de que era investigado por denuncias penales en contra de su posible enriquecimiento para que horas después, ayer, Romero Deschamps anunciara su renuncia.
"El miedo, pues, ha andado en burro".
Y, claro, será investigado, y si la Fiscalí­a General de la República lo comprueba su raro y extraño enriquecimiento a la sombra de los poderes priistas y panistas (hasta yate de lujo y hasta de avión de lujazazo para que su hija paseara a sus mascotas), serí­a llevado a juicio penal.
Otros lí­deres sindicales del paí­s, empezando por Ví­ctor Flores Morales, dueño del sindicato ferrocarrilero desde hace veinte años, "han de poner sus barbas a remojar".