es un tramo demasiado corto de la vida ante la vejez tan perpetua y eterna, Indira es la predilecta de la yunicidad, y ya se verá si trasciende a la dinastí­a Kennedy del Golfo de México con asiento en Boca del Rí­o, y va más allá de la era yunista brincando para arriba en el tiempo de Guzmán Avilés en el CDE del PAN.
Los Yunes azules siempre han mostrado preferencia por ella. Y a ella, ahora encumbrada, reitera que le gustan los focos y los titulares, como aquella ocasión cuando secretaria de Desarrollo Social fue a la sierra de Zongolica vestida de indita y con unas trenzas de La Malinche y se puso a echar tortillas a mano en un comal sobre una estufita ecológica mientras los fotógrafos y camarógrafos inmortalizaban el momento estelar para difundirlo en Veracruz a través de los medios.
Y, claro, echando tortillas feliz y dichosa y sonriendo ante la mirada impávida de las mujeres indí­genas y quienes, de seguro, se habrí­an sentido “carne de cañón”.
“Yo, Indira”, una mujer empoderada gracias a los Yunes que el año anterior perdieron la gubernatura y este año la presidencia del CDE del PAN, y de postre, enfrentan varias denuncias penales por irregularidades en la Fiscalí­a.
Si una mujer es frí­vola por naturaleza, una mujer polí­tica en el estrellato mucho más.
“Yo, Indira”, como si se dijera “Yo, el César”, “Yo, Cleopatra”, “Yo, Karime, merezco abundancia”.


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