Corrieron a todos en la SAGARPA, ahora SADER
•La gran mayoría acepta su salida
La 4T en el campo veracruzano. El ambiente tenso en las instalaciones de la antes SAGARPA y ahora SADER. Los asistentes caminaban en los pasillos, nerviosos, por las reuniones anteriores donde no habían podido entender las nuevas instrucciones...
que la nueva administración federal quiere implantar en los estados a través de los Súperdelegados. Cada uno de los convocados se dirigió a el lugar, que comúnmente ocupaba durante las reuniones en que eran citados. Apareció el encargado de la SADER con todo el aspecto que le acompaña de perdonavidas, camisa desabotonada, barba crecida, lentes colgando, la obesidad orgullosamente exhibida y el poder de quién sabe lo que significa ejercerlo.
Un auditorio amplio y con asientos cómodos, los asistentes dejan los espacios, que impidan estar a merced del francotirador de la mesa que dirige. Los grupos se forman y los comentarios se vuelven rumor que indica temor a lo que se viene. -Buenos dias a todos, por favor los de SADER (antes SAGARPA ) a la derecha y los de BIENESTAR (antes SEDESOL) a la izquierda, sin revolverse por favor. Establece quién conduce la reunión.
Una voz fuerte se escucha y les menciona que -los lugares donde se encuentran ubicados son lo de menos, total, algunos de ustedes no estarán aquí dentro de muy poco es el Súperdelegado, sonriendo de forma burlona. Primera amenaza que hace que el grupo se intente acomodar sin conseguirlo. Sonrisas nerviosas, y manos inquietas. La presentación de los nuevos programas son explicados a los técnicos de las dependencias federales, que por años han ejecutado los programas federales. No son congruentes con la normativa aplicada de siempre. Se trata de entregar a productores que no cumplen con el mínimo de lo hasta ahora establecido y todavía no modificado. Alguien se anima y pregunta: quién autorizará, ya que las auditorías son la orden del día en las dependencias por cuestiones en ocasiones de cosas menores, pero que causan despidos e inhabilitaciones.
El Súperdelegado ataja el comentario. -Yo soy quien manda y yo soy quien autoriza-. Agrega: ustedes siempre le han dado a los ricos y nunca a los pobres, esto ya cambió. Ese alguien, le aclara que para darle a un campesino ganado, lo menos que debe tener es terreno, de lo contrario, el ganado solo será vendido de forma inmediata, sin lograr el objetivo del programa, que es pagar con crías el monto que representa la donación. El Súperdelegado, arremete y le dice que nada de obstáculos, que él es quien ordena y sonríe diciendo, -denle a quien nunca ha recibido nada, de eso se trata la 4T, entiéndalo, y sonríe, -bueno a los que se decida que se quedan-.
Quien se atrevió a preguntar se sumió en su asiento, nadie se atreve a discordar. Días después, en la oficina del Superdelegado, se hace efectiva la amenaza conocida. Un grupo de campesinos le hace llegar una carta de queja en contra del funcionario y será despedido sin derecho ni a liquidación ni a nada que le protejan sus 25 años de servicio. Todos se sorprenden de que las causas técnicas que prevalecieron en el pasado, son ahora nulas, hasta en tanto la auditoría refleje algún equivoco del funcionario menor que lo ejecute.
La gran mayoría decide aceptar su salida en los términos que la 4T lo decida. El pueblo sabio y bueno, los puso para ejecutar todas esas acciones que el Neoliberalismo cobijó mucho tiempo y ahora les toca dejar el espacio a nuevos vientos que seguramente traerán mejores resultados según la Cartilla Moral, promovida por MORENA, la esperanza de México a los mexicanos que votaron por AMLO, a los otros mexicanos, a los que cuidaron su trabajo , a estos por alguna razón no entran en ese manto protector ya que durante 25 o más años cuidaron el no caer en irresponsabilidad en su trabajo. Mientras tanto bajar la cabeza es un ejercicio que algunos están practicando obligados por la 4T.