y según otros, asesinado a puñaladas por órdenes de Porfirio Dí­az.
Pero de acuerdo con Francisco Bulnes (también publicó el libro “Las grandes mentiras de la historia”), el tirano porfirista “jamás ordenó el asesinato de un periodista”.
Tampoco Javier Duarte. También Yunes Linares.
Pero al mismo tiempo, los asesinatos fueron cometidos en su tiempo de gobernadores.

LUNES
Los crí­menes de Porfirio Dí­az

Escribió Bulnes sobre los 5, 6 periodistas asesinados en los 34 años de Porfirio Dí­az:
“En el asesinato de Carrasco, en Mixcoac o Tacubaya, hubo cuestión de faldas, complicada con 200 gramos de alcohol etí­lico ingerido por la ví­ctima para discutir el caso con un rival hí­drico.
“El reportero” Ordoñez no fue arrojado vivo en un horno metalúrgico de Puebla, sino su cadáver, para hacer desaparecer el cuerpo del delito.
Quien ordenó el asesinato de Ordoñez fue el gobernador provisional Riverol, para vengarse de los ataques que el periodista dirigí­a tanto a su persona oficial como a su persona privada, nunca a la dictadura ni personalmente al Prí­ncipe.
Valadez fue asesinado en el estado de Sinaloa, y la acusación pública designar autor al coronel gobernador don Francisco Cañedo. Valadez atacaba rudamente a Cañero por cuestiones de polí­tica local y por enemistad personal febril. Nunca se manifestó enemigo del dictador.
Olmos y Contreras fue asesinado en Puebla por atacar personalmente al gobernador Martí­nez hasta en su vida privada, sacándole un asunto tenebroso en que figuraban faldas”.

MARTES
Lí­os de faldas y alcohol

Sigue Bulnes describiendo las circunstancias de los periodistas asesinados en el tiempo de Porfirio Dí­az:
“Respecto de la muerte de Rodrí­guez, en Oaxaca, no se sabe si hubo riña madrugadora preparada por el asesinato, pero se sabe que la causa del disgusto no fue la polí­tica.
Ahora bien, todos los periodistas exterminados lo fueron antes del año de 1896, pues Manuel Romero Rubio, secretario de Gobernación, y suegro altamente cotizado del César, aunque conciliador y profundo enemigo de las medidas violentas, nunca quiso tomar con los gobernadores de los estados actitudes que pudieran disgustarlos”.
Así­, Bulnes resume las circunstancias de las ejecuciones de aquellos reporteros en el Porfirismo, a saber, y según él, lí­o de faldas y alcohol, pero sobre todo, venganza de los gobernadores, incapaces de soportar la crí­tica.
En el caso de los trabajadores de la información asesinados en el duartazgo y la yunicidad, nunca se habló de una venganza de los gobernadores en turno y en términos generales, la agravante siempre fue las (presuntas) ligas (nunca demostradas) con los carteles y cartelitos.
Incluso, Duarte (ahora tan purificado, ajá) siempre exhibió a los reporteros, fotógrafos y camarógrafos en sus malas amistades, pero nunca, jamás, interpuso una denuncia penal.
La faramalla pura. El fuego pirotécnico para desagraviarse a sí­ mismo.

MIÉRCOLES
Burda venta de esperanzas

Elegido gobernador de AMLO y MORENA en Veracruz, Cuitláhuac Garcí­a aseguró al corresponsal de Proceso, Noé Zavaleta, esclarecer el asesinato de los 24 reporteros en el tiempo de Duarte y Yunes y de los 3 desaparecidos.
8 meses después, su palabra, en el aire. Casi casi, el desencanto. Puro chorizo.
Y como han transcurrido 8 meses sin resultados, nada, absolutamente nada anuncia la posibilidad de esclarecer tales crí­menes.
Al momento, ni un detenido, ningún indicado, y por el contrario, algunos de aquellos expedientes atraí­dos por la Fiscalí­a General de la República.
El estilo personal de ejercer el poder de MORENA, igual, igualito, copa Xerox, del panismo y el priismo.
La venta burda, vulgar y ramplona de la esperanza para ganar un espacio mediático y levantar quizá expectativas.
Y aun cuando son crí­menes cometidos en anteriores gobiernos, tarea del Estado de Derecho es garantizar la procuración de justicia.
El Fiscal, entretenido con su guerra de los termos y su frasecita bí­blica de “El Fiscal tiene la culpa”.
La vida pública en Veracruz, un pitorreo.

JUEVES
Larga y extensa noche sombrí­a…

Por fortuna, ningún trabajador de la información secuestrado, desaparecido, asesinado, cercenado, decapitado… al momento.
Por el contrario, Veracruz es hoy el peor rincón del paí­s para las mujeres (145 asesinadas en 8 meses), para los menores de edad (44 ejecutados), para los polí­ticos (15), para los policí­as (17 en total), para los activistas (4 asesinados a la fecha) y para la comunidad sexual (trece).
Y el alto privilegio de mantenerse en el primer lugar nacional de secuestros.
De cualquier manera, ningún jarocho está a salvo. Nadie tiene segura la vida. Nadie la ha librado. Nadie puede tener la certeza de sobrevivir en los dí­as y noches, semanas y meses inciertos.
Se vive y padece una larga y extensa noche sombrí­a. Claro, se dirá, igual, igualito, peor quizá, está el resto del paí­s.
Por ejemplo, nunca en Veracruz han asesinado a 72 migrantes al mismo tiempo y hasta con tiro de gracia como en San Fernando, Tamaulipas.
Nunca jamás han asesinado a más de veinte personas una noche en un antro como en Guadalajara.
Pero…y en contraparte, trece personas, entre ellas, un niño de dos años en brazos de su madre, ejecutadas en una fiesta familiar en Minatitlán.
Y una presidenta municipal (Mixtla de Altamirano) emboscada y asesinada con su esposo y el chofer del Ayuntamiento.

VIERNES
Nuevo paisaje urbano

Antes, mucho antes, el paisaje urbano de Veracruz era la pareja jarocha bailando “La bamba” y “El tilingo lingo”.
Y “la mojarra más grande del planeta” y “el arroz a la tumba más gigantesca de la historia mundial”.
Ahora, el paisaje urbano, suburbano y rural está integrado por secuestrados, desaparecidos, asesinados, cercenados, pozoleados, ultrajados, decapitados y tirados los cadáveres en la ví­a pública.
Además, cadáveres flotando en los rí­os y lagunas, arrastrados por la corriente aguas abajo.
Y narco/mantas en los cadáveres estampadas con un cuchillo cebollero.
Bernal Dí­az del Castillo cronicó el desembarco de Hernán Cortés en las playas de Chalchihuecan hace 500 años y Jack London cronicó la entrada de los norteamericanos en 1914 con la invasión al puerto jarocho.
Los muertos de Veracruz en el tiempo de MORENA necesitan un cronista describiendo el infierno.
Y más cuando de acuerdo con el secretario de Seguridad Pública, hay reporteros al servicio de los narcos, el mismo chorizo repetido por Javier Duarte.