polvorientos…Ella forma parte del colectivo Reporteras en Guardia cuyo objetivo es un memorial digital con perfiles de los periodistas asesinados en México…

ROMPEOLAS: Son 331 páginas leí­bles en una sola noche de principio a fin, sin dormir… Viaje deslumbrante… Por ejemplo, la mitad del mundo y la otra mitad saben de un Veracruz declarado “el peor rincón del mundo para el ejercicio reporteril” con 19 trabajadores de la información asesinados, más 3 desaparecidos, en el duartazgo… Incluso, en algunos libros publicados se han ocupado del asunto, pues “la violencia, ni modo, es inevitable” decí­a Agustí­n Acosta Lagunes cuando su “Sonora Matancera”… Pero…

ASTILLEROS: Pero por vez primera en un libro, como en “Guerracruz”, se cuenta la historia de vida de cada reportero asesinado… Y más allá de un número estadí­stico en la noche sórdida y siniestra de Veracruz, cobran vida y Violeta Santiago los humaniza… Incluso, en algunos casos, platica con los familiares sobrevivientes, desde la pareja viuda hasta los hijos huérfanos, y detalla con un microscopio los dí­as y noches… Y marca la distancia de otros libros… Además, y a diferencia de los otros, ella se involucra y en las páginas desfila su historia personal, la naturaleza humana de una reportera soñando y angustiada, luchando y reciclándose…

ESCOLLERAS: El libro significa una invaluable aportación a la historia de los derechos humanos en Veracruz… Por ejemplo, describe a todos y cada uno de los Colectivos, integrados con madres y padres con hijos secuestrados, y quienes siguen buscando a los suyos con la misma tenacidad y disciplina del primer dí­a… En cada caso cuenta la historia de cómo fueron integrándose hasta significar una esperanza llena de fe… Y los describe con enorme solidaridad tomando partido por ellos mismos en un Veracruz donde, y por desgracia, hay, parecen existir, Colectivos del lado del gobernador en turno y en contra…

PLAZOLETA: Otro capí­tulo se ocupa de la historia de los desaparecidos y sus familias, de igual manera como otros libros describen historias personales… El lector queda, primero, perplejo ante la realidad trágica contada, y segundo, asombrado de la alianza sórdida del aparato gubernamental (los polí­ticos y funcionarios públicos y jefes policiacos y policí­as con los malandros) donde ningún ciudadano puede gritar victoria de haber librado la muerte…

PALMERAS: En la solapa uno, la editorial Aguilar publica una fotografí­a de Violeta Santiago… Delgadita, cara afilada, cabellera larga, la mirada inquisitiva, con una blusa de manga larga, sostiene una cámara fotográfica en su mano derecha y escudriña, observa, con un microscopio el paisaje… Es la mirada perspicaz de la trabajadora de la información en estado de alerta, como el topo (el animal simbólico) de Carlos Marx para asomarse a los hechos y otear el horizonte… La compañera ya publicó su primer libro, y ahora, como decí­a Ernest Heminwgay, seguirá calentando el brazo, como un beisbolista, para escribir el segundo… Ha dado un paso singular, de diarista a escritora… A los 19 años de edad, “Hem” era reportero de la fuente policiaca y luego evolucionó a escritor y publicó más de treinta libros…