Las “Artes Mí­sticas del Tí­bet” es una gira mundial respaldada por Su Santidad el XIV Dalai Lama para promover la paz mundial al compartir las artes escénicas y visuales sagradas y auténticas del Tí­bet con el público moderno. La gira ofrece una oportunidad única para presenciar una de las tradiciones sagradas más antiguas del mundo presentada por un grupo de monjes para quienes estas tradiciones son una forma de vida. Los monjes de las Artes Mí­sticas en su visita a México realizarán Cantos Multifónicos, Danzas Sagradas, Puyas (ceremonias budistas), Conferencias, y Oráculo. Estas actividades comparten la ancestral sabidurí­a del budismo tibetano en beneficio ahora de los cosoleacanecos.
En tanto, Cirilo Vázquez, invito a la ciudadaní­a en general a que asistan a la ceremonia de apertura del Mándala que será el 26 de junio a partir de las 9:00 de la mañana y a la clausura que será el 30 del mismo mes.
El programa tendrá un horario de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, y es el siguiente:

· El 26 de junio, Ceremonia de apertura.
Los lamas inician la consagración del espacio en el que realizará el mándala a través de cantos, músicas y recolección de mantas.

· El 26 de junio, trazos de lí­neas.
Una vez finalizada la ceremonia de apertura, los lamas comienzan a trazar el diagrama del Mándala. Este es un trabajo que requiere de extrema precisión.

· El 27 de junio, construcción de Mándala.
Los monjes comienzan el trabajo dibujando un contorno del mándala en la plataforma de madera. Luego vierten cuidadosamente la arena de los embudos de metal llamadas Chak-Phur.

· El 28 de junio, consagración de Mándala.
La creación del Mándala concluye con una ceremonia de consagración. El Mándala de aproximadamente 1.5 metros de diámetro forma una Iconografí­a tradicional de formas geométricas y antiguos sí­mbolos espirituales.

· El 29 de junio, recolección de Mándala.
Durante la ceremonia de cierre, los monjes desmantelan él Mándala como sí­mbolo de la impermanencia de todo lo que existe.

· 30 de junio, dispersión de la Arena.
Los lamas y los asistentes trasladan la mitad de la arena restante en una precisión, acompañada de música y cantos, hací­a un cuerpo de agua.