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Martes 16 julio, 2019

Infierno en la Cuitlamania

•A los 26 años, “El Diablo" alcanzó su mayor capacidad de violencia durante el nuevo gobierno morenista

•Jefe de una célula criminal en Xalapa, su actividad lo puso en la mira de las autoridades; quedó preso a principios del mes

•Pero en los últimos siete meses, convirtió a Xalapa en una carnicería por la disputa de la plaza de venta droga al menudeo

•No perdonaba que le robaran mercancía ni que lo traicionaran, en su haber tiene, por lo menos 11 cadáveres/Ignacio Carvajal García

  • Gabriel Rivera Hernández, "El diablo" o "El chamuco"

  • Karla Debernardi Marini, "La Madrina"

Durante los últimos siete meses, portando armas y regenteando la venta de drogas al menudeo, Gabriel Rivera Hernández, El Diablo o El Chamuco, caminó tranquilo en calles xalapeñas.
De 26 años, a fuego y plomo defendió lo que a su juicio, y enseñanzas de la calle, creyó era de su pertenencia.
Sus acciones, ajustes de cuentas y la guerra cruenta que sostení­a con sus rivales pusieron a Xalapa en la lista de ciudades más violentas del paí­s. Hoy es la capital donde más se cometen feminicidios y cuenta con una elevada tasa de homicidios en el estado y en secuestro, también se lleva primeros lugares.
En cumplimiento de una orden de aprehensión, Gabriel Rivera Hernández fue detenido el pasado 2 de julio por personal de la Policí­a Ministerial y actualmente está bajo proceso señalado de haber dado muerte a su exsocio y exlugarteniente, Carlos Adán Hernández Velásquez, El Boss.
Además, la Fiscalí­a General del Estado Zona Xalapa le imputa otros diez homicidios que estarí­an señalados por testigos protegidos, siendo uno de los más grandes generadores de violencia.
La senda de muerte de El Diablo o El Chamuco, que consta en carpetas de investigación, inició a finales de la administración pasada de Miguel íngel Yunes Linares, pero se expandió sin freno alguno hasta su captura, durante la nueva administración de Cuitláhuac Garcí­a Jiménez.
En ese periodo Xalapa acumula unos 50 homicidios dolosos, según datos oficiales, de los cuales 11 estarí­an relacionados con actividades de la célula criminal de El Diablo y la batalla sangrienta por la venta de cocaí­na, cristal y marihuana.

PRIMERA MUERTE

Es señalado de haber dado muerte, el 11 de noviembre, a José Antonio Acosta Hernández, camillero del hospital Civil. Con señales de tortura, su cadáver apareció en el fondo de un barranco en Monte Oscuro, Emiliano Zapata.
El pecado de Acosta Hernández habrí­a sido el intento de asociarse con una enemiga acérrima de El Diablo, Karla Debernardi Marini, La Madrina, quien fue abatida por la Policí­a Ministerial en la colonia Moctezuma, de Xalapa, en junio pasado.

CAE TAXISTA

Sigue la investigación por homicidio del taxista Rubén Salazar Salazar, el 19 de noviembre, a las afueras del hotel Mallorca, sobre el bulevar Xalapa-Coatepec.
La ví­ctima habí­a dado un servicio a una dama de compañí­a que le pidió que lo esperara afuera del establecimiento, pues sólo estarí­a una hora. En ese momento fue asesinado a disparos supuestamente por una deuda de mercancí­a.
Dentro de las investigaciones, un testigo protegido señala que a estos repartidores se les daban cuentas hasta por 10 mil pesos diarios que debí­an entregar a dónde los mandaba la célula.
"Algunas veces nos daban ollas de cocaí­na, que es cocaí­na en polvo con un valor de 14 mil pesos cada una", se lee.

NO RECLAMAN CADíVER

Es acusado del homicidio de una mujer y un hombre, el 22 de diciembre, en la colonia Vasconcelos.
El hombre se llamó Martí­n Rivera Mendoza y ella no ha sido reclamada desde entonces.
Se trataba de una casa de seguridad, ubicada como punto de venta de drogas, a donde llegaron pistoleros de El Diablo buscando a Aldo Iván Gómez Arcos, El Talibán, socio de La Madrina.

COMANDANTE DE BANDA DE GUERRA DE LA SSP

El 4 de febrero, El Diablo y sus pistoleros buscaban al mayor enemigo de su célula delincuencial, Darwin Hernández Guzán (actualmente preso) quien era parte de la competencia.
Los pistoleros arribaron a la colonia Azteca en donde ejecutaron a una persona que no era el Darwin, sino Carlos Armando Méndez Rodrí­guez, El Ricky, este sujeto además estaba acusado de otros delitos de alto impacto en Xalapa, sobre todo el cobro de cuotas.
Se sumó el homicidio de Deiby Rivera Guzmán, comandante de la banda de Guerra de la Secretarí­a de Seguridad Pública, el 4 de febrero pasado, en calles de la colonia Progreso.
El acusado y sus pistoleros llegaron a esa casa buscando al hermano del comandante, Édgar Ociel Riera Guzmán, un consumidor de drogas quien le debí­a mucho dinero al Chamuco.
El miembro de la SSP intentó cerrarle el paso a los agresores, que se querí­an meter a su casa a sacar a su hermano, pues estaban seguros de la presencia de su blanco porque su unidad de taxi estaba estacionada afuera.
Como no los dejaban pasar, los pistoleros abrieron fuego a quien bloqueaba la puerta, las balas la traspasaron y dieron muerte al comandante.
Rápidamente se corrió el rumor de que el comandante de la SSP estaba relacionado con drogas, sin embargo el contexto correcto es que murió intentando resguardar a su familia, pues el del problema era su hermano.

