Veracruz, creo en ti
•Veracruz amado
•Pedacito de historia
UNO. Veracruz, creo en ti
Veracruz amado, creo en ti. Y a ciegas.
Creo en ti porque aquí hemos todos pasado los días más felices de la vida con las picadas y las gordas y los tacos y las tortas tan sabrosas revoloteadas con un café de olla.
Luis Velázquez
Creo en ti porque tuvimos a Antonio López de Santa Anna tres veces como gobernador y que a cada rato cuando se aburría del cargo público y de ejercer el poder a plenitud nombraba un interino, agarraba la mulata sabrosa y se iba de pueblo en pueblo de Veracruz a jugar a los naipes y apostar a los gallos de pelea y a bailar, igual, igualito, como Pancho Villa, hasta el amanecer.
Creo en ti, porque tuvimos a Luis Mier y Terán como gobernador, amigazazo de Porfirio Díaz, quien cuando le ordenar “matar en caliente” a 9 jarochos y campechanos sublevados a su nueva reelección, sin chistar los mató y luego los culpó de su muerte porque estaban huyendo.
DOS. Veracruz amado
Veracruz, creo en ti, porque con todo y que por el palacio principal de Xalapa han pasado 78 gobernadores, la mayoría se enriqueció a la sombra del poder y todavía así hay en cada jarocho un fervor patrio por la autoridad, a pesar, incluso, de que 6 de los 8 millones de habitantes están en la miseria y la pobreza.
El fervor patrio por Veracruz es tanto que ya estamos listos para el pitorreo, la chunga y el desmadre con el festival de chiles, moles y salsas en Xalapa como una ocurrencia genial de la secretaria de Turismo para aumentar, dice, el turismo interno, ajajá.
Veracruz, todos estamos orgullosos de tu geografía y riqueza natural, porque sirvió para que Agustín Lara se declarara nacido en Tlacotalpan y para que Pepe Guízar, originario de Jalisco, deseara ser jarocho toda su vida y para que de ñapa, “El flaco de oro” se hospedara con María Félix en la suite nupcial del hotel Mocambo donde le instalaban un piano para cantarle “María bonita” así la escribiera en las playas de Acapulco.
Y si en 1914 los jarochos ofrendaron la vida por Veracruz y cayeron muertos en el centro histórico ante las tropas norteamericanas, ahora también, con las más de doscientas mujeres asesinadas en los últimos diez meses, seguimos haciendo patria por la patria chica, pues luego de una tormenta huracanada se asoma el sol y el día fresco, tibio y tranquilo.
TRES. Pedacito de historia
Creo en ti, Veracruz, porque aquí refugiaste a Benito Juárez y a Venustiano Carranza y, bueno, un pedacito de historia de aquellos héroes de la patria nos toca a cada uno de los habitantes de la ciudad.
Y aun cuando Antonio López de Santa Anna encarceló en las mazmorras del castillo de San Juan de Ulúa a Juárez y Melchor Ocampo, la lucha por el poder político es así, y ni modo, “¡aquí nos tocó vivir y qué le vamos a hacer!”.
Pero en contraparte, por aquí fue exiliado Porfirio Díaz Mori en el barco Ipiranga, que también servía para transportar droga de aquí a otras latitudes geográficas y de otros países a México.
Y por aquí también ingresaron exiliados un montón de españoles cuando el presidente Lázaro Cárdenas del Río les abriera la puerta, entre ellos, claro, el gran poeta León Felipe, aquel de que “lo importante es llegar todos juntos a tiempo” y bien.
Creo, Veracruz, en ti, porque eres más grande que todas las elites políticas “cortándose las venas” por tu nombre.