Durante la primera semana de la nueva administración estatal, la madrugada del 8 de diciembre del 2018, un grupo de migrantes fueron atacados con armas de fuego. Una mujer perdió la vida, y sus hijos y sobrinos, menores de edad, resultaron lesionados.
Se trataba del primer caso de graves violaciones a los derechos humanos en territorio veracruzano bajo el nuevo gobierno de Cuitláhuac Garcí­a Jiménez.
Y lejos de emitir un mensaje o alguna postura oficial condenando los hechos en Juan Rodrí­guez Clara, mostrando su talante ante autoridades diplomáticas, el gobernador dejó pasar y no dijo nada.
Peor aún, a primera hora de ese dí­a soltó un tuitazo:
"El sabadaba se disfruta trabajando" y enseguida presumió una reunión "con titulares de la SEV, SEDARPA, SEDECOP, SEDESOL y la Directora Gral. del DIF".
Eran los primeros dí­as de su mandato y en ese momento nadie advirtió que el primer gobernador de Morena en Veracruz estaba definiendo su estilo de gobernar: el silencio ante las graves violaciones a los derechos humanos.
Pues desde entonces, en más de 10 casos sangrientos y de violencia horripilante, el mandatario y su oficina de Comunicación Social se repliegan antes de fijar postura.
Incluso cuando los temas lleguen a la "mañanera" del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha salido a dar la cara por en diversas ocasiones.

NORTEAMERICANOS GOLPEADOS

Garcí­a Jiménez se portó así­ el 31 de diciembre 2018, cuando una familia integrada por veracruzanos naturalizados en EU y de ciudadanos estadounidenses fueron asaltados y vejados por personal de la Fuerza Civil en Actopan.
Las imágenes de los hombres golpeados salvajemente le dieron la vuelta la paí­s. Y hasta la embajada Norteamericana intervino en favor de sus connacionales, exigiendo castigo a los policí­as de Hugo Gutiérrez Maldonado.
El gobernador no dijo nada, fue tres dí­as después que a regañadientes retomó el tema. Hasta ahora, los afectados siguen esperando les regresen las pertenencias robadas por la policí­a, y que se les castigue.

CUITLAHUAC, CULPAR AL FISCAL

A mediados de febrero, presuntos secuestradores abandonaron el cadáver decapitado de la empresaria Susana Carrera, en Coatzacoalcos.
“Esto me pasó porque mi marido le jugó al ·$%%&$ y no quiso pagar mi rescate”, decí­a el mensaje lapidario dejado por la delincuencial, el cual aterró a la ciudadaní­a porteña, incluso indignó al paí­s.
Marchas, protestas, reclamos, reportajes hasta de medios internacionales sobre la situación en Coatzacoalcos, y el gobernador no tomó una postura, cuando lo hizo fue para culpar al fiscal Jorge Wí­nckler porque su personal habrí­a difundido fotos revictimizantes.

AGARRARON PAREJO

En enero del 2019, la alerta se prendió en Playa Vicente ante el secuestro de conocido ganadero y dos colaboradores. La SSP lanzó un operativo para rescatarlos, y en un camino rural, los agentes se encontraron con el convoy de los sicarios, y se agarraron a tiros.
Después de varios minutos, la SSP abatió a tres de los delincuentes, sin embargo, también mató a tres ví­ctimas de secuestro.
Antes de que el gobernador hablara, lo hicieron las narcomantas del Cártel de Jalisco Nueva Generación, denunciando el homicidio de sus sicarios, y justificando el secuestro de las personas que finalmente murieron en el fuego cruzado. Eran ladrones de ganado, decí­an las mantas.
El gobernador nunca tocó el tema pese a que comenzaban los señalamientos contra sus oficiales de la SSP.
Menos lanzó algún pronunciamiento de condena, esperanza o ánimo a los veracruzanos durante el motí­n de pistoleros del Cártel de Jalisco que durante 48 horas tuvieron de cabeza a Veracruz, atacando la comandancia de la SSP en Tierra Blanca, Jáltipan y quemando camiones que colocaban para cerrar carreteras en la zona de la Cuenca, el Sur y los Tuxtlas.

LINCHAMIENTO

A finales de febrero, y durante dos dí­as, los pobladores de Soledad Atzompa se dedicaron a la cazar a seis personas, entre ellos menores de edad, que presuntamente intentaron secuestrar a dos maestros rurales, y los lincharon hasta la muerte.
Pero en Palacio de Gobierno callaron. Ni una palabra para abordar los sucesos. Ni un gesto para restablecer el orden público y hacer valer el estado de derecho.
Pasó un dí­a, y otro, hasta que Garcí­a Jiménez, presionado por el diputado federal, Bonifacio Aguilar, acudió al pueblo. De su presencia en el lugar, se difundió una imagen de su paseo por las calles del pueblo con una corona de flores en la cabeza y un traje ceremonial.
Incluso, fue llevado un vehí­culo especial, blindado, por si los pobladores intentaban agredir al gobernador sacarlo de inmediato en la unidad todo terreno.