SI NO PAGABAN, PISO

El 16 de febrero se suma el homicidio del Chilango, Mario Alexis Fuentes Méndez, ubicado como un buen cliente de la organización, pero con deudas importantes por material.
Fue el 6 de marzo cuando el comando de El Diablo presuntamente mató a Aldo Iván Gómez Arcos, El Talibán, quien era asociado de La Madrina, enemiga de Gabriel Rivera Hernández,. El Talibán era hojalatero, taxista y presunto distribuidor de drogas al menudeo. Contaba con antecedentes por robo de moto, lesiones, narcomenudeo, por drogarse en la ví­a pública con solventes, alteración del orden, delitos contra la salud y estuvo interno en diversas ocasiones en Pacho Viejo. Dí­as después de su muerte mataron a su esposa, Marí­a Julia Gómez Rebolledo, al igual que a El Talibán, la masacraron a tiros en la Vasconcelos; no hay señalados por esta muerte.
A la senda sangrienta se agrega la de íngel Raymundo Sánchez Tejeda, El Cuate del Nene, ex repartidor de mercancí­a de la célula de El Diablo, quien fue acusado por otros vendedores de robar y quedar a deber. Esto no lo perdonó el Diablo, quien le dio muerte después de una golpiza en una casa de seguridad, donde habrí­a tomado un cuchillo para que uno de sus subalternos le decapitara.
Su homicidio fue cruel y lento, a la vista de otros, para ponerlo como escarmiento al haber robado al jefe.
Horas después su cadáver fue lanzado en la ví­a pública con un mensaje para otro exsocio de El Diablo, Carlos Adán Hernández Velásquez, El Boss.
Según los señalamientos del testigo protegido, El Boss traicionó al Diablo haciendo lo que más le enojaba, robando su dinero y la mercancí­a para montar su cédula por su cuenta.
El mismo destino corrió otro repartidor identificado como Pedro Damián Mendoza Marcial, El Nene, cuyo cuerpo fue localizado en El Chico con señales de violencia, acuchillado y con disparos. En la investigación contra este grupo se señala que ese fue su final por deber dinero por compra de material.
A esta célula igualmente la acusan de la muerte del taxista Juan Manuel Rodrí­guez, por deudas de drogas, acribillado con un arma calibre .45 por un miembro de dicha organización.
El último, y por el cual se logró la captura de Rivera Hernández así­ como de su escolta, José íngel Hernández Rivera El Zorro, es Carlos Adán Hernández Velásquez, El Boss, quien fue ultimado el 4 de junio pasado el mediodí­a en la avenida Lázaro Cárdenas, frente a una pizzerí­a. El Boss se encontraba platicando con otro sujeto cuando le llegó la muerte por venganza tras el robo de mercancí­a y dinero a la organización. Pecados imperdonables para El Diablo.
Originario de Tlanehuayocan, El Boss contaban con antecedentes por robo a casa habitación con violencia y robo simple.
En tanto, El Diablo cuenta con al menos ocho señalamientos ante la autoridad por diversos delitos desde el 2009, cuando apenas contaba con 15 años y ya era recurrente cliente de las cárceles de la zona por alteración del orden, lesiones, daños, robo, ultrajes a la autoridad, intento de robo de vehí­culo, robo a transeúnte y ahora homicidio.

LA MADRINA

Karla Debernardi Marini, La Madrina, era una de las rivales de la cédula de El Diablo. Ella contaba con su propia organización que actualmente está desarticulada, según las autoridades veracruzanas.
La madrina, una versión local de Miss Bala, era popular en redes sociales, donde constantemente publicaba fotos y ví­deos mostrando un poco de sensualidad y alegrí­a, de su otra actividad, la del mundo sórdido, poco dejaba ver.
El gobierno de Veracruz la tení­a en la mira al ubicarla como una fuerte generadora de violencia en la capital del estado.
El 12 de junio la Policí­a Ministerial de la fiscalí­a región Xalapa llegó a la colonia Moctezuma. Cerca de la calle Popocatépetl, la Ministerial intentó ejecutarle una orden de aprehensión. Era buscada por secuestro.
Sin embargo, La Madrina comenzó a disparar, los oficiales repelieron la agresión y la abatieron.
“Asimismo fue detenido Jonathan “N”, que se encontraba en el lugar, donde se localizó una pistola 9 milí­metros y dosis de droga conocida como cristal” indicó la Secretarí­a de Seguridad Pública (SSP) mediante un comunicado.


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