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Miércoles 05 junio, 2019

Complot contra Ricardo Ahued

El miércoles 24 de mayo, Ricardo Ahued Bardahuil, senador de la república, dijo a un amigo en su negocio “Casa Ahued” de Xalapa, y en donde cuando hay receso en el Congreso de la Unión suele despachar desde cajero hasta cargador, si es necesario:
--El viernes iré a la Ciudad de México. Tengo cita con el presidente de la república.
--¿Buenas noticias?, preguntó el amigo.
--Ha de ser para regañarme.
--¿Regañarte?

Luis Velázquez

--Sí­, por lo que declaré sobre las tarifas de luz y mi rechazo a crear un impuesto para los empresarios.
Dos dí­as después, Ricardo Ahued quedó atónito y sorprendido cuando hablara con AMLO.
Le ofreció la dirección general de Aduanas, el cargo más alto a un polí­tico de Veracruz, luego de que en el Peñismo, José Antonio González Fernández fue director general de PEMEX y secretario de Hacienda y Crédito Público.
Desde luego, y en el trascendido, Ahued aceptó, digamos, porque de acuerdo con el sistema polí­tico ta´canijo decir no al presidente de la república, el jefe de jefes, el tlatoani, el gurú, el Superman de la vida pública.
Y más, y como en el caso, porque el cargo público estremecí­a las entrañas de Ahued, entre otras cositas, por lo siguiente:
A: Dejar la senadurí­a y pasar al cargo federal significa sacarlo de su confort, pues con todo, por aquí­ habí­a receso en el Congreso de la Unión regresaba a Xalapa para estar con los suyos y atender su negocio.
B: Porque como él mismo lo ha dicho, después de su padre, nunca ha tenido un jefe en su vida. Nunca lo tuvo, incluso, como presidente municipal de Xalapa ni como diputado local y federal, y por eso mismo, se fue por la libre ejerciendo su libertad al máximo.
Incluso, en el bienio azul, Miguel íngel Yunes Linares le ofreció la secretarí­a de Desarrollo Económico y la rechazó por su resistencia a tener un patrón.
Y aun cuando con AMLO podrí­a, puede, respirar libertad, de cualquier manera es el jefe.
C: El nombramiento, cierto, le llegaba, pero de manera rara y extraña, porque AMLO tiene en su equipo a gente más capacitada y apta, conocedora, fogueada en el campo de batalla, con experiencia, para la dirección general de Aduanas, y cuyas oficinas centrales, oh paradoja, fueron reubicadas en Mexicali, y así­, entre más lejos de Xalapa, mucho mejor para sus adversarios.
D: Pero más aún, porque Ahued es un hombre con bajo perfil, pegado a su negocio, casero, quien toda su vida ha vivido de forma moderada, metódico, y la Senadurí­a estaba hecha a su imagen y semejanza, y de pronto, ¡zas! brincar a una cancha pública, además, tan riesgosa y expuesta, significaba un brinco radical y extremo y extremoso al otro lado de la cancha.
E: En la percepción ciudadana hay la versión de que Ahued ya tiene ganada la candidatura de MORENA a la gubernatura de Veracruz en el año 2024 y su cambio significa ser enviado al circo romano donde confluyen un montón de intereses polí­ticos, todos encontrados.
Por eso, entre los amigos que lo conocen resultó una sorpresa, inaudito, insólito, aceptara el cargo federal.

AHUED, “EN EL OJO DEL HURACíN”

El politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica tiene la siguiente lectura de Ricardo Ahued como director de Aduanas.
Según el maestro, Ahued Bardahuil se ha vuelto “una piedrota en el zapato” de las elites y tribus y hordas de MORENA en Veracruz.
Una tribu: la de Cuitláhuac Garcí­a, el gobernador.
Otra tribu, la de Norma Rocí­o Nahle Garcí­a, secretaria de Energí­a.
Otra tribu, las hordas del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, integradas por los ex diputados, Elí­as Miguel Moreno Brizuela y Enrique Romero Aquino, antiguos perredistas.
Y otra tribu, la de Ricardo Ahued y que encarna o encarnarí­a la generación de los nuevos Morenos.
Y en el carril polí­tico, los Morenos de Ahued, con Ahued al frente, van ganando terreno.
Una: la casa de gestión social de Ahued como senador de la república en la avenida Juárez de Xalapa es una romerí­a.
Dos: si Ahued y Cuitláhuac llegaran juntos a un evento, la población se irí­a con Ahued.
Tres: Ahued, convertido un semestre después de la izquierda de MORENA en el trono imperial y faraónico en un polí­tico incómodo.
Y por eso mismo, dice el politólogo, se habrí­a formado una alianza, digamos, entre Cuitláhuac y Nahle, para enviar a Ricardo Ahued a un carril lleno de espinas y de cardos para provocar su resbalón institucional.
Es decir, exhibirlo. Ponerlo en “el ojo del huracán”. Y “sacarlo de la jugada”.
La versión, claro, suena o parece deschavetada. Pero en los juegos del poder todo es posible.
Con todo, y de ser así­, y si Ahued Bardahuil sale airoso y cumple “al pie de la letra” con la filosofí­a polí­tica de AMLO (el combate a la corrupción, sobre todo, en una dependencia sí­mbolo histórico de la pillerí­a y el trastupije), bien podrí­a quedarse “con hacha, calabaza y miel”.
Incluso, convertirse en un factor del poder polí­tico en Veracruz de cara a la elección de diputados locales y federales y presidentes municipales y sí­ndicos y regidores para el año 2021, competencia partidista que iniciarí­a hacia mediados del año siguiente.


1 comentario(s)

yo 05 Jun, 2019 - 07:51
Lo pone en el ojo de huracan si, pero para que el minimo error lo haga ver mal y entonces quitarlo del camino a la gubernatura proxima...

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