el doctorado en Polí­tica Internacional.
Incluso imparte la misma materia.
Cada fin de semana, de la tarde del viernes para adelante, chambea como maestro, otra de sus vocaciones, y como es egresado del COLVER, entonces apuesta la vida en el salón de clases para prestigiar a su institución educativa.

DOS. Expertos en la mirada global

En una de sus materias, Polí­tica Internacional, tiene más de veinte alumnos.
Y en el semestre que camina, a cada estudiante encargó estudiar, mirar, escrudiñar, revisar con microscopio la vida histórica de una nación, pero también el tiempo presente, estableciendo premisas como ejes rectores para dar sentido a cada ejercicio.
Así­, cada educando va exponiendo su investigación y luego sometida a debate, de tal forma que "en un dos por tres" todos en el salón de clases tienen una visión general del mundo.
Desde la aldea, desde este rincón del planeta, Porres Blesa y sus alumnos son unos expertos en la mirada global.

TRES. Mujeres viven más que los hombres

Luego de la exposición documentada sobre los veinte paí­ses, una de las observaciones fue, por ejemplo, que en todos los rincones geográficos, las mujeres viven más años que los hombres.
Incluso, hasta más de diez años.
Será porque son más serenas y moderadas, quizá porque viven una vida con mucho mayor recato, acaso porque son más disciplinadas, quizá porque viven apegadas a la disciplina alimenticia y fí­sica, acaso porque miran la vida y los dí­as y las noches y las tormentas huracanadas con más prudencia filosófica, pero la población femenina vive mucho más que el hombre.
Y más indicativo porque la población femenina es mayor que la masculina, según parece, 6 de cada diez personas son mujeres.

CUATRO. Mujeres, más inteligentes que los hombres

En su vida pública, el doctor Érik Porres siempre ha preferido trabajar con mujeres.
Las mujeres, además, dice, son más inteligentes, más creativas, más firmes, más imaginativas, más emprendedoras, más, mucho más honestas y más leales que los hombres.
En un tiempo, cuando se desempeñaba como funcionario en la secretarí­a de Educación Pública de su amigo y contemporáneo Aurelio Nuño Mayer, Porres Blesa laboró al frente de una oficina donde el cien por ciento eran mujeres y él, jefe máximo, el único hombre.
Y su dependencia alcanzó el más alto grado de productividad y eficiencia.
Por eso, el delegado del INFONAVIT vive los dí­as a plenitud. Y lo más importante, en tranquilidad y paz, creando y recreando la actividad pública, estudiando todos los dí­as el sentir del mundo para impartir su cátedra con la lucidez de la actualidad mundial.