MASACRAN FAMILIAS

En Marzo, una familia, integrada por una mujer, una niña y un niño de 12 y 13 años, fueron asesinados a machetazos en la localidad de Landero y Coss, del municipio de Tlachichilco, ubicado entre los lí­mites de Veracruz e Hidalgo.
Y pese a que Cuitláhuac Garcí­a Jiménez hizo una campaña donde ubicó los derechos humanos en el centro de su discurso, no tuvo palabras.
Aunque el dí­a de su toma de protesta, emitió una declaratoria de Emergencia en materia de desaparición de personas, y se reunió con familias de personas desaparecidas, el caso le fue indiferente.
Igual se mostró ante los cinco muertos, tres mujeres, dos eran menores de edad, que dejó un ataque armado contra una familia en Santa Ana Atzacan, el 14 de diciembre.
Y así­ se comportó el 15 de abril, cuando en la colonia Juan Rodrí­guez Clara de Córdoba, pistoleros que asechaban a un sujeto, dispararon en su contra cuando éste llegaba a su casa, sin importarles la presencia de niños y una bebé de meses. El hombre y una niña murieron baleados, y varios menores resultaron con lesiones.
A finales de marzo pistoleros atacaron a un grupo de chambelanes que ensayaban la coreografí­a de los XV años que tení­an en puerta. Hubo tres muertos, dos eran menores de edad.
Ni una palabra condenando los hechos.

HOMICIDIO DE ABIRAM

El 30 de marzo, el activista y defensor de derechos humanos Abiram Hernández Fernández fue asesinado a golpes dentro de su casa en Xalapa.
El crimen indignó a todos los activistas de la capital del estado, que de inmediato salieron a protestar a la Plaza Regina con fuertes reclamos Cuitláhuac Garcí­a y a Jorge Wí­nckler.
Mientras la noticia escalaba a nivel estatal y nacional, el gobernador Cuitláhuac Garcí­a y medio gabinete estaban en Tantoyuca, a 401 kilómetros de la capital del estado, acompañando al presidente Andrés Manuel López Obrador en una gira.
Pero en sus intervenciones en el acto público, Cuitláhuac Garcí­a prefirió guardar silencio. A pesar de que en su cí­rculo cercano de colaboradores cuenta con personas agraviadas por ese homicidio.
Varias horas después, el secretario de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, salió al paso en su cuenta Twitter, pero sólo para echarle la responsabilidad al fiscal.
“Condenamos los hechos que agravian a la sociedad civil y exigimos pronta actuación de quienes deben procurar justicia para todos”, acusó.

SANGRIENTO ANDAR DE AUTODEFENSAS

A finales de abril, un grupo de autodefensas de comunidades rurales en Las Choapas mató a golpes y a tiros a tres turistas, a quienes habrí­an confundido con secuestradores. Aunque elementos policiacos y agentes ministeriales intentaron impedir el multihomicidio, la sangre corrió al rí­o.
De nuevo mutis por parte del Ejecutivo Estatal, pasaron unas 48 horas, y desde Palacio de Gobierno vino la acusación contra el fiscal Jorge Winckler. Entre los asesinados habí­a una persona con antecedentes penales que si no hubieran dejado libre, no hubiera pasado nada, según el razonamiento del Ejecutivo.
Se trataba de Renato Cruz Mil, con récord por diversos delitos del fuero federal y uno local de la época de Luis íngel Bravo Contreras.

MASACRE EN MINA

Antes, el mismo mes, se ocurrió la masacre en Minatitlán donde asesinaron a 13 personas, entre ellas un bebé de 12 meses.
Después de dos dí­as agazapado, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac Garcí­a Jiménez, garantizó que no habrí­a impunidad, y volvió a puyar al fiscal.
Su actuación contrasta con la de otros mandatarios estatales, como Fidel Herrera y Javier Duarte, quienes de inmediato ofrecí­an un mensaje sobre lo ocurrido. A veces, eran vapuleados por sus declaraciones, sobre todo cuando se trataba de homicidios de periodistas, pero no dejaron de dar la cara.

MATANZA EN TUZAMAPA

Una supuesta vendetta dio paso a la peor masacre de la que se tenga memoria en Coatepec, hasta hace unos meses, un sitio apacible, con el metro cuadrado de tierra más caro en Veracruz, por su elevada plusvalí­a.
Cinco hombres humildes, comerciantes de limones y habitantes de Tuzamapa cayeron sin vida después de recibir unos 50 balazos de dos sicarios que, como llegaron, se marcharon, caminando tranquilamente.
De parte del gobierno, por la SSP, se calificaba de "lamentable" lo ocurrido en Tuzamapa.
Hasta ahí­, tuvieron que pasar 24 horas para escuchar al mandatario decir, "daremos con los culpables", y eso, flanqueado por la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.