Y si Dante Delgado Rannauro entró a la historia cuando la emboscada policiaca al cacique cordobés, Toribio “El toro” Gargallo…
Y si Patricio Chirinos Calero tuvo su Waterloo cuando los vecinos de un pueblo sureño de Veracruz quemaron vivo a un evangélico violador de chicas…
Y si Miguel Alemán Velasco entró a la inmortalidad cuando el incendio en el mercado Hidalgo de Veracruz en que murieran 29 personas y justificara su ausencia diciendo que “no era bombero”…
Y si Fidel Herrera Beltrán dejó página negra cuando “Los Zetas” se le amotinaron en el penal de Pacho Viejo por deuda atrasada en los negocios internos…
Y si Javier Duarte tuvo su punto culminante cuando el tiradero de cadáveres en el paso a desnivel de la avenida Ruiz Cortines en Boca del Rí­o…
Y si Miguel íngel Yunes Linares alcanzó “la plenitud del pinche poder” cuando el asesinato de una familia en Las Choapas, en que mataron a cuatro niños…
Entonces, el góber de MORENA y AMLO ha alcanzado el más alto decibel de la vida pública con el tiradero de 5 cadáveres descuartizados en un camino de terracerí­a de Playa Vicente el viernes 28 de junio del año de la izquierda que corre.
Fue cuando el corresponsal de Proceso, el maestro y escritor, Noé Zavaleta, envió la foto a la redacción de la agencia noticiosa Apro-Proceso, y su jefe la miró y miró y luego exclamó:
“Impublicable”.
Y la guardó en el archivo de las fotos de la historia.

7 MESES DESPUÉS…

Claro, 7 meses y medio después, el góber de AMLO en Veracruz lleva más páginas heroicas.
Una más: la emboscada a dos migrantes de Salvador en el sur de Veracruz. Impunes.
Otra: la emboscada y triple asesinato de la presidenta municipal de Mixtla de Altamirano, sierra de Zongolica, su esposo y el chofer del Ayuntamiento. Impune.
Otra: los 6 malandros detenidos, linchados y quemados vivos en Soledad Atzompa, una expresión clara y rotunda de los vecinos para hacerse justicia por mano propia.
Otra: el asesinato de 131 mujeres y de 42 menores de edad, la mayorí­a con un promedio de 17 años.
Otra, otra, otra más: Veracruz, campeón nacional en secuestros, la mayorí­a, digamos, impunes, si hemos de creer en la palabra del Fiscal de que ya esclareció el 40 por ciento de los plagios, dice.
Otra, otra, otra más: el asesinato de varias mujeres secuestradas, incluso decapitadas, a pesar de que la familia pagó el rescate.
Otra más: el crimen de doce polí­ticos y lí­deres sindicales y partidistas, entre ellos, caray, de fundadores y dirigentes municipales de MORENA.
Y es que, bueno, el mal fario se atraviesa siempre y resulta inevitable, para los polí­ticos, mejor dicho, para los gobernadores locales.
Según parece, todo indica, solamente cinco se han salvado en la historia local:
Uno. Guadalupe Victoria, el primero en la historia, quien pasó a presidente de la república.
Dos. Antonio López de Santa Anna, quien luego de desempeñar el cargo como jefe del Poder Ejecutivo de Veracruz en tres ocasiones fue once veces presidente de la república.
Tres. Miguel Alemán Valdés, quien pasó a presidente de la república.
Cuatro. Adolfo Ruiz Cortines, quien también llegara a Los Pinos.
Cinco. Fernando Gutiérrez Barrios, quien pasara a la secretarí­a de Gobernación de Carlos Salinas.
Pero de allí­ pa”™lante, el karma ha causado estragos en la mayor parte de gobernadores, como si, digamos, cada uno cargara cruz pesada camino a su Gólgota.
La mala vibra alcanzó al góber de AMLO.

EL PEOR DE LOS TIEMPOS

Los 5 cadáveres descuartizados de Playa Vicente fue una despiadada e inclemente carnicerí­a humana.
Troncos, piernas, brazos, manos, cráneos, todos cercenados y despedazados, en un revoltijo del peor desmembramiento en la historia local, digamos, como aquel mediodí­a cuando en techos de casas de Boca del Rí­o apareció el tiradero de cadáveres de panza al sol en el duartazgo.
Publicó Notiver:
“Sobre uno de los troncos fue localizada una cartulina en color verde fluorescente con el siguiente mensaje: “Esto va para todos los extorsionadores, secuestradores, cobra pisos, roba vacas, violadores y todo tipo de ratas…”, etcétera, etcétera.
El peor de los tiempos, pues. El más fatí­dico, siniestro y sórdido de los tiempos.
La naturaleza humana, en el rincón más arrinconado del infierno.
La degradación moral y social en la lucha encarnizada por la plaza y el poder económico.
La búsqueda frenética de parcelas del poder regional atrás del billete fácil.
La república amorosa, al traste. El vací­o al llamado presidencial de “hacen sufrir a su señora madre y pórtense bien”